El EditorialOpinión
El congreso de juventudes ¿última opción?
En todas las épocas capitales de nuestra nación los jóvenes siempre han sido los portadores del estandarte de la libertad.
Qué edad tenían, en los inicios de la guerra de independencia, Bolívar, Sucre y Páez, para sólo nombrar los más prominentes. Ninguno tenía 30 años para 1811.
La llamada generación del 28 estaba formada por estudiantes entre los cuales se destacaron Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Raúl Leoni. Todos menores de treinta años.
En la lucha contra Pérez Jimenez surgieron muchos jóvenes que en el futuro serían prominentes figuras de la democracia venezolana, como Américo Martín y Fabricio Ojeda, entre tantos otros estudiantes que fueron factor importante en la caída del dictador
En 2007, con el cierre de RCTV, surgen los primeros movimientos de jóvenes universitarios, que dieron lugar a lo que se llamó el movimiento estudiantil.
Ahora hay un movimiento que no se denomina estudiantil, a pesar de que sus principales dirigentes provienen de la lucha política universitaria, pero que, sabiamente, han entendido que la juventud es algo más grande que las universidades y que el país necesita movilizar a los jóvenes que se están marchando en cantidades alarmantes del país. Por eso se autodenominaron Congreso de Juventudes, y en el mismo participan universitarios, licoristas, mototaxistas, gremialistas y cualquier joven dispuesto a luchar para recuperar la democracia en Venezuela.
Lo más importante de este movimiento es que integra a jóvenes de todos los partidos democráticos del país, incluyendo a los del chavismo disidente, y su norte es un plan de acción coordinado entre todos ellos para enfrentar a la dictadura, coordinar e integrar en un solo frente a las diversas y variadas protestas sociales del país y, lo más importante, rescatar el valor de la Política con P mayúscula, porque están conscientes que estos 20 años de desastre han sido la consecuencia natural de la antipolítica que se anidó en gran parte de la población venezolana.
Estos jóvene,s unidos más allá de las discrepancias que aún existentes entre los líderes de sus respectivas organizaciones políticas, han decidido que, más allá de sus militancias, los mueve el ideal común de rescatar a Venezuela de la dictadura y crear las bases para una democracia plural y tolerante en la que predomine el esfuerzo colectivo por encima del personalismo, que tanto daño le ha hecho a nuestro país.
Escucharlos, observar cómo trabajan, tiene que llenar de emoción y optimismo al más descreído, pero los que ya no somos tan jóvenes tenemos el deber de acompañarlos y respaldarlos en su lucha, si queremos un día recuperar nuestro país.
No quedan más generaciones después de esta que decidió quedarse en Venezuela y luchar por un futuro mejor para todos. Hpy, 5 de octubre, están convocando a todos los gremios que han hecho protestas aisladas, para que juntos vayan a reclamar sus derechos frente al Ministerio del Trabajo. Pero esa lucha no es solo de ellos, sino nos implica a todos porque lo que está haciendo el Gobierno con los jubilados así como la nivelación de sueldos, es desconocer el valor y el mérito de la educación y del deseo natural de superación. Esta política terminará siendo un fracaso como pasó con la revolución cultural en China, con las gravísimas consecuencias que tuvo para ese país.
Ha llegado la hora de seguir los pasos que nos está mostrando la generación de 2018, que algún día será tal vez tan importante para nuestro país como la del 28.