El clima huérfano en Madrid
El pasado 15 de diciembre finalizó sin logros relevantes la Cumbre del Clima en Madrid. La 25ta Conferencia de la Convención Marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Cambio Climático (COP25) no arrojó resultados concretos. El comunicado final remite los consensos que debieron lograrse en la capital española, a la próxima reunión, a celebrarse en Glasgow, Escocia, en noviembre de 2020.
Los representantes de más de 190 países miembros de la ONU no pudieron ponerse de acuerdo sobre los dos temas centrales de la reunión: presentar planes más ambiciosos y específicos para la reducción de la emisión de gases tóxicos de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, y acordar el mecanismo para la operación de un mercado de carbono, mediante el cual se podrán intercambiar emisiones entre los países emisores de gases tóxicos y aquellos que logren superar las metas de disminución previstas en el Acuerdo de Paris de 2015.
Recordemos que el Acuerdo de Paris fija como meta el que la temperatura promedio del planeta no exceda en 1,5 grados centígrados (o 2 grados conforme al convenio anterior), la registrada antes de la industrialización en el siglo XIX (1850, cuando Inglaterra comenzó a registrar debidamente los niveles de temperatura). De acuerdo con los cálculos científicos del Panel de la ONU sobre Cambio Climático, los compromisos actuales de los países signatarios elevarían en 3,2 grados la temperatura para el año 2050, insuficientes para evitar una eclosión ecológica de grandes proporciones (ya la temperatura promedio del planeta está un (1) grado sobre el nivel previo a la industrialización). Para alcanzar la meta de 1,5 grados, los países signatarios del Acuerdo deben quintuplicar sus ofertas de recorte de emisiones y para alcanzar la de 2,0 grado, triplicarlas.
De nada sirvieron las alertas del panel científico de la ONU y de otras instituciones competentes, demostrando que, en la última década, y específicamente en 2019, las temperaturas del mundo han sido las más altas de la historia, exacerbando el cambio climático, el calentamiento global, las desarticulaciones ecológicas y sus catástrofes resultantes. Sólo 84 naciones se comprometieron en Madrid a presentar planes más ambiciosos de reducción de emisiones en Glasgow, entre ellos Alemania, Francia, España y Reino Unido. Estados Unidos, China, la India y Rusia (en conjunto representan el 55% de las emisiones mundiales de efecto invernadero) no se han comprometido (hasta ahora) en formular dichos planes. Países emergentes como China, la India (y también Rusia) reivindican su derecho al desarrollo industrial, ya alcanzado en el siglo XIX y XX por las naciones desarrolladas, los mayores emisores durante un siglo y medio).
Un interesante desarrollo a destacar en la Cumbre de Madrid, fue la exhortación de sectores de la sociedad civil para que los gobiernos tomaran el ejemplo de corporaciones multinacionales (entre ellas las petroleras), de pequeñas y medianas industrias en los países desarrollados y emergentes, de organizaciones no gubernamentales y de universidades, quienes han asumido como suyos las metas del Acuerdo de Paris y están actuando en consecuencia para beneficio de la preservación de la vida en nuestro planeta.
Hagamos votos porque la cumbre de Glasgow logre superar el impasse de Madrid y se concreten ofertas realistas y verificables que salven el Acuerdo de Paris.
@lxgrisanti