Cuando las elecciones se pierden y si se ganan se pierden
En un principio, cuando había un Consejo Supremo Electoral, quien sacaba más votos ganaba las elecciones, y aunque fuera por muy estrecho margen eran reconocidas. Caldera le ganó a Gonzalo Barrios por 26.000 votos, todos los intentos por revertir ese resultado fracasaron y el propio Barrios no tardó en reconocer su derrota.
Las primeras elecciones que ganó Chávez, cuando había una máxima autoridad electoral honesta, autónoma y democrática, no fueron objetadas. Pero he allí que cuando Chávez asumió el poder se juramentó “bajo esta Constitución moribunda” alegando que la reformaría tomando todas las acciones necesarias para refundar al país, haciéndolo más justo para los desposeídos —¡populismo del más puro!
Logró que la Corte Suprema de Justicia decidiera que la soberanía popular estaba por encima del principio de la supremacía constitucional, siendo que la Constitución de 1961 —esa que él llamaba moribunda— no tenía previsto el referendo que él quería convocar para reformar esa Constitución, logró que la Corte Suprema de Justicia, bajo ponencia de quien entonces la presidía, Cecilia Sosa, decidiera que no era necesario reformar la Constitución para convocar el referéndum. Empezaron a surgir las irregularidades: una vez aprobado el referéndum, para elegir a los miembros de una Asamblea Constituyente. En las votaciones a tales efectos, los candidatos apoyados por Chávez, los del “Polo Patriótico obtuvieron, un 65% de los votos lograron un total de 125 de los 131 de los miembros de la ANC, pero los que no eran del Polo Patriótico que sacaron un 22,1% de los votos, debido a la arbitrariedad del sistema de postulaciones urdido por Chávez, en vez de obtener 28 diputados sólo tuvieron 6. Comenzaron a desarrollarse las arbitrariedades del chavismo, que anularían el principio constitucional de separación de los Poderes Públicos e impondrían el control del poder electoral por parte del poder ejecutivo; fue así como empezó a verse que las elecciones, con fraudes podían perderse pero, si se ganaban también se perdían.
En el 2007 Chávez logró que se convocara un referéndum constitucional para reformar 69 artículos de la Constitución de 1999, entre los cuales estaba el de conformar a Venezuela como Estado socialista. Ese referendo fue derrotado, fue algo ganado por la oposición que no se perdió de inmediato, pero que con las triquiñuela, los fraudes y las maniobras del chavismo, asentadas firmemente bajo el gobierno de Maduro se ha logrado que elecciones ganadas se pierdan.
Citemos algunos ejemplos: en el 2015, en las elecciones parlamentarias, la oposición logró una mayoría de los dos tercios de la Asamblea Nacional, pero el gobierno que controlaba a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia hizo que se anulara la elección de los diputados indígenas, con lo cual la oposición perdió la mayoría de los dos tercios —elección ganada pero parcialmente perdida.
Otros casos de lecciones ganadas pero que se pierden lo vemos con aquellos de los gobernadores y alcaldes ganados por la oposición: el gobierno nombra autoridades paralelas cuyos poderes privan sobre los de los alcaldes y gobernadores. Se ha visto recientemente, después del 21 de noviembre, a la Gobernación el Estado Zulia, ganada por el opositor Manuel Rosales, Maduro le eliminó el control del Puente sobre el Lago, de los aeropuertos. En cambio a una gobernación que era ejercida por un gobernador de oposición a la que se le había eliminado semejante control porque ahora es ejercida por gobernador del PSUV se les devuelve ese control. ¡Elecciones que se ganan pero que se pierden!
Freddy Superlano
Por último, hay que decir que se pierden elecciones por falta de unidad de la oposición.
