Ébola: nuevas estrategias de combate
La epidemia de Ébola en África Occidental no solamente está matando a gente del común, sino que está haciendo trizas al esfuerzo médico y al tejido social de toda la región. Una cuarta parte de los médicos y enfermeros, que han ingresado en todos los sitios posibles para salvar vidas, han fallecido al contraer la enfermedad. Esto indica, que los trabajadores de la salud enfrentan una dramática decisión agónica y bioética entre protegerse a sí mismos y a sus familias alejándose de los pacientes enfermos, o encontrar la muerte en el cumplimiento de su deber.
El estigma de contraer al virus o aún el vivir en las zonas afectadas es un ingrediente adicional, que complica la respuesta de salud pública por el miedo de algunos infectados a ser trasladados a centros de salud y desalentar también al personal médico. Este personal se encuentra al límite de su capacidad física.
Así también está Liberia, la nación más afectada, que requiere desesperadamente todo lo que se necesita para combatir la expansión del Ébola.
Deterioro situacional y OTAN médica
Para empeorar las cosas, el esforzado personal que combate al virus lo hace sin el respaldo de una fuerza consistente de reservas médicas substanciales, ni de personal sanitario entrenado. Ni el conocido Grupo G7 de las naciones más industrializadas que, entre sus objetivos incluye el de prestar auxilio sanitario a las naciones pobres, ni tampoco cuerpos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) poseen un equipo disponible y de despliegue rápido, con personal humano entrenado, trajes y materiales protectores y amplio suministro de medicamentos básicos (desinfectantes, rehidratantes, líquidos para transfusiones, analgésicos). Esto debiera cambiar. Y cambiará, ¡para cuando se presente el siguiente brote de Ébola…!
Hasta ahora la respuesta global ha sido dramáticamente lenta. Los gobiernos de los países afectados se sienten desasistidos y sin recibir recursos, casi olvidados por la comunidad mundial y la inacción e indiferencia de sus políticos; su descontento es exacerbado por la tardanza en obtener la ayuda. Recuérdese el caso de Haití: después del devastador terremoto muchas promesas de asistencia llegaron tardíamente o simplemente no llegaron.
Brownie Samukai, el ministro de la defensa liberiano, teme por la existencia de su país. „El Ébola se extiende como un destructor incendio forestal, que todo lo aniquila“, dijo ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 09-09-2014.
En otras palabras, la rápida expansión del virus Ébola en pequeñas y frágiles naciones africanas demuestra la urgente necesidad de crear un nuevo cuerpo internacional de respuesta epidemiológica rápida, que pueda ir directamente a una zona caliente cuando se le necesite. En algunos medios se menciona a una “OTAN médica” consistente en una coalición de naciones, que reclutaría a equipos especializados de médicos, enfermeros, auxiliares y otros, procedentes de sus propias agencias y sistemas de salud. Esta alianza elegiría a un médico-jefe y las naciones participantes desarrollarían planes operativos conjuntos y se ejercitarían para la tarea que les espera. Lo demás es conocido manejo gerencial. Lamentablemente, el estado de desarrollo actual de la epidemia hace impracticable esta alternativa, pero sería una adecuada estrategia a considerar para el próximo brote del virus Ébola.
Ya existen corporaciones de ayuda que emplean modelos operacionales para concretar la propuesta de una “OTAN médica”: los cascos azules de la ONU, UNICEF, el Alto Comisionado para los Refugiados, el Programa Mundial de Alimentos, el CDC, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAIDS), el Banco Mundial y, obviamente, la propia OMS, que sería la base natural para dirigir tal organización. Pero hay un obstáculo: la política de soberanía de los países, cuyos líderes son reacios a ceder autoridad a una fuerza externa, aun ante grandes necesidades, situación que también es manejable políticamente.
Los nuevos números y Midas.
Según algunos expertos estadounidenses, la propagación de la epidemia sería peor que las predicciones ya conocidas de la OMS. En un reportaje publicado en The New York Times el 12-09-2014, los investigadores estimaron, que la epidemia duraría, por lo menos, entre 12 y 18 meses, contra los 9 meses anunciados por la OMS. Se trata de científicos que rastrean el desarrollo del brote de Ébola a requerimiento de las autoridades sanitarias estadounidenses (Instituto Nacional de Salud-NIH) y del Ministerio de la Defensa. A ellos pertenecen: el epidemiólogo Bryan Lewis, del Instituto de Bioinformática de la Universidad Técnica de Virginia; el bioinformático y profesor de ciencias de la computación Alessandro Vespignani, de la Universidad Northeastern; Jeffrey Shaman, profesor asociado de ciencias de la salud ambiental de la Universidad de Columbia y Lone Simonsen, de la Universidad George Washington. Con excepción del último, los demás han establecido sus proyecciones sobre un modelo computarizado de la propagación del Ébola, llamado Midas (Model of Infectious Disease Agent Study). (http://www.nytimes.com/2014/09/13/world/africa/us-scientists-see-long-fight-against-ebola.html)
En su escenario, la OMS estimó que en esos 9 meses se habrían presentado hasta 20.000 casos de infectados. Los citados investigadores universitarios calcularon, que a la rata de crecimiento actual, ese número se alcanzaría a mediados de octubre. Y si la situación empeora, podría superar los 50.000. Si esto último sucede, “habrá muy poco que podamos hacer”, según Vespignani.
El modelo creado por el Dr. Shaman estima el número de casos hasta el 12 de octubre de 2014, con diferentes predicciones basadas sobre el tipo de control de la epidemia. Si los controles permanecen igual a como hasta ahora, según el modelo, el número de casos será de 18.406 para la fecha antes indicada. Si los controles mejoran, los casos serían de 7.861. Si empeoran, los casos se dispararían hasta 54.895.
Los científicos fueron cautos al señalar, que sus terribles predicciones se basaban sobre una propagación incontrolada del virus y que el cuadro mejoraría si se pusieran en marcha mejoras en los esfuerzos de salud pública. Como las condiciones podrían cambiar, hacia mejor o peor, los científicos alertaron, que sus predicciones con Midas eran más imprecisas a medida que se proyectaran a plazos más alargados.
Evidentemente, la contención de la epidemia depende de la calidad de los cuidados sanitarios y de la pronta disponibilidad de vacunas y medicamentos efectivos.
El conocido Centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense, CDC, no quiso comentar las cifras anteriores, aun cuando su director Tom Frieden repetidamente describió la situación como cada vez peor y “fuera de control” el 02-09-2014.
Otro tipo de respuesta.
Ante las carencias evidentes y probablemente en conocimiento de esta situación, el gobierno de Estados Unidos manifestó su opinión. Sólo con medios civiles la batalla (contra el Ébola) ya no se puede ganar, expresó el Presidente Obama en entrevista del 07-09-2014 con el periodista Chuck Todd en NBC. “Se debe emplear material militar para levantar estaciones de aislamiento equipadas y seguras para el personal de salud pública que vaya desde todo el mundo”. El día siguiente, el Pentágono informó, que enviaría un hospital de campaña a Liberia para el personal médico. No sería desaconsejable considerar, que una rápida respuesta militarizada podría ser parte importante de la solución para una próxima crisis de salud pública, como el Ébola.
Además de eso, el Pentágono solicitó 500 millones de dólares de un Fondo para Operaciones en Ultramar y dedicarlos a fines humanitarios, lo que incluiría ayudas adicionales para África Occidental.
En la misma tónica anterior, el ejército británico instalará un centro de tratamiento en Sierra Leona con 62 camas, 12 de ellas para médicos, asistentes y auxiliares voluntarios; esta semana viajarían expertos hacia Freetown, la capital, para los preparativos, comunicó el Gobierno de Londres.
Sierra Leona ha decretado un toque de queda del 19 al 21 de septiembre para que las autoridades puedan detectar a enfermos de Ébola, de casa en casa. Médicos Sin Fronteras lo criticó acremente, porque el gobierno carece tanto de personal experimentado en tal tipo de monitoreo, como de centros en el país donde pudieran ser examinados los sospechosos de infección. Tal medida podría conducir a disturbios: “Muchas personas deben salir de sus casas para ganar el sustento diario”, alertó el director de un centro católico para niños y jóvenes en Freetown.
En Addis Abeba, capital de Etiopía, los ministros del exterior de la Unión Africana acordaron, esta semana, enviar 200 expertos médicos a las zonas más afectadas.
En la provincia Euquateur, República Democrática del Congo, permanecen cerradas las escuelas después de las vacaciones, ante un brote de Ébola causado por una cepa diferente al de las otras naciones, según sus autoridades.
Medicamentos y vacunas
Mientras tanto, los potenciales medicamentos y vacunas para la gran masa de enfermos no aparecen. Ni aparecerán en el corto plazo. Estos se encuentran aún en los mesones de laboratorio de una media docena de empresas en los Estados Unidos, Canadá y Japón: Un gigante farmacéutico, una empresa mediana y cinco miniempresas que tienen entre 9 y 31 empleados, compiten por lograr un producto efectivo contra el virus, que también les asegure fama y dinero (http://analitica.com/opinion/el-inevitable-negocio-con-el-ebola-ii).
Pero la realidad es desalentadora, pues aún cuando se supere la barrera de los ensayos en humanos, de por sí lenta, y se obtenga el financiamiento indispensable para el escalamiento y produccción masiva, el medicamento no les va a llegar a tiempo a los infectados. Y muchos de ellos morirán. Los medicamentos y sueros son solo una ilusión y una esperanza para el futuro.
Para los especialistas, es ampliamente conocida la elevada capacidad de mutación de los virus ante las cambiantes condiciones ambientales. La transmisión del virus Ébola de persona a persona le otorga elevadas oportunidades de mutar, lo que de ocurrir podría conducir a mutantes más contagiosos, virulentos, ergo más difíciles de combatir. Nuevas variantes podrían surgir también a medida que se normalice el tratamiento de los pacientes con los medicamentos y sueros potenciales, aun en fase experimental. Sin embargo, el CDC nos consuela, pues parece que, hasta ahora, tales cambios no han sido observados en las muestras monitoreadas. Pero ¿por cuánto tiempo?
La comunidad mundial parece no entender, que el brote de Ébola es una amenaza internacional que demanda una vigorosa acción global, antes de que toda África Occidental colapse en el caos.
Links relacionados:
http://analitica.com/opinion/ebola-sin-control-por-mucho-tiempo
http://analitica.com/opinion/el-inevitable-negocio-con-el-ebola-iii