Democracia municipal: entretelones de su recuperación en 1984
Este capítulo de la historia Cruceña, se desarrolló a mediados del año 1984. Por aquel entonces, los alcaldes eran elegidos a dedo desde el centralismo, no existía democracia municipal.
Es necesario recordar; como antecedente de lo que relatamos a continuación, que desde el Comité pro Santa Cruz el año 1982; presidido por el Dr. José Luis Camacho Parada, se había conseguido la recuperación de la democracia en Bolivia, con la fuerza de la célebre Asamblea de la Cruceñidad del 10 de julio de 1982.
Los cruceños de la época, exigían ahora la recuperación de la democracia municipal, eliminada con la llegada del MNR al gobierno en 1952. Era ineludible ampliar el margen de acción de la democracia, recientemente conseguida. Cabe destacar, que la Constitución política del Estado de ese tiempo, ya contemplaba los gobiernos municipales autónomos (artículo 148 CPE de 1945), la Tierra Camba exigía su cumplimiento.
El Comité pro Santa Cruz de 1984; presidido por el Ing. Jorge Landívar Roca, respondiendo al sentir de la ciudadanía, tenía como norte el mejoramiento de la democracia y la descentralización administrativa. Para cumplir con los objetivos trasados, se definió como primer paso emprender la recuperación de la autonomía municipal, haciendo los estudios correspondientes, que justificaban su legalidad.
La conjura cívica involucró a todas las fuerzas vivas de la capital y provincias, y llamó la atención de sus pares cívicos nacionales, que decidieron apoyarla.
Jorge Landívar tuvo varias reuniones con el alcalde del momento; Oscar Barbery Justiniano, para darle a conocer la decisión tomada por el Comité, y de apoyarlo si él se atrevía a autoconvocar a elecciones municipales. Barbery; de formación revolucionaria, aceptó la propuesta y decidió convocar inmediatamente a elecciones municipales. Hubiera sido difícil encontrar otro ciudadano con la fortaleza rebelde que tenía Barbery, para llevar adelante tan arriesgado propósito, que desataría peligrosamente los demonios del centralismo.
El Comité pro Santa Cruz comenzó a socializar la propuesta entre sus instituciones, en busca del necesario consenso. Igualmente Se habló con el Prefecto; el Dr. Marcelo Velarde Ortiz, quien desde el principio apoyó con toda decisión la propuesta cívica. Velarde fue un importante mediador entre el Movimiento Cívico y el gobierno de Siles Suazo. Propició una exitosa reunión en Palacio Quemado, para exponer las acciones tomadas en Santa Cruz.
Se habló también con el entonces Cnel. Gary Prado Salmón, comandante de la Octava División de Ejército, para evitar un desenlace sangriento, como los de la lucha cívica de fines de los años 50. El coronel Prado se puso al lado de su pueblo, apoyándolo abiertamente, con todos los riesgos que eso significaba. Llego hasta la alcaldía, donde se encontraba parapetado Barbery, para pedirle que abandone el edificio, mientras el Comité negociaba la transición, dándole las garantías necesarias y permitiéndole una salida digna, dejando la alcaldía bajo resguardo militar. Marcelo Velarde dijo respecto a Gary Prado que, si en Santa Cruz se tuviera que establecer un ranquin de la defensa y preservación de la Democracia, Prado tendría un lugar preponderante.
Faltaríamos a la verdad, si no reconociéramos sin ningún reparo, la participación fundamental de Marcelo Velarde y Gary Prado, en la recuperación de la democracia municipal, tanto por su mediación, como evitando que la sangre llegue al rio. El tacto político de Velarde, así como el profesionalismo militar de Prado, fueron decisivos en esta importante coyuntura histórica.
Durante los años 1984 y 1985, el pueblo Cruceño a la cabeza del Comité pro Santa Cruz, marcaron nítidamente el sendero, mostrando a Bolivia que era posible conseguir los derechos municipales que le asistían, exhortándolos a luchar para que las ciudades sean consideradas entidades autónomas, que pudieran convertirse en la base de la pirámide democrática.
Hoy, 340 gobiernos municipales de toda Bolivia, gozan de la autonomía municipal, gracias a la visión y la valentía del pueblo Cruceño, sus autoridades y sus instituciones. Muchos de estos gobiernos; desconocedores de la historia Cruceña, nos son conscientes de ello. harían bien en estudiarla.