El absurdo muro de Trump
Por fin, Donald Trump ha despejado la incógnita y ha dado a conocer cuánto costará el muro que pretende construir en la frontera con México, y que se ha convertido en uno de los ejes centrales de su campaña: costaría $8,000 millones. Eso significa que, si se materializa, sería el mayor derroche de dinero de la historia reciente.
“El muro probablemente costará $8,000 millones, lo cual es una pequeña fracción del dinero que perdemos con México”, dijo Trump a la cadena MSNBC el martes, después de meses de negarse a estimar cuánto costaría su propuesta para construir el muro fronterizo.
“Es un cálculo muy simple”, dijo Trump, explicando que la frontera entre los dos países es de 2,000 millas. “Y de las 2,000 millas, no necesitamos 2,000, necesitamos unas mil, porque hay barreras naturales”.
Cuando se le preguntó cómo iba a pagar por el muro, Trump reiteró su afirmación de que exigirá que México lo pague. ¿Y cómo hará para convencer a México de que lo pague?, simplemente respondió: “Les dices: ‘vas a pagarlo tú!’ ”.
La reacción del lado mexicano de la frontera fue una carcajada colectiva.
Cuando llamé al ex presidente mexicano Vicente Fox y le pregunté sobre el muro de Trump, respondió: “¡Está loco!”
Fox dijo que el muro de Trump generaría una contrarreacción nacionalista en México, que alejaría a Estados Unidos de uno de sus mayores socios comerciales, y perjudicaría a la economía estadounidense. Trump “es un falso Mesías que dice cosas que a algunos les gusta escuchar, pero que son irresponsables”, dijo.
Hay por lo menos cinco razones por las que el muro fronterizo sería, para utilizar uno de los términos favoritos de Trump, una estupidez.
En primer lugar, no hay ningún estudio serio que muestre que hay una avalancha de inmigrantes indocumentados mexicanos hacia Estados Unidos.
Por el contrario, el Pew Research Center y el Centro de Estudios Migratorios de Nueva York dicen que el número de inmigrantes indocumentados ha caído desde un récord de 12 millones en 2008 a 10.9 millones en la actualidad.
En segundo lugar, alrededor del 40 por ciento de los migrantes que entran ilegalmente a Estados Unidos no lo hacen cruzando la frontera con México, sino que vienen en avión y simplemente se quedan una vez que sus visas han expirado. Un muro fronterizo no va a detener a quienes vienen por vía aérea.
En tercer lugar, es poco probable que el número de indocumentados mexicanos en Estados Unidos aumente en el futuro, por razones demográficas. Mientras que México tenía una tasa de natalidad de más de 6 hijos por mujer en 1960, la tasa de natalidad ha caído a 2.2 hijos por mujer hoy en día.
O sea, los jóvenes mexicanos, que son los más propensos a emigrar, son un grupo poblacional que se está reduciendo.
En cuarto lugar, un muro fronterizo empujaría a los migrantes a entrar a Estados Unidos a través de rutas más remotas y peligrosas, lo que aumentaría lo que cobran los traficantes de personas, y haría que muchos trabajadores temporales que van y vienen se queden en Estados Unidos. Podría haber más –en lugar de menos– indocumentados permanentes.
En quinto lugar, el muro de Trump –junto con sus declaraciones que tachan a la mayoría de los inmigrantes mexicanos de criminales y violadores, y sus llamados a la deportación masiva de casi 11 millones de indocumentados– desencadenaría una reacción nacionalista antiestadounidense en México, en el resto de América Latina y en gran parte del mundo.
Esto último puede resultar irrelevante para muchos seguidores de Trump, pero una guerra comercial con México perjudicaría a Estados Unidos. Las exportaciones de Estados Unidos a México y Canadá sostienen más de tres millones de empleos estadounidenses, según datos oficiales de Estados Unidos.
Mi opinión: Como la mayoría de los demagogos, Trump se aprovecha de la falta de información y la xenofobia de mucha gente para presentarse a sí mismo como un nuevo mesías. Pero, por las razones expuestas anteriormente, el muro fronterizo sería un monumental desperdicio de dinero, un símbolo del aislamiento estadounidense, y una receta para el declive de Estados Unidos como potencia mundial.
@oppenheimera