El brillante Urdaneta
En el aniversario del nacimiento de Rafael Urdaneta
Rafael Urdaneta nació en Maracaibo el 24 de octubre de 1788. Así está referenciado en el libro de Amenodoro y Neptalí Urdaneta: “Memorias del General Rafael Urdaneta”. En el mismo encontraremos cómo nuestro héroe zuliano recibió la instrucción primaria en Maracaibo y que en 1799, fue llevado a Caracas a seguir el curso de latinidad, regresando a los dos años, a estudiar Filosofía en el Convento Franciscano de su tierra natal.
El joven Rafael una vez terminados sus estudios en el año 1804, fue enviado por sus padres a la Ciudad de Santa Fe de Bogotá, a completar su educación bajo la protección de su tío Don Martin Urdaneta, Contador Mayor del Tribunal de Cuentas del Virreinato, quien lo dedicó a la Carrera de la Real Hacienda, empleándolo en el mismo Tribunal y en la Tesorería.
Cuando estalla la rebelión de Caracas el 19 de abril de 1810, nuestro prócer se encontraba en Bogotá, y allí al día siguiente, participa de los movimientos independentistas que, como pólvora había volado por las capitales más importantes del coloniaje español, impuesto en la América Meridional desde los tiempos de Cristóbal Colón.
Siendo apenas un soldado bisoño, Urdaneta participó bajo las órdenes del coronel Antonio Baraya en las batallas de Palacé, San Gil, Charalá, Ventaquemada y Bogotá. Ya para el año de 1813, aparece como Sargento Mayor y Comandante del Batallón N° 3 de la Unión, bajo las órdenes del coronel Manuel Castillo.
Bolívar, quien combatía y preparaba desde Colombia la invasión de Venezuela, entra en conflicto de liderazgo con este coronel, ocasión que aprovechó Rafael Urdaneta, para enviarle una misiva con las frases:
“General: si con dos hombres bastan para emancipar la patria, pronto estoy a acompañarle a usted”.
De allí en adelante la historia demostraría como nuestro Rafael Urdaneta mantendría hacia su gran amigo Simón Bolívar, que, por cierto, fue quien lo apodó El Brillante, lealtad absoluta hasta más allá de los días finales vividos en la Santa Marta de 1830, donde fallece acorralado por la traición y el paludismo.