Cuentos de Navidad
Había una vez un país con bastante territorio y una gran variedad de paisajes y recursos, pero desde sus comienzos como república independiente del imperio que lo colonizó por siglos, prevaleció en sus sucesivos gobiernos el factor militar, y el monopolio de las armas mantenía a grupos elitescos en el control del poder político y económico, lo que frenaba el desarrollo de los sectores civiles y la cultura en general. Distintos grados de autoritarismo caracterizaron a sus regímenes desde que rompieron el vínculo con la metrópoli europea, algunos de tendencia liberal y modernizadora, otros abiertamente dictatoriales, pero lo esencial durante más de un siglo fue la supeditación de lo civil ante lo militar, que las armas tuviesen más poder decisivo que las leyes. La fuerza bruta de los cañones ponía insólitos límites a la inteligencia del raciocinio y la civilización, expresados en el marco legal y el sentido común, el menos común de los sentidos. El siglo 20, que apareció tardíamente para Venezuela, montoneras, analfabetismo y el hábito de la disciplina cuartelaría extendida a toda la sociedad, le cerraron el acceso, hasta que la inevitable evolución histórica produjo una lenta transición que permitió la gradual democratización en dos lapsos; El primero entre la muerte del tirano Gómez, diciembre de 1935, y el derrocamiento de Gallegos, el primer presidente surgido de elecciones directas y en las que participaron todos los mayores de 18 años, incluidas las mujeres. El segundo lapso, desde el final de la anterior dictadura militar, la perezjimenista de noviembre del 48 a enero del 58, hasta el inicio de la actual dictadura militar, 2 de febrero de 1999, que ha roto todos los récords de las dictaduras previas, en represión, en corrupción, en restricciones a las libertades, sin poder siquiera competir en obras y avances (lo que sí produjeron las dos anteriores dictaduras militares del siglo XX), puesto que a su lamentable currículum hay que añadir la sistemática destrucción de la economía, de la institucionalidad, la vergonzosa entrega de nuestra Soberanía a sus amos ideológicos en la parasitaria Cuba, y a sus socios en el saqueo de la nación, China, Rusia e Irán, más la inédita participación de sectores militares y civiles del oficialismo en amplios y poderosos esquemas de Narcotráfico, Contrabando de extracción (de gasolina, de alimentos, de oro, de coltan), de Blanqueo de capitales de origen francamente ilícito, y complicidad con narcotraficantes y terroristas internacionales (FARC, ELN, Hezboláh).
Han sido casi 20 años de constantes violaciones a la Constitución y a los Derechos Humanos, de adulteración de la Historia y de la Realidad contemporánea, de prostitución de las Instituciones, en especial de la Justicia (la disidencia es criminalizada, y se aplica a algunos presos políticos la “justicia militar”) y de los procesos electorales, eliminando la imparcialidad y la transparencia, substituyéndolas por arbitrarias convocatorias y descarados fraudes, hasta llegar a los extremos de producir fraudulentamente una azamvlea nacional prostituyente, integrada exclusivamente por incondicionales del PSUV (julio del 2017), autoelegidos por la minoría que mantienen, inferior al 20%, y “reelegir” al indocumentado Maduro, en otra parodia electoral con ínfima participación y torpes manipulaciones.
Como para no dejar dudas sobre la adulteración de cualquier proceso electoral, por parte del CNE, dependiente del Ejecutivo y del PSUV, el TSJ, presidido por un ex convicto, cuyos integrantes gritaban a coro «¡ Uh Ah Chávez no se va !» declaró nulo el resultado de las elecciones estudiantiles en la Universidad de Carabobo, y designó ganadora a la candidata chavista que perdió por paliza (llegó después de la ambulancia). ¿No les dice nada eso, a quienes se preparan para validar el FRAUDE en esas «elecciones» de concejales, convocadas por la azamvlea prostituyente y organizadas por el honesto CNE? ¿No les bastó con las FARSAS -en las que participaron Bertucci y Falsón- para «elegir» a esa prostituyente y «reelegir» al indocumentado agente de Raúl Pamela Castro? ¿Cuántos de los que se negaron a declarar Persona Non Grata a Rodríguez Zapatero -oportunista al servicio del proyecto castrista, gerente del desastre sucialistadelsiglo21- colaboran con sospechoso entusiasmo en la farsa electoral municipal? ¿También se conforman con el pernil navideño, que no llegó hace un año, y que esta vez debe ser compartido entre dos o más de los arrastrados que venden su país por dos kilogramos de cochino? ¿Y cuántos de esos dos grupos, aparecerán como beneficiarios de dádivas con los miles de millones de dólares invertidos por Alejandro Andrade y Raúl Gorrín, para sobornar funcionarios y políticos, según muestran los gruesos expedientes que maneja la Justicia estadounidense? ¿San Nicolás blanqueador?.
Había una vez un muy autoritario gobernante turco, que se mostraba ultra sensible ante específicos crímenes; El inclemente bombardeo de Arabia Saudita contra su pequeño y débil vecino Yemen, el atroz asesinato del periodista saudita Jamal Kashoggi, cometido por funcionarios de esa misma Arabia Saudita en su Consulado en Estambul, la ciudad más emblemática de Turquía. Pero hay obvias contradicciones; Erdogán lloriquea por Yemen con lágrimas de cocodrilo. Los kurdos son también un pueblo, son personas cuyas vidas valen igual que las de un yemení o un turco, pero Turquía los bombardea y masacra en territorio turco y sirio (aunque los kurdos combaten tenazmente al Bestialato islámico, organización terrorista de ideología dogmática, intolerante, anacrónica, con la cual justifican cualquier agresión, cualquier atrocidad, en contra de los infieles, que son todos los que no comparten su excluyente religión). «Denuncia» Erdogan a Arabia Saudita por sus ataques a Yemen, sus motivos son religiosos; Los saudíes son musulmanes SUNITAS, los turcos, sirios del oficialismo, e iraníes, son SHIITAS. También fue persistente al denunciar el brutal asesinato de Kashoggi, probablemente Erdogan fue el individuo que más presionó para lograr que Saudiarabia reconociera la responsabilidad de funcionarios suyos en el salvaje asesinato de Kashoggi. La sensibilidad de Erdogan no lo lleva a frenar su propia criminal y constante agresión a los kurdos, ni lamenta la criminal represión del indocumentado Maduro en Venezuela, 43 asesinados en 2014, 139 en el 2017, y más recientemente, 6 días después del asesinato de Kashoggi, por el cual Erdogan lagrimea, los tombos del SEBIN torturaron y asesinaron al abogado y concejal Fernando Albán. Pero eso no toca la delicada y muy hipocritona piel de Erdogan, quien visitó al indocumentado en Caracas, y ni remotamente planteó el embrión de un reclamo por los criminales excesos en la represión que ordena su aliado Maduro, con quien supuestamente acuerda negocios binacionales. Comparten doble moral y ello les permite negociar, escondiendo sus respectivos crímenes bajo la alfombra.
Hay que separar la paja del grano, para reducir la suciedad y los maquillajes que ocultan las crudas realidades tras estos dos inescrupulosos mandatarios, que coinciden en la tergiversación de las acciones opositoras, inventando confabulaciones, convirtiéndolas en golpes o atentados, para desatar terribles esquemas represivos, calificando a los disidentes como terroristas, repartiendo a diestra y siniestra arbitrarias detenciones y juicios amañados, para debilitar a sus adversarios y atornillarse en el poder, aunque violen principios esenciales de la civilización moderna. Son los Grinch que le afean la Navidad a los hombres y mujeres de buena voluntad.