Depredación Venezuela
Tras la ruina de nuestra otrora vigorosa PDVSA el chavomadurismo se lanzó, también, por la extracción incontrolada y el tráfico de oro.
Desde el 2018 Nicolás Maduro anunció una serie de medidas que, según cacarea, permitirán una recuperación milagrosa de la economía nacional; incluso, frente a los análisis del Fondo Monetario Internacional, que pronostican un aumento, progresivo y sostenido, de la tasa inflacionaria más la disminución del PIB, así como del testimonio riguroso de los millones de venezolanos que huyen del hambre y la miseria que su régimen ha generado a lo que su satrapía riposta con estentórea y gesticulaciones fantasiosas que desafían nuestra inteligencia y honra, y sin reparar en su discapacidad, se inventó el “petro” como criptomoneda virtual, que, pese a su irrealidad la utiliza como valor de referencia para el bolívar, canjeable por divisas.Y, mediante la engañifa de los lingoticos de oro pretendió, simplemente, liar a venezolanos incautos, puesto que tales piezas implicaron una patraña para proceder al saqueo de las zonas auríferas que impulsa su caterva en las áreas del Arco Minero, bajo el dolo de una minería ecológica.
Trátase de una guerra tipo oeste salvaje al sur de Venezuela, por el control del metal dorado, donde interactúan hampones, militares, mineros, cambistas y compradores, aunados a un sector añadido desde hace tiempo: la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Es como un territorio sin ley o “tierra de nadie” (No man’s land, en inglés), donde solo en un par de semanas fueron abatidas unas 14 personas, entre mineros, trabajadores y delincuentes de la banda “El coporo”, durante un par de enfrentamientos por gerrilleros colombianos protagonistas de uno de los incidentes.
Como corolario, en un país civilizado, como Venezuela, resulta inaudito concebir lo que sucede, donde la cotidianidad solo es una lucha por la comida y la sipervivencia; además, los comercios permanecen vacíos; las empresas cierran, sobremanera, aparte de que las pensiones son nulas, tampoco hay efectivo, aunque el gobierno emite dinero inorgánico (burbuja) a través del BCV, lo que refuerza la crisis socioeconómica y sociopolítica a gran escala.
Y, colmadamente, Maduro vende las reservas de oro del país tan rápidamente, que podrían desaparecer hacia fines de este año, cuya liquidación comenzó desde 2017 por colapso de nuestra economía.
Por otra parte, y dentro de su misma política errática, el régimen acabó con la otrora poderosa industria petrolera, petrolífera y carbonífera nacional (IPPCN), víctima de una gestión lerda que destrozó sus bases tecnológicas y financieras, pero también por efecto de una perversión voraz. Millardos de euros y dólares del petróleo se perdieron en solo 20 años de régimen chavista, por lo que no existe indicio alguno de que Maduro y sus secuaces sean capaces de gestionar, honestamente, nuestras riquezas auríferas, con las que ahora estima que podría permanecer unos meses más de tiempo, gobernando a la cañona.