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Crisis existencial

Vivimos en un desesperado intento entre equilibrar para no caer estrepitosamente al abismo de nuestros temores o alzar vuelo a quién vinimos a ser; es el precio que tiene que pagar un mamífero por despertar del letargo y emerger de la naturaleza, separándonos de ella. No sé si pasó hace un millón o trescientos mil años, pero miramos la luna maravillados y prevenimos el riesgo de ser almuerzo de depredadores; en algún lugar entre admirarnos de lo maravilloso y reconocer nuestra vulnerabilidad, reconocimos: “yo puedo influir en lo que me pasa”. Allí está el germen del pináculo de la naturaleza; o al menos completa la primera maravillosa etapa de la Vida en el Cosmos.

No podemos evitar jerarquizar y segregar, está tan programado en quienes somos, que es el fundamento que nos permite ver y entender el mundo en que vivimos. “No vemos objetos e inferimos utilidad, vemos utilidad e inferimos objetos” nos dice un afamado científico sobre el funcionamiento del proceso visual en el cerebro. Es como si ver, fuera un Storytelling interior: vemos un objeto que podemos utilizar para posar nuestro trasero y es porque estamos cansados, entonces es un carácter en la historia con sentido que nos creamos… luego le ponemos una etiqueta: es una silla o taburete o un tronco. Cuando tenemos sed, vemos opciones para saciar la sed, cuando necesitamos aparcar, vemos aperturas donde nuestro carro quepa; es como si lo que ponemos en el tope de la jerarquía del momento, guía nuestro scanner visual e interpretativo para encontrarlo… pero, si no está en nuestra jerarquía, no existe; por ende, el mundo que veo es reflejo de quién soy.

Esa jerarquía organiza interiormente una estructura diferenciada, lo que ponemos en el tope de esa estructura nos guía. Pero hay una supra jerarquía, algo que está arriba de todas las estructuras momentáneas, ¿Qué es lo que ponemos al tope de esa pirámide jerárquica? Porque lo que ponemos en el tope, de alguna manera, sostiene todo en su lugar.

Ese es tu principio vital y funciona como Dios en nosotros, orienta nuestra percepción, nuestra comprensión, nuestra planificación y acción; organiza todos los otros valores en la estructura y llega a definir quién creemos que somos y es todo poderoso sobre nuestra realidad.

Si ponemos en la sima de la jerarquía objetos u otros elementos que no son Fuente sino son objetivos, estamos armando una estructura que no nos sostendrá a largo plazo, una estructura que será continuamente inestable y se resquebrará a la presión de cualquier infortunio o adversidad. La realidad es que todos comenzamos colocando en ese lugar, en la tope de la pirámide jerárquica, un “algo” que no has definido o decidido conscientemente; colocado ahí quizás por los valores de tu familia o la cultura.

Hace relativamente poco, en el S.XIX, Nietzsche reveló que habíamos matado a Dios:

Dios sigue muerto. Y lo hemos matado.
¿Cómo nos consolaremos nosotros, los asesinos de todos los asesinos? Lo más sagrado y poderoso de todo lo que el mundo ha poseído hasta ahora se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién nos limpiará esta sangre?

Históricamente teníamos a Dios ahí arriba, pero por una combinación del surgimiento de la ciencia, el cinismo de los poderosos de la iglesia católica untado a los 300 años de las guerras de la reforma en Europa, la descomposición de los estados y las castas de la realeza; entre todos sembramos esta muerte. Y hoy, en el S.XXI, luego de todas las libertades concedidas por la economía y la ley, la deconstrucción de la cultura en todas las expresiones artísticas, las tragedias de las utopías y los estados totalitarios de derechas e izquierdas y de la irrupción del consumismo para vendernos qué tenemos que poner en la cima de nuestra pirámide jerárquica vital… estamos más perdidos que nunca.

¿Cuál es el valor máximo que puede ordenar mi vida?

Al frotar la Lámpara de Aladino, el genio sale y te concede tres deseos, si escoges ser famoso o dinero o cualquier “objeto” de deseo, hay miles de consecuencias atadas a cada uno de ellos, crean un efecto dominó cónsono con deseos que no son “fuente de” sino “consecuencia de”. Cuando Dios en la Biblia le concede al Rey Salomón cualquier deseo, el rey escoge Sabiduría. Sabiduría es Fuente, es inicio, te transforma adentro y el resto es consecuencia.

Es interesante como en el Fausto de Goethe, Mefistófeles que representa la singularidad de la Maldad, le concede conocimiento a Fausto como precio por su alma. ¿Cuál es la diferencia entre conocimiento y sabiduría? Conocimiento sin sabiduría es como fuego fuera de control: el conocimiento es una energía vital, es fuerza, es poder… pero sabiduría es el discernimiento de cuándo y cómo usar esa fuerza y poder.

Hacer consciente unos principios o fundamentos en tu vida que son Fuente y Origen, son un contrapeso en la quilla del velero, te aseguran que no importa la tormenta u oleaje que venga, pasado el temporal siempre terminaras cara arriba. Por ello lo que pones en la cumbre de tu jerarquía debes hacerlo de forma consciente y mejor que sea Fuente.

NO ENGAÑARTE A TI MISMO siempre te mantiene a flote

Ya la semana pasada investigamos un poco este tema. La capacidad del autoengaño en el ser humano es infinita. Yo personalmente estoy en una lucha continua para no engañarme, sé que el autoengaño destruye todo mi esfuerzo por crecer y centrarme en la Verdad. Por ello estoy alerta en personajes que han logrado un nivel de compromiso, disciplina y responsabilidad en sus vidas, para entender cómo lo han hecho. A la vez, basculo entre estar atento de mis motivaciones y empujarme para ser osado ante la vida y enfrentarme ante las circunstancias de la vida, aunque a veces sé que me falta preparación.

¿Cómo haces tú para capturarte cuando te engañas a ti mismo?

Un personaje histórico relevante

Los samuráis eran hombres recios y disciplinados, capaces de morir por sus convicciones. Su vida entera era dedicada al arte marcial y la disciplina rigurosa del cuerpo, la mente y el espíritu. Quizás para entender mejor el espíritu guerrero de los samurái, comparto la diferencia entre dos diferentes disciplinas del arte marcial:

¿Cuál es la diferencia entre un Ninja y un Samurái?
Si un Ninja va en un camino hacia una aldea y, en un trecho, seis guerreros le tienen preparada una emboscada; el Ninja sigilosamente, se camuflajea entre el bosque y le da muerte a cada uno de los guerreros que le preparaban la emboscada. En cambio, el Samurái llega al punto donde le esperan para sorprenderlo, saca su Katana y grita: “qué están esperando, aquí estoy”.

El más famoso Samurái de Japón, Miyamoto Musashi, se batió en 61 duelos (registrados entre 1604 y 1613) y 33 de ellos usando Bokken (espada de madera usada para entrenar) para demostrar su destreza. Una semana antes de morir escribió LA VÍA PARA CAMINAR SOLO (o El Camino de la Autosuficiencia), antídoto para el autoengaño.

Aquí copio algunas de las premisas, cada una es como para escribir un libro.

Extracto de LA VÍA PARA CAMINAR SOLO

1.      No des la espalda a los diversos Caminos de este mundo.

2.      No programes para buscar el placer físico.

3.      No pretendas apoyarte en nada.

4.      Considérate a ti mismo a la ligera; considera el mundo profundamente.

5.      Nunca pienses en términos adquisitivos.

7.      No desees el bien o el mal de otro.

8.      No te lamentes de dejar ningún camino.

9.      No te quejes ni sientas amargura por ti mismo o por los demás.

11.   No tengas preferencias.

13.   No gustes de comida deliciosa para ti.

18.   No intentes poseer objetos de valor o un terreno en la vejez.

19.   Respeta a los dioses y budas, pero no dependas de ellos.

20.   Aunque renuncies a tu vida, no renuncies a tu honor.

21.   Nunca te apartes del Camino de las Artes Marciales.

Estas premisas son principios que forjan un carácter recio y una fortaleza interior que podrá enfrentar cualquier adversidad. Son fundamentos de vida que pueden ayudarte a reconocer cuándo te estás engañando a ti mismo.

La vida te muestra una línea de migajas a seguir

No puedo cerrar sin decir el esfuerzo que para mí es poner en la cima algo que sea verdadera Fuente y Origen. No sé si te has dado cuenta, pero el lenguaje que utilizamos para describir ese Algo a poner en la cima, es religioso… es que cuando vamos a los últimos fundamentos, la ciencia, el conocimiento se quedan cortos y sólo el lenguaje religioso no se descompone. Puede que ese Algo no le llames Dios, puede que le llames Verdad, Justicia, Amor, Realidad… no importa como le llames; sólo quiero que sepas que te está dejando migajas en el camino para que le busques y no pierdas ánimo para continuar, hay una promesa que dice que le puedes encontrar y hará tu vida abundante.

El que no encuentra en su mundo el Cielo, no lo encontrará luego de la muerte. La Fe es esencialmente, la creencia en que la realidad que me llama a Ser, es bondadosa y me está ayudando (Dennis Prager). Cómo podría haber dicho Santo Tomás de Aquino, la razón (ciencia) colabora con mi fe para mostrarme el camino hacia mi verdadero hogar.

El próximo martes…

BARBIE

Veo bien que las chicas y chicos feministas tengan su fantasía, pero ¿en verdad creemos que esta “comedia” puede tomarse en serio?

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