Cuando los célebres se venden, el caso de Sachs
Carlos Armando Figueredo
Jeffrey Sachs es un prestigioso economista, graduado en la Universidad de Harvard, donde también obtuvo una maestría y un doctorado. Es conocido por haber sido director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia.
Tuvo el honor de ser el director del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas. En ese proyecto se fijaron los siguientes ocho grandes objetivos:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre
- Lograr la enseñanza primaria universal
- Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer
- Reducir la mortalidad infantil
- Mejorar la salud materna
- Combatir VIH/SIDA, paludismo y otras enfermedades
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
El Libertador Simón Bolívar dijo que el talento sin probidad era un azote y eso es algo que se le puede aplicar a Jeffrey Sachs, quien a pesar de todo el talento expuesto en su gloriosa carrera carece de ética.
En Runrunes se informa quienes “están de la manipulación de cifras, engaños y mentiras que repiten desde el gobierno de Chávez hasta el de Maduro en los Estados Unidos.”
“ El Centro para Investigación de Políticas Públicas (CEPR) ha sido recipiente de cuantiosas sumas de $ de ambosgobiernos. Weisbrot y Sachs registrados como lobistaspagados por Venezuela?”
Se dice que el informe preparado por Weisbrot y Sachs que utilizan el régimen de Maduro y sus afiliados globales para culpar de los males y el saqueo de 20 años (a la hoy pobre Venezuela) nada mas y nada menos que a las “sanciones impuestas por los Estados Unidos” en recientes fechas -y con mucha especificidad- de las miles de muertes por falta de comida o medicamentos.”
Uno se pregunta ¿cómo un afamado economista como Jeffrey Sachs pueda sustentar tan insigne mentira? La respuesta es simplemente porque para ello se le paga.
La falta de ética de Jeffrey Sachs nos hace recordar a Carl Schmitt, el célebre jurista, politólogo y filósofo jurídico alemán que aplicó la teoría del enemigo para convencer a Hitler de que para que el nazismo perdurara había que crear un enemigo y que ese enemigo debían ser los judíos.