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Ébola, al pánico español se agrega un perro

¿Pueden los animales transmitir el virus Ébola a los humanos? Seguramente esta pregunta se la hayan hecho muchas personas en todas partes, como consecuencia de la polémica surgida por el sacrificio, y los antecedentes que condujeron a ello, del perro mestizo de la sanitarista española Teresa Romero (44), infectada con el virus y que es mantenida en cuarentena en el Hospital Carlos III de Madrid, desde el 7 de octubre.

Los hechos y la decisión del sacrificio (eutanasia)

La decisión de sacrificar al animal fue tomada por el gobierno regional de Madrid, según sus voceros, debido a razones higiénicas. “No teníamos ninguna otra elección”, dijo el Comisionado de Salud de dicho gobierno, Javier González.

Los médicos veterinarios (consultados) expresaron, que una infección del virus producida por perros hacia humanos es un tema que apenas ha sido investigado. El presidente de la Asociación de Veterinarios de Madrid, Felipe Vilas, declaró al diario El País, que no podían correr ningún riesgo. Y agregó, que: “Es lógico eliminar al animal”.

Los antecedentes

En el Hospital Carlos III habían fallecido dos sacerdotes españoles por haber contraído el virus en África Occidental, uno en Liberia y el otro en Sierra Leona, que fueron repatriados para darles asistencia médica en ese hospital. El primero falleció en agosto y el segundo el 25 de septiembre. Fueron los primeros casos de infectados con el virus letal en Europa. El segundo de ellos, Manuel García Viejo (69) fue cuidado por la sanitarista Romero, la que se marchó de vacaciones al día siguiente del deceso.

Las indagaciones del hospital dieron por resultado, que la sanitarista pudo haberse contagiado cuando, involuntariamente, se tocó la cara con uno de los guantes posiblemente contaminados con el virus Ébola, al quitarse el traje protector. Esto fue informado por el médico tratante Germán Ramírez en Madrid, el miércoles 8 de octubre, según la agencia de noticias AFP.

¿Cómo pudo pasar? Los indicios parecen señalar hacia deficiencias de los trajes protectores, que no cumplían con los estándares de seguridad para estos casos. A esto se debería agregar la estricta preparación y entrenamiento intensivo del personal, lo que parece no fue así. El más pequeño error puede ser letal.

Lo primero fue rechazado por la vicedirectora del hospital. Pero en el artículo de El País se presentan fotografías de miembros del personal de enfermería en trajes protectores. Se observa, que los sencillos guantes de látex están pegados a las mangas con cinta adhesiva.

Preocupadas por la posibilidad de propagación del virus en Madrid, las autoridades sanitarias anunciaron varias medidas para contenerla: La desinfección del apartamento compartido por la sanitarista con su esposo, sin hijos y un perro; la aplicación de la eutanasia al perro y la puesta en cuarentena a siete personas, sospechosas de haber sido contaminadas por la sanitarista, entre ellas el esposo, dos médicos y un enfermero. Otras siete se encuentran bajo observación.

Apenas se hizo pública la decisión gubernamental sobre la desinfección de la vivienda de la sanitarista y la eutanasia al perro, se desató una controversia por Internet, que se extendió a todo el país (https://www.facebook.com/salvemosaexcalibur), en apoyo al esposo de la sanitarista infectada y a su perro Excálibur. “Está solo (el perro) en la vivienda, tiene alimento y agua. No puede infectar a nadie”, declaró el esposo a El País. Se estimó, que alrededor de 159.000 seguidores (me gusta) se unieron a la convocatoria por la red. Una actitud diametralmente opuesta mostró el alcalde de Dallas, quien manifestó, que las autoridades se encargarían de la mascota del trabajador sanitario contagiado con Ébola, segundo caso que se presenta en Estados Unidos.

Medio centenar de activistas de los derechos de los animales bloqueó el acceso a la vivienda hasta que la policía avanzó a buscar al perro. Y se cumplió la decisión gubernamental, que estaba adecuadamente sustentada sobre una orden judicial.

Caninos como portadores del virus

Hace pocos días, el director del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, Tom Frieden, señaló en una conferencia de prensa, que “sabemos que en áreas rurales de África, el Ébola puede infectar a mamíferos. En realidad, esa es la manera como se propaga, probablemente desde murciélagos hasta animales que viven en la selva y a personas que cazan a los animales.” (http://www.cdc.gov/media/releases/2014/t1007-ebola-confirmed-case.html)

Ciertamente, el virus Ébola se ha encontrado en muchos animales salvajes como cerdos,/t roedores, puercoespines y antílopes. Más aún, cualquier carcasa infectada podría propagar el virus a cazadores o a cualquiera que comiera carne de cacería.

Pero hay una gran diferencia entre tener una enfermedad y transmitirla a otro animal o a otra especie. Esto parece ser el punto crucial de la decisión española en Madrid, comentada en los párrafos precedentes, al ordenar el sacrificio del perro de la sanitarista enferma con el virus letal diciendo, que el conocimiento científico disponible sugería, que los perros podían transmitir el virus a los humanos. ¿Cuán cierto puede ser esto? ¿O con otros animales?

El trabajo de E.M. Leroy

Cierto es, que hasta los momentos, no existe información de casos documentados de transmisión de Ébola de perros a humanos, ni de humanos a perros. Solamente un estudio, (http://wwwnc.cdc.gov/eid/article/11/3/pdfs/04-0981.pdf) realizado con el apoyo del CDC por Eric M. Leroy y otros 8 colaboradores, intenta analizar si los perros pueden adquirir el virus. El estudio fue publicado en 2005 y contó con el soporte financiero de los gobiernos de Gabón y Francia.

Se empleó un total de 439 animales divididos en 4 grupos; un grupo de control negativo en Francia y los demás con caninos capturados en las regiones afectadas por el brote de 2001-2002, con diferentes grados de infección (según la prevalencia de anticuerpos al virus Ébola). Los resultados indicaron, que “los perros pueden ser infectados por el virus Ébola”, pero no exhiben síntomas y la infección eventualmente desaparece.

Al final de la publicación se establece, que: “En conclusión, el estudio ofrece la primera evidencia de que los perros estarían infectados asintomáticamente con el virus Ébola en condiciones salvajes. Los resultados tienen implicaciones potenciales para prevenir y controlar brotes en humanos.”

Para otros investigadores, la situación no es tan clara y contundente. Ciertamente, Leroy y su equipo señalaron, que la infección de perros a humanos podría ocurrir a través del lamido, mordedura o simple acicalamiento de los caninos, pero no intentaron probar esa hipótesis. Al contrario, indicaron, que aunque asintomáticamente infectados, los perros pueden excretar partículas virales infecciosas (en saliva, orina y heces) durante un breve período antes de la eliminación del virus.

Este último punto llevó a David Moore, experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres a decir, que si los perros no presentaban síntomas del virus Ébola “no hay absolutamente ninguna evidencia que soporte el papel de los perros en la transmisión.”

Además, el equipo de Leroy observó, que algunos perros comían restos de animales infectados llevados a los poblados, otros comían los vómitos de pacientes infectados, lo que los podría exponer al virus. En cambio, la mayoría de los perros en el mundo occidental (mascotas) es alimentada con comida procesada para perros. Esta diferencia en el comportamiento y la alimentación puede alterar los riesgos en la potencial transmisión del virus.

De todas maneras, Leroy indica, que “Dada la frecuencia del contacto entre humanos y perros domésticos, la infección canina del Ébola debe ser considerada como un factor de riesgo potencial para la infección humana y la propagación del virus.”

Otros animales

  • Particularmente sensibles a la infección con el virus Ébola son los primates no-humanos, como gorilas y chimpancés, los cuales sí son sintomáticos, cuyas poblaciones han sufrido dramáticas disminuciones como consecuencia de los brotes del virus. Se conoce el caso de los gorilas, que mató aproximadamente a 5.000 miembros entre 2002-2003 en Gabón y la República del Congo.
  • Hasta 2009 no se sabía que los cerdos podían llevar la enfermedad, porque son asintomáticos para la enfermedad. Pero en 2012 se presentó un caso en las Filipinas de transmisión de Ébola entre cerdos y granjeros. Adicionalmente, científicos canadienses encontraron, que cerdos aparentemente sanos transmitieron la cepa más mortal del virus (Zaire) a monos, sin contacto directo. De todas maneras se desconoce si los cerdos juegan un papel en la transmisión o ecología del virus en África.
  • Con relación a las aves, un estudio de la Universidad de Purdue encontró que el virus Ébola tiene parecidos estructurales con la de algunos virus de aves, lo que indica la posibilidad de una transmisión del virus Ébola a los humanos. Pero esto queda en lo especulativo, aunque no debe ser descuidado completamente.
  • Los murciélagos (http://www.who.int/mediacentre/factsheet/fs103/en/) han sido fuertemente inculpados del origen de la actual epidemia de Ébola en África Occidental, particularmente en Guinea, donde, se dice, la sopa de murciélago es una delicadeza local. Pero se olvida, que la cocción elimina al virus. No así el procesamiento y manejo del animal. Sugerimos, que se debiera prestar a tención a los excrementos del animal, que se encuentran en muchos hogares de la región. Para impedir esta situación, el gobierno de Guinea prohibió la venta y consumo de carne de murciélago desde el comienzo del brote.
  • Otros animales domésticos (acures, cabras y caballos) permanecieron asintomáticos cuando fueron infectados experimentalmente. El virus tampoco se ha observado en ellos en condiciones salvajes.

Bioética y el Principio de Precaución

La bioética animal, una de las áreas en las cuales se acostumbra actualmente a dividir la bioética, muchas veces es confundida con los derechos de los animales. Sin embargo, la situación va mucho más allá. En última instancia, analiza la relación riesgo/beneficio de una decisión. En el caso del perro Excálibur, el análisis bioético debió haber conducido a la preservación de la vida del animal, puesto que no había ningún indicio que demostrara fehacientemente estar infectado con el virus Ébola. Menos aún, que se argumentara que podría transmitirlo a humanos. Además, se desaprovechó la oportunidad de emplearlo como animal de experimentación sui generis para probar la hipótesis del supuesto contagio humano-animal.

Sobre el Principio de Precaución no existe una definición uniforme, pero es, particularmente en Europa, una parte fundamental de sus políticas ambientales y de salud pública.

Establece, que si una acción o política conlleva la sospecha de un riesgo que produzca daño al público o al ambiente, en ausencia de consenso científico de que la acción o la política no es dañina, entonces la carga de la prueba de que no es dañina recae sobre los que toman la acción. En otras palabras, se intenta anticipar el daño antes de que ocurra, así como la proporcionalidad del riesgo y el costo y la factibilidad de la acción propuesta.

Probablemente las autoridades españolas hicieron una aplicación del Principio de Precaución sin saber de su existencia, pues las expresiones conocidas a través de los medios así lo dejan entrever, solo que lo hicieron incorrectamente: fundamentalmente, no se basó sobre una valoración científica integral como tampoco se valoró los riesgos y las posibles consecuencias de la acción, antes de ser tomada.

Si para tomar la decisión se supuso que el animal estaba infectado, la infección debió proceder de la enfermera. Si eso sucedió, el animal debería infectar a otras personas. Nada de esto es ciencia.

El animal debió ser puesto en cuarentena.

Las expresiones gubernamentales: „No teníamos ninguna otra elección“ y „No podíamos correr ningún riesgo“, no encuadran en las condiciones anteriores.

Lo mismo que en el abordaje bioético.

¿Motivo de preocupación?

John Blackwell, presidente de la Asociación Británica de Veterinarios, una organización que emite sus consejos profesionales cuando las enfermedades relacionadas con los animales podrían afectar al público, dijo, que como hasta ahora la enfermedad se ha observado en humanos y primates y en unas pocas especies de animales salvajes, parecería que la principal ruta de transmisión es el contacto de humano a humano. Pero sería buena medida de precaución si se observaran estrictas medidas de cuarentena en animales con Ébola, confirmada o sospechosa.

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