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Crisis Financiera: ¿Comienzo o Continuación?

Referencias Iniciales

Desde hace años se viene hablando de una nueva crisis mundial y pareciera (afortunadamente) que nunca llega, al menos de las magnitudes anunciadas. Hoy día se ha asomado una nueva crisis en el sector bancario con el colapso de varios bancos (entre ellos Silicon Valley Bank, Signature Bank y Credit Suisse) y otros amenazados. Lo cierto es que vivimos en una permanente crisis.

Se habla normalmente de los ciclos económicos para anunciar la llegada de las crisis. Pero, estas realmente varían en su periodicidad, intensidad y ramificación; como es lógico pensar no son periodos exactos. Sin embargo, muchos juegan a estos ciclos, anunciando la llegada de las crisis cada cierto tiempo. Antes de la llegada de la pandemia del Covid-19 también se hablaba de la llegada de una nueva crisis, pero que en nada tenía que ver con la visualización de la pandemia. Algunas importantes turbulencias ocurrieron previamente, pero no de la magnitud de una crisis internacional, no porque no hubiesen elementos o causas para ello sino porque obedecieron más a otras causas, entre ellas, las mas recientes, a las tensiones entre China y EEUU y las políticas seguidas por estas dos naciones en épocas del Presidente de EEUU Donald Trump, aunque seguidas también por el actual Presidente Joe Biden. La agudización del escenario internacional se produjo con la llegada de la pandemia del COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania que han sacudido a los mercados, pero que han encubierto de alguna manera las razones verdaderas para una real crisis al estilo de las grandes ocurridas en el pasado, entre ellas, la de 2008 que llevó a la caída de Lehman Brothers y otras grandes instituciones financieras.

Llegada y Atención de las Crisis

Las crisis llegan cuando llegan. Si bien algunos las pueden anunciar o prever, nadie tiene la certeza total de que ocurrirán. Los mercados y los agentes económicos son muy sensibles a cualquier evento, rumor o noticia por pequeña que sea y los hace reaccionar. Es allí donde deben estar las autoridades económicas/monetarias para atajar y corregir los problemas, de manera tal de evitar la profundización de las potenciales crisis; algunas veces pueden hacerlo, en otras no, y es en esta última cuando las cosas se complican.

Las mismas, perversamente, parecen atacarse a inyectando ingentes recursos financieros de salvación para que los bancos no caigan o no generen efectos sistémicos. Sin embargo, al no corregirse las causas estructurales que las generan, las mismas se reproducen y potencian al poco tiempo o se navega permanentemente en un mar perverso de turbulencias e inestabilidades con efectos en el propio sector financiero y los demás sectores económicos, así como en la propia dinámica social de los países.

La atención de las crisis vía la asistencia financiera a los bancos, si bien puede “solventar” los problemas en el corto plazo, nunca son garantía de la solución a los problemas estructurales y de larga data, como parece ocurrir en la actualidad. Con ello, pareciera que tendremos un nuevo episodio de relativa disminución de las tensiones financieras internacionales, para mas tarde retomar su voracidad y provocar una fuerte sacudida, … la verdadera crisis. Garantía de ello no existe, por supuesto, porque “la arruga” tal vez puede correrse; todo dependerá de la efectividad, oportunidad y suficiencia de las actuaciones de las autoridades monetarias mundiales y la profundidad misma de las causas de la crisis.  

Turbulencia Bancaria Actual y Reto para las Autoridades Monetarias

Muchas veces, o tal vez algunas veces, se produce una cierta reducción de la inestabilidad, produciéndose ciertas recuperaciones, como ha ocurrido con la recuperación del precio de los bonos del Deutsche Bank (tomamos solo este como ejemplo) El Deutsche, a pesar de tener buenos indicadores de liquidez y haber generado importantes ganancias en 2022, ha venido arrastrando, por años, recurrentes malos comentarios acerca de su gestión y prácticas. ¿Cuánto durará su recuperación? No lo sabemos a ciencia cierta; solo sabemos que hasta ahora ha logrado recuperar parte de los precios de sus bonos al nivel de hace una semana (el pasado viernes 24 de marzo), cuando ocurrió la fuerte caída del mercado de los mismos. En este respecto, tampoco se puede descartar que “el sentimiento” de los mercados puede cambiar de la noche a la mañana y revertir lo ganado. Los días viernes son siempre días para prestar atención adicional en los mercados, por lo que nada puede descartarse. El primer gran reto será el de cierre de marzo 2023 (a pocas horas), pero habrá muchos otros más.

Para las autoridades monetarias el reto es enorme, pues “atajar” el problema en el corto plazo no está exento de generar otros problemas. Entre ellos, asistir financieramente de manera masiva a los bancos en dificultad le puede generar un conflicto mayúsculo con respecto a su objetivo de política monetaria de lucha contra la inflación (vía la subida de las tasas de interés), al ahondar en el desequilibrio monetario por exceso de oferta sobre demanda monetaria y provocando una mayor subida de los precios (inflación). En estas circunstancias, persistir en la política de subida de tasas de interés podría conducirle a una recesión económica, con sus importantes efectos sobre la inversión, el producto y el empleo; no obstante, la inflación podrá bajar con la continuidad de la política de subida de las tasas de interés, siempre que la recesión que parece avecinarse haga su parte en aliviar la presión sobre la demanda de bienes y servicios.

Así, se podría tener un escenario (continuando con  la política de tasas de interés) de la conjugación de tasas de interés más altas, baja en la inflación y contracción de la producción (recesión); pero también podría ocurrir (abandonando la política de aumentos en las tasas de interés) un escenario de tasas de interés a la baja y reanimación de las presiones inflacionarias, ello en un contexto de una reactivación muy tímida de la producción. Esto de no ocurrir ningún otro evento desfavorable en el ambiente político o internacional de relevancia. En todo caso, “la ecuación” no es “suma cero”, tendrá sus costos en cualquier escenario que nos ubiquemos. Con o sin crisis bancaria, todo apunta a que seguirán produciéndose costos para el mundo dados los desequilibrios existentes.

Una Verdadera Solución

Habría que hacer énfasis en que ni la política de ajustes continuados de las tasas de interés ni la de otorgamiento de asistencia financiera de rescate a la banca por si solas, son una solución acertada y menos aún perdurable. Por tanto, decisiones y acciones que conduzcan a la sanación real de los problemas presentes en el sistema financiero ayudarán enormemente a superar la actual coyuntura, …pero hay que entender que eso tomará tiempo.

Finalmente, una crisis mal atendida termina por generar problemas mayores. Habrá costos en el corto plazo que traerán beneficios solo en el mediano y largo plazo, y solo si son  responsablemente asumidos en su dimensión política e institucional.

En resumen, la película recién comienza, …o mas bien, continúa.

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