Después de Boric ¿Quo Vadis Chile? (2)
Contrarrestar la mala memoria, el bajo nivel de desarrollo social y recobrar la gobernabilidad.
“Unas sociedades prosperan y otras entran en decadencia dependerá de la capacidad de los ciudadanos inteligentes para mantener a raya a los estúpidos”.
Necesitamos también un gobierno que sea capaz de trabajar con las mejores personas. Hoy, en Chile los gobiernos se auto limitan, sobre todo, los gobiernos de MBII y Boric actúan de forma excluyente. Eligen sus equipos solamente entre sus partidarios, aunque sean ignorantes. No consultan a quienes no son parte de su coalición. Descartan una idea, aunque sea buena, simplemente porque quizás en términos políticos puede llegar a favorecer a un partido distinto. Esta no es una crítica al PC solamente. Es una crítica a la forma de gobernar en Chile desde 2014 con la nefasta MBII y la incorporación del PC en su gabinete. La lógica de la exclusión, es decir, aprovechar solo la inteligencia y el espíritu de servicio, de solo la mitad del país, es una lógica obsoleta y costosa para el país, e incluso tiene una contrapartida todavía más negativa: el cuoteo.
Debemos construir una sociedad que conjugue adecuadamente los valores de competencia y cooperación. En el pasado ignoramos o menospreciamos la competencia, hoy la economía Social de mercado la realza, pero algunos confunden economía de mercado con sociedad de mercado(José Luis Sampedro), una tendencia manifiesta al cada uno para su santo, aceptando la corrupción, a un individualismo que de exacerbarse resulta destructor de la cohesión social. Por eso creemos que debemos rescatar también la cooperación – traducción correcta de la solidaridad -, como un valor indispensable en todos los ámbitos de la vida nacional.
Cuesta imaginar otro país en América Latina que tenga una mejor oportunidad que el nuestro: recobrar y conciliar libertad económica con libertad política y justicia social. Depende de nosotros. Depende de que seamos capaces de avanzar juntos en esta nueva fase de la modernización de Chile.
¿Quo Vadis, Chile? Para obtener éxito es fundamental ser muy realistas en nuestros planteamientos. Ver la realidad tal cual es. El 4/9, la mayoría de los demócratas de Chile rechazaron el mamarracho de Constituciòn castrochavista, desean cambios en sus condiciones de vida, pero desean prosperar sin incertidumbre. El pueblo quiere una modernización del Estado, colapsado, ineficaz, corrupto lleno de operadores políticos comunistas. Que los cambios se hagan en un clima de orden y dentro del marco de la legalidad. Compatibilizar esta aspiración de que se produzca el cambio, al tiempo que dichas modificaciones se hagan evitando a toda costa un clima de incertidumbre e inestabilidad, exige mucha claridad y coraje, tanto para afirmar las áreas que habrá modificaciones, en especial, la economía, la justicia, lo social y la educación, como aquellas en las que se asegurará la estabilidad. Durante los próximos años Chile deberá hacer frente a un doble desafío que pondrá a prueba nuestra madurez cívica y capacidad de organización. Deberá crecer y consolidarse en un mundo lleno de riesgos y de obstáculos. El país tendrá que endurecerse y tomar cada vez más en cuenta sus verdaderos objetivos y el costo que demanda alcanzarlos. En esta pelea dura que nos aguarda a todas las naciones, sobrevivirán las que se organicen con gran capacidad de maniobra para las personas, con grandes espacios de libertad para la gente. No serán tiempos para gobiernos burocráticos ni para rezagos de las ideologías que están quebradas ya que han redundado en más populismo nefasto y miseria como la evidencia la reciente experiencia vivida en Chile con los deplorables gobiernos de MBII y Boric
¿Quo Vadis, Chile? tiene una respuesta clara: hacia la reconstrucción de la confianza de las instituciones democráticas y terminar con el sistema económico- social de corte intervencionista, estatista e inflacionario que nos ha regido durante estos últimos 10 años. Los chilenos se oponen a cualquier sistema que permita un poder absoluto, incluido el de la mayoría. Aspiramos a un régimen democrático mucho más profundo, que efectivamente permita respetar los derechos de las personas por sobre la voluntad de las mayorías electorales; que garantice la autonomía de las entidades intermedias como manera de equilibrar las atribuciones del Estado: que estimule la dispersión del poder; facilite su fiscalización y respete el ejercicio efectivo de la libertad individual y social. En pocas palabras, estamos por un Gobierno que fortalezca una democracia efectiva, el estado de derecho, la transparencia y rendición de cuentas de sus autoridades y rechazamos cualquier intento de cambios que debiliten el equilibrio de los poderes al interior de la sociedad, politicen las instituciones, afecten su autonomía o conduzcan al totalitarismo político; y que impulse el reordenamiento económico y social de manera de ir a un sistema eficiente, en el cual las iniciativas individuales de contenido empresarial impulsen el desarrollo del país y por ende el crecimiento económico que el país reclama y anhela.
Una cabal comprensión de la magnitud y trascendencia del desafío señalado, debiera concitar los mayores esfuerzos personales y colectivos para promover y sustentar las condiciones requeridas para un desenlace exitoso.
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Ex Profesor UCAB., Caracas, Magister en Ciencias Militares, Mención Conflictos y Negociación Internacional, Academia de Guerra(ACAGUE 2006) del Ejército de Chile.