El Corazón de la división eres tú
Un mensaje para mi hija y sus amigos adolescentes.
Cuando bebés, fuimos despertando a la vida paulatinamente. El mundo dolía, asustaba, me alegraba, daba curiosidad y yo podía influir en él; pero estaba muy pequeño, y la energía de las emociones se sentían muy intensas, necesité crear una capa que me protegiera. Ya hace mucho tiempo, los teóricos de la personalidad llaman a esa “capa” Persona; pero desde los 80 le llamamos coloquialmente personalidad. La Persona se construye con la interrelación del bebé con todo su entorno, personas y circunstancias; pero, sobre todo, en como incorpora la aprobación y el rechazo.
Bueno la mayoría de nosotros estamos en la media: no somos tan introvertidos que no nos mezclamos con nuestro entorno ni tan psicópatas y degenerados que usamos todo como instrumentos para alcanzar un supuesto beneficio. Así que confeccionamos esa capa que llamamos Persona en un Traje, tipo disfraz… y nos metemos en él de pies primero.
La primera vez que el Traje le queda justo al bebé, es sobre los cinco años o así; luego a los diez, justo antes de la adolescencia. Bueno, y ya la adolescencia es todo un tema. El traje ya no es bueno, porque, aunque “lo construí yo y me he acostumbrado a él”, sin embargo, lo “crearon mis padres”. El adolescente va a estirar y empujarlo todo, descubrir de qué están hechas las cosas y su relación con todo, retando su “veracidad” con respecto a lo que “entiende ahora”… hasta hacerse con un Traje donde la aceptación está “negociada” con su grupo y el rechazo no duele tanto. Por cierto: ¡COMO DEBE SER!
Para los que son adolescentes, les tengo una buena y una mala noticia. Vamos con la mala primero: vas a re-confeccionar el Traje muchas veces en tu vida para poder transformarte en quién es más grande que sus obstáculos. Los problemas en verdad comienzan cuando hay partes del traje de las que no quieres separarte… te aferras, te sientes desnudo sin ellas y sentir que tienes que soltarlas duele.
¡Ya ni te digo soltar!
El que puede con grandes problemas es grande o se crece, no hay otra.
Un paréntesis*.
Los obstáculos que nos afectan son penetrantes porque la vida da vueltas y no se está quieta. “Hoy estoy bien y mañana quizás menos”, tarde o temprano las estadísticas dicen que tendrás que enfrentar una decisión importante que requerirá grandes cambios, la muerte de alguien cercano a ti, o un “dolor” que parece que va a desajustarlo todo… o transformas el Traje o sufres. Te sorprenderás cuantas personas escogen la segunda opción.
La Persona que soy, la construyo con mis decisiones
Conscientes o no, construyes ese disfraz, en el que te metes de pies primero, con cada decisión que vas tomando. Y ese disfraz no eres tú, es una máscara que creaste para filtrar la dureza de la realidad y permitirte enfrentarla sin ser avasallado por tus respuestas a los estímulos externos.
La habilidad en adaptar ese disfraz a las etapas de mi vida es lo que llamamos “resiliencia”. “Stress” es sentir que son demasiadas cosas que tengo que adaptar a la vez y siento que no puedo. Vivir una “vida con sentido” es tener la visión de a dónde quiero ir, e ir adaptando mi Persona para que lo alcance.
Sin embargo, es importante recordar de vez en cuando, que yo no soy el disfraz que me confeccioné y al que me he acostumbrado. El concepto “Despertar” apunta a salir de ese estado ilusorio que me engaña en sentir y pensar que es real… Despertar es mirar más adentro del disfraz que llamas Yo.
Te mueves en más de un Continuo
La ciencia hace 120 años nos dio una visión de la realidad que hoy día, aunque no todo el mundo la entienda, todos no movemos en ella: a saber, el Continuo Espacio-Tiempo. Todos habitamos en una dimensión espacial y temporal y, aunque no se requiere entenderlo para desplazarte en él. A partir de aprender a ver de esa manera la realidad cósmica, sólo en el ámbito físico, los científicos han desarrollado tecnología, develado nuevos conocimientos del cosmos y alcanzado a descifrar a niveles inauditos la historia del universo y la evolución de los cuerpos celestiales.
Hay otra dimensión en la cual estamos totalmente inmersos que, si profundizáramos en ella, ampliaría nuestra experiencia de vida y nos aportaría, a largo plazo, una sólida fundación para entender y actuar. Por milenios se ha discutido y discernido sobre la oposición entre el Cielo y la Tierra como dos conceptos arquetipales; yo he llegado a entender que no es una dicotomía, es en realidad un Continuo Cielo-Tierra, son dos dimensiones de un único continuo y en medio de ti está su excruciante y aparente división.
Una pincelada para entender nuestra situación
Oscilas entre el bien y al mal, el Ser y No-Ser, entre el caos y el orden; dos polos de un mismo flujo: el Cielo y la Tierra. Tu Persona se mueve en ese continuo; vas inclinándote hacia un lado o al otro, no existe posibilidad de quedarse en el medio. La vida te pide que superes la dimensión de la Persona actual para enfrentar adversidades o gestionar aquello que te aprieta a veces hasta parecer ahogarte. Hay una tensión real entre Cielo y Tierra, el tipo de tensión que te increpa a integrar opuestos.
Si vives enfocado en la Tierra sin visión del Cielo, tu vida se torna pesada y las alegrías son sólo satisfacciones inmediatas pero efímeras; te ves, por tanto, continuamente en la necesidad de estar en búsqueda de ellas para mantener tu ánimo. Pero la tendencia es caer y desconocer las alegrías que se mantienen en el tiempo y tiran de ti para inspirar a tu Ser. El sentir es su fundamento y cuesta mantenerlo sin peso.
Si sólo te enfocas en el Cielo, tus actos no tienen solides, pasas por encima de las circunstancias sin arraigo y por momentos crees que vuelas y ves todo desde arriba, pero no hay base y te pierdes como un papagayo (cometa) sin línea que lo ate. Te ves mejor que los demás, te desconectas de todo y tenderás a estrellarte. La visión es su fundamento, pero sin arraigo terminarás perdido.
Todas las adversidades en la vida nos empujan a sentir para integrar y visionar para entender y andar; es la Tierra y el Cielo que nos invitan a transformar nuestro Traje y avanzar a otro nivel. Igual que acción sin visión es ilusión, o sentir sin perspectiva es infierno; tu Vida te llama a ampliar quién eres y cada instante, es una puerta para hacer esa transformación. La verdadera maestría del sabio es en la voluntad, donde centra su intención y clarifica el paso adelante… y lo da firme, sabiendo que sí, aun la consecuencia es la muerte, será bienvenida.
A veces terminas dentro de un traje que no te gusta
No sabes por qué, pero a veces la vida tiene un sin sabor, las circunstancias te molestan y “los demás” no hacen bien las cosas: estás en un Traje que no te gusta. Un ejemplo, si has incorporado al Traje un aspecto de la Persona que fuiste cuando aprendiste a decir mentiras para no enfrentar consecuencias, y desde entonces no lo has cambiado porque se ha tornado totalmente transparente a tu consciencia y te continua danto beneficios aparentes; ¿Crees que enfrentado por la adversidad puedes encontrar la verdad de aquello que aprieta dentro tuyo? Eres una Persona que ha aprendido a utilizar la mentira para esconderte. Si no conoces o sabes acerca de esa parte “integral” de tu Persona, no buscarás en ti qué puede estar pasando… mirarás afuera… y ¡cuántas cosas hay que arreglar en el mundo! Pero no reconocerás que eres tú quien tiene que cambiar.
Otras veces es porque cambiamos en el Traje lo indispensable para no tocar todo el traje, y termina siendo un traje de contradicción y sin sabor; vamos, todo un mamarracho. Otras, si me va bien afuera, me hincho y adhiero adornos que sobran y carecen de sentido, pero agregan peso al Traje.
Para ser claros: nada afuera alivia el dolor de la vida. La solución es sencilla, pero no fácil:
La buena noticia
Todo en la vida te ayuda a enfrentar esa transformación en tu Persona y evolucionar. No importa cuánto te aferres a quién crees que eres en un momento de tu vida, las circunstancias, los obstáculos, las exigencias de las relaciones, tus decisiones, los sentimientos positivos o negativos, te empujan a que transmutes esa Persona que has creado para enfrentarte al mundo. Así puedas enfrentarte con un pecho más amplio y agradeciendo, ese es el objetivo, para transformarte en quién viniste a ser y aportar tu granito de arena.
Si no puedes, no pasa nada, hasta el día de tu muerte, esa fuerza de la vida que algunos llaman Dios, otros destino, te invita a que des el salto y vueles con tus propias alas; a vivir una extraordinaria vida o a morir aceptando finalmente la transformación.
¡Tú decides!
El próximo martes
El hombre sin título
Luego de EYES WIDE SHUT sólo queda explorar quién es el hombre.