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De las purgas rojas

Purga quiere decir: Depuración, eliminación en una administración, empresa, partido, etc., de una o varias personas por razones generalmente políticas (Pequeño Larousse Ilustrado 2002). La definición, sin lugar a dudas, encaja en las normas que rigen a los partidos comunistas, está en su ADN y es de rigurosa aceptación y cumplimiento, forma parte del acervo doctrinario de la organización comunista y de las mercadeadas con denominaciones diferentes, pretendiendo ser percibidas como demócratas contestatarios. Así está inscrito en la historia desde el siglo XX.

En 1917 Vladimir Ilich Uliánov, alias Lenin, al no lograr mayoría de representantes en la Duma para formar gobierno e imponer el programa sustentado en el marxismo-leninismo, asaltó el gobierno y creó la Checa; organización para policial, predecesora de NKVD y de la KGV, con atribuciones para espiar, perseguir, detener, torturar y asesinar a quienes cuestionaran la acción gubernamental, incluyendo los líderes bolcheviques. Sin duda alguna, el criminal totalitarismo comunista, está en su ADN.

Capítulo de relevancia lo constituyó la implantación de la política agraria con la confiscación de tierras, la colectivización de la producción y las cuotas a ser entregadas al Estado, mediante atropellos y asesinatos por delante. La purga de los agricultores fue la fórmula jurídico-revolucionaria que logró la caída de la producción y democratización del hambre. Iosef Stalin se encargó de profundizar la maldad hasta horrorizar a los demonios. Ordenó encarcelar, torturar y asesinar a miembros de su Comité Central. En los Juicos de Moscú de los años 30 del siglo XX cayeron abatidos por su furia: Zinóviev, Nicolai Bujarin y muchos más, acusados de conspirar para matarlo.

Así funcionó la segadora que aburrida de trabajar en Europa y Asia ensayó un salto largo. Sus botas hoyaron la tierra cubana. En manos de Fidel, Raúl y el “Ché” Guevara, operó con furia renovada por los efectos del trópico. Misterioso lo del avión siniestrado en el cual murió Camilo Cienfuegos. No se conoce explicación técnica. ¿Sería, acaso,  el primer incondicional purgado? Y, a no dudarse, también pudo haber sido purgado el Ché Guevara al ser encaramado en las alturas de Bolivia, sin buenas comunicaciones, ni combatientes, ni equipamiento indispensable para materializar el sueño de la “Sierra Maestra Suramericana”; o fue que ya no era soportable y con el fracaso africano llegó al límite. Para la publicidad nada mejor que un mito.

Ahora bien la segadora, sin que haya dejado de funcionar en ningún país tiranizado por los comunistas, está cumpliendo tarea en Venezuela. Franklin Brito fue expropiado y dejado morir en huelga de hambre, vale decir purgado; la lista de Tascón marcó la ruta para la destrucción de PDVSA y la  oportunidades de empleo a todos cuantos firmaron en el Referendo Revocatorio. Y llegó el turno a las empresas. Fueron expropiadas y purgados millones de trabajadores y consumidores, condenados a sufrir hambre por desempleo y escases de alimentos. Pero la purga no concluyó con el inicio de la destrucción de la economía. ¿Alcanzó a Danilo Anderson y a Julián Isaías Rodríguez? que murieron en una explosión y en un accidente automovilístico respectivamente. No hubo explicación satisfactoria. A Fernando Albán lo defenestraron y en las matazones del FAES ¿quién sabe cuántos rojitos humildes han sido represaliados por alebrestarse en las colas para adquirir cualquier alimento o medicina? También hacen purga colectiva al negar bolsas del CLAC y combustible a quienes no muestren el Carnet de la Patria.

Por los vientos que soplan los dirigentes del castro-chavismo-madurismo deben andarse con mucho cuidado, en particular los que durante los 40 años democráticos (1958-1989) fueron feroces críticos y subversivos, que ahora creen poder actuar de la misma manera. Nicmar Evans represaliado y Carlos Lanz desaparecido, son muestra inequívoca de lo que les puede ocurrir.

Así tenemos que los señores disidentes dentro del chavomadurismo  que se atrevan a sugerir cambios de rumbo, como lo han venido haciendo Elías José Jaua Milano y demás exguerrilleros del Jardín Botánico, deben andarse con cuidado. Las cabezas sobre sus hombros las sostiene el silencio. ¡CALLAD!  

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