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¡El Arco Minero del Orinoco!

Mientras el mundo padece por los ataques de los supuestos hijos de Dios contra los infieles, en Venezuela tenemos que continuar nuestra obra y lucha por descartar las malignidades iniciadas por el “difunto” y su estúpido “socialismo del siglo XXI”, que sin darse cuenta y por su ignorancia, aparecemos incluidos en el listado de los países forajidos, que sin son ni ton, tenemos que vivir de rodillas ante la ingente y desgraciada economía que nos ha transmutado a la indigencia atroz. Pero para mayor desgracia, los pancistas adoradores del “eterno”, han querido imponernos el peor gobierno que esta patria recuerde. Pero más que la estupidez, su testarudez raya en el límite de lo increíble: una férula tiránica, capaz de adorar a un personaje de ficción, como si de un atorrante faraón se tratara. Nunca nuestra paz fue más precaria, ni más sonso nuestro orgullo patriota. La fantasmagórica sarta de pendones procera en “Los Próceres”, es el peor ritual que haya tenido la República, desde la Independencia.

Es increíble la estupidez, pero hoy queremos referirnos a la última ocurrencia: recuperar la pérdida petrolera, mediante una intensa explotación minera, en lo que han llamado “Arco Minero del Orinoco”. Un recurso que todos conocemos, y que hemos estudiado siempre con preocupación, ya que el daño del factor minero al medio ambiente es harto conocido. Su efecto es internacional y ha dejado huellas en muchos países y regiones del mundo. De mayor gravedad, que se quiere hacer mediante el uso arbitrario de empresas extranjeras, cuando se ha minimizado la acción protectora del medio ambiente, al eliminar el ministerio que vino especializando su cuidado desde hace mucho tiempo y que politizado se le asignó la desventura de una maltratado “eco-socialismo”, que no es más que una parodia burda para simular apariencias.

Es una situación que se explica en parte por el proceso acelerado de crecimiento y expansión de los sistemas económicos de producción, los cuales reportaron al país numerosos beneficios materiales, pero también daños considerables a los recursos naturales y a la ecología humana, debido básicamente al carácter anárquico que ha asumido el desarrollo de la Venezuela petrolera, frente al ambiente, lo que hoy se agrava con la posible sobrexplotación de los recursos mineros, en este denominado “Arco Minero del Orinoco”, el que debemos entender como el medio más reciente creado por el gobierno “bolivariano”, para obtener recursos económicos que permitan paliar la extravagante miseria a la que fue conducido el país por la errada política económica y financiera proyectada por el equivocado Plan de la Patria.

El proyecto del Arco Minero del Orinoco, oficialmente decretado como Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco es un área rica en recursos minerales, que ocupa mayoritariamente el norte del estado Bolívar y en menor proporción el noreste del estado Amazonas y parte del estado Delta Amacuro. Abarca un área de 111.846,86 km², es decir 12,2 % del territorio venezolano; duplicando a la faja petrolífera del Orinoco​ atraviesa selvas como la reserva forestal del Imataca, La Paragua y El Caura, y las cuencas de los ríos Orinoco y Caroní, que el gobierno de Nicolás Maduro pretende explotar, y según sus estudio proyectivos, cuenta con 7000 toneladas de reservas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales.

Según información del ministro de Desarrollo Minero y Ecológico, el arco minero del Orinoco tiene un potencial de unos 2 trillones de dólares. Su formalidad legal apareció el miércoles 24 de febrero de 2016 en el decreto 2.248 de la Gaceta Oficial 40.855, donde se materializa la creación de Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco. Decreto el cual incluye la certificación y cuantificación de las reservas mineras de esta zona, convirtiéndose en el denominado ​ Motor Minería de la Agenda Económica Bolivariana, en el cual posteriormente el general Vladimir Padrino López, ministro de la defensa​ anunció el 5 de agosto de 2016 que «se activará la unidad especial para el Arco Minero del Orinoco» y posteriormente, el 7 de septiembre de 2016, el ministro para el Desarrollo Minero Ecológico, Roberto Mirabal, informó que empezó la etapa de exploración del arco minero del Orinoco y señaló que «toda transnacional en el arco minero debe cumplir las leyes del Estado», no obstante sabemos que nunca se cumplió la necesaria aprobación por parte de la Asamblea Nacional, no solo del proyecto sino de las contrataciones de empresas extranjeras.​tiene su origen en un plan de explotación minera al sur del rio Orinoco, bautizado con este nombre por el difunto presidente Chávez, que, si no va acompañado de un eficiente programa de control ambiental, como lo establece la Constitución, pondrá en peligro la mayor fuente de recurso hídrico del país, parte del pulmón amazónico del mundo.

Nunca hemos dudado, porque se conoce, que esta zona, tan amplia como el denominado Macizo Guayanés es un área, que se extiende mucho más allá de la delimitación que han dado al “Arco Minero del Orinoco”, exuberantemente rica en minerales como los mencionados en el decreto, también en muchos minerales estratégicos poco conocidos y menos existentes en otras aéreas y regiones del planeta; que no han sido explotadas porque teórica y estratégicamente estudiado, son recursos hábiles y necesarios, que deben ser mantenido en la reserva estratégica del país, para cuando deje de existir o sea intemperante explotar el petróleo por el supuesto daño que se le atribuye hoy como combustible fósil, culpable en su mayor parte del calentamiento global. También, esperando la cada vez más existente, de una tecnología de explotación minera, que permita extraer los minerales de manera selectiva sin dañar los recursos naturales del suelo y el subsuelo, especialmente el agua, que ya escasea en muchas partes del planeta, y que es el recurso que concentra en un 80% el agua existente en nuestro país, que ya sufre de escasez en muchas regiones, por su uso indebido y mayormente por su contaminación, que es precisamente el mayor peligro que existe, si se explota el arco minero con la tecnología usada por los países y empresas contratadas.

Otros peligros, ya visualizados, son la amenaza contra la diversidad biológica del país, tercero en diversidad en América y séptimo en el mundo, problema que se une a la deformación de los suelos en esta área, al cambiar los perfiles de los suelos y sustituir la capa vegetal, débil y escasa en la zona, por materiales inorgánicos del subsuelo, que eliminan la posibilidad de la abundante flora y fauna que constituyen las reservas en esta área del país, que son las únicas tierras de la edad terciaria que quedan en el mundo.

El Arco Minero del Orinoco lo consideramos un grave problema que obliga a plantear soluciones urgentes, incluyendo la formulación de estrategias y planes de acción, que contribuyan a estimular y coordinar actividades conservacionistas, que deben contener, entre otras soluciones, el cambio de los esquemas económicos que desvirtúan los diferentes valores de la biodiversidad, el deterioro de los recursos naturales, la contaminación del recurso natural más preciado, el agua, que para los ecologistas, pensadores y sabios del mundo, ya iniciado la peor de las guerras del planeta.

@Enriqueprietos

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