¿Cuál respeto?
Maduro en su mensaje anual a los venezolanos sobre su gestión de gobierno ha hecho una apología al respeto que, según él, le debe la oposición, los Estados Unidos y la humanidad entera. ¿Qué dice? ¿Quién ha irrespetado a la oposición apresándola y descalificándola? ¿Quién se ha ocupado de burlarse de los venezolanos anunciando un 15% de aumento de salario con un 63% de inflación? Migajas señor Maduro. Migajas.
Es patético lo que pasa en el país de Maduro. Salió por ahí, a dar vueltas por el mundo, a buscar aliados para que le respalden su economía mermada y no consiguió nada más que deudas “Made in China”, unas cuantas trompetillas de los rusos, árabes y demás anteriores aliados.
Dijo, refiriéndose a Robert Serra, dirigente político joven asesinado por las inacciones de seguridad social de su gobierno, que él fue reflejo de lo que el país necesita como liderazgos emergentes y desconoce con ello, las muchas gestiones que hacen los jóvenes políticos de la oposición que, a pesar de los muchos recortes económicos y sociales que les impone Maduro, van con sus comunidades forjando futuros, aunque sean sólo hasta la hora de la cena.
Habló de las revisiones de los precios para el mercado interno de los combustibles, sin prisa, que no es necesario por el momento, como si los dineros le sobraran en las arcas.
Pura falta de respeto los mensajes de Maduro. Unas formas sin fondo, con golpes sobre la mesa, con llamadas de atención a los Estados Unidos, siempre enemigos, aunque siempre fieles compradores del único producto de producción nacional: el petróleo.
No habló de la repotenciación del aparato productivo que está en manos del Estado depredador. Tampoco habló de potenciar el empleo de los jóvenes a través del incentivo para el emprendimiento con créditos para darle empuje a esas empresas que son del Estado y que vía expropiaciones se han convertido en mausoleos de hierros oxidados. Del respeto a los emprendedores y empresarios, de ese que se supone debe hablar porque son parte del PIB de Venezuela, de ese respeto no habló porque de lo único que se ha ocupado desde que están en el poder desde 1999 ha sido de faltar el respeto.
Tampoco habló del respeto que merecen los enfermos, ni del que merecen las personas en las colas para hacer la compra. Porque ahora, que tienen colas de gente que no pueden ni saben manejar, es que se preguntan cómo se le ocurriría la gloriosa idea de poner a la gente clasificada y calificada para efectos venderles lo que el gobierno quiera, con las vejaciones correspondientes y la falta de respeto al ciudadano. Sólo se han dado cuenta de la metedura de pata cuando en toda la prensa internacional sale la gente pasando dificultades para hacerse con un paquete de pañales o una bolsa de jabón.
Nada de pedir respeto quien no sabe respetar, señor presidente Maduro. Nada de esgrimir soberanías cuando se insulta de las maneras que se ha hecho en los últimos años. No le queda bien, y lo sabe. Lo sabe porque se le han cerrado las puertas y las ventanas de la comunidad internacional. Sabe que no tiene aliados, que lo que tiene son prestamistas, gente sin escrúpulos que le dan hoy y le cobrarán mañana la hipoteca a los hijos de esa revolución bolivariana.