Después del RR
No es eco, es la voz del pueblo que reclama justicia, paz, voluntad divina para renacer en democracia. Resuena el revocatorio, como antes se oía el grito de “revolución”; ese engaño, que no solo dejó frustración, sino que engendró una nueva clase de nuevos ricos, súper ricos, que cargaron con la botija petrolera, sin expeler tan solo un soplido de compasión por sus adoradores. Eso, que en un santiamén, deprendieron el velo a la sapiencia deslumbrante de una clase gobernante, que impuso su tórrida argucia, embebida de esperanza, pero con un puro engaño, impregnado de torpes santiamenes de ignorancia. Fue el legado del peor gobernante de la patria de Bolívar, cuyo nombre transformó en insípido plebeyo, creyendo en haberlo endiosado para elevarlo a la cumbre del sortilegio. Un encantamiento, que Dios dispuso fuera un atorrante desplante en vida. Fue eso lo que logró Chávez en su atorrante vida.
Hoy, su heredero Maduro, con su ignorancia supina, cree que es un verdadero paladín de una “revolución” que en su andar, descubrió el foso gélido de la miseria, transforma en prosa, para tolerar la escasez, el hambre y la incomprensible fatiga del desahuciado. El pedante, que en su torpeza sigue creyendo que puede haber vida fácil con prebenda sin trabajo ni asomo de producción. Obviamente, solo queda el resuello, el mismo que sale del atorrante desplante ganado en la vida de canonjías que le prometió el “difunto destructor”.
Indiscutiblemente, es una necesidad que decidamos salir de este gobierno por la vía democrática, que aunque el camino no es fácil, es el único y es el camino: el referendo revocatorio. No hay dudas, la esperanza no está en cambio ni acuerdo de ninguna especie. La acción de la OEA será una apoyo indiscutible, que ayudará al desenredo que tienen Jorge y Tibisay. El tiempo de lo impensado quedó atrás y solo el cambio de gobierno ayudaría a fortalecer la esperanza que se abrió el 6D con la AN. Después de esta locura llamada Chávez esta perfidia que nos atolondró, no existen parámetros para medir cualquier criterio que nos permita salir de la crisis. Que no es lo económico, sino el manejar político de la economía. Esa locura de creer que la salvación militar podía superar la democracia lograda el 23E. Lamentablemente pensada por personas que no vivieron las peripecias de los gobiernos militares anteriores.
Unos piensan que buen gobierno es lograr la paz social, otros piensan que es crear fuentes de trabajo, otros piensan en las obras de infraestructura, en los servicios públicos, y hasta en que sean abiertas las puertas de la gobernabilidad a la gente. Todos giran en la participación colectiva y en el deseo de que el ciudadano sea tomado en cuenta, pero en el subconsciente, cada quien quiere cobrar por su voto y sacar provecho de su participación política. Sin embrago, nuestra realidad no está para encuestas ni pera cuentas políticas, la crisis, solo se resolverá cambiando el gobierno, como dijimos antes. Y después, es posible que tengamos que pensar en “la reinvención del gobierno”. La gente está harta de los gobiernos que gastan cada vez mas y prestan menos servicios, está frustrada por la burocracia sobre la que ya no tiene ningún control y cansada de políticos que solo piensan en tiempo de mando. Una verdadera revolución contra la enfermedad burocrática, que es gobierno adornó con el atractivo nombre de “socialismo del siglo xxi”.
¡Revocatorio ya!
