Coordenadas necesarias
El régimen miente y lo hace sin pudor ante las cámaras de televisión, frente a la Constitución y delante de todo un pueblo, que parece acostumbrado a no sorprenderse con cada nueva falsedad que emite la pantalla del canal del Estado.
Nos miente con sus anuncios, sus promesas, su simplista análisis de la política y de la historia, y nos miente, además, cuando oculta, con fines políticos, las cifras oficiales en temas de vital importancia como lo son la violación de Derechos Humanos, el alcance real de la pandemia y la envergadura de la crisis humanitaria que sufre Venezuela.
El empeño del régimen de ocultar los datos con fines ideológicos ha sido uno de los rasgos que ha caracterizado en las últimas décadas. Hay una clara vocación, en todos los gobiernos autoritarios, y en este en particular, de ocultar, deformar o “maquillar” las cifras oficiales cuando éstas son contrarias a la propaganda oficial. Los datos, cuando son confiables y abiertos a los ciudadanos, son siempre un poderoso desmentido del régimen y esto es lo que buscan evitar.
En medio del silencio oficial y del secuestro ideológico de la información, el trabajo de las ONG es vital para comprender la marcha de los asuntos públicos, son fuente de información confiable sobre temas vitales como DDHH, la situación de la pandemia, la crisis de los servicios, la calidad de vida de los venezolanos y la marcha de la economía.
Las ONG, las academias, universidades y medios independientes son las únicas instituciones que todavía pueden ofrecer esa información de forma sistemática y confiable y su trabajo es fundamental para trazar las coordenadas necesarias para desplegar la ayuda humanitaria que requiere buena parte del pueblo venezolano, para registrar y denunciar abiertamente la violación de derechos humanos, y para definir las líneas de trabajo para la reconstrucción del país.
Esta es otra de las razones por las que el régimen persigue a las ONG, no acepta que sean fuente de información independiente que muestran a venezolanos y extranjeros la verdad de lo que aquí ocurre. Se nos acusa de ser organizaciones al servicio de una parcialidad política y de estar en la nómina de intereses extranjeros, una acusación temeraria e injusta, pero suficiente para justificar la persecución a la que están expuestas todas las ONG en el país. Así lo dijo claramente Nicolás Maduro, al señalar que estas, al recibir financiamiento internacional, no deberían sustentar los informes de los relatores internacionales de la ONU.
Por eso es necesario que las ONG sigamos firmes en nuestro trabajo, de manera coordinada, entendiendo que juntas, cada una en su campo de especialización, y con el apoyo de los medios de comunicación independientes y de las academias, somos las únicas capaces de mostrar, con suficiente transparencia metodológica, la verdadera profundidad de la crisis humanitaria, somos los que podemos mantener un registro de la violencia del estado y de la violación de Derechos Humanos, y somos las que podemos señalar el verdadero tamaño de la crisis social y política que enfrentamos.
Este es el compromiso que tenemos desde Alimenta la Solidaridad y Mi Convive, seguir apoyando el trabajo organizado en las comunidades al tiempo que sistematizamos la información sobre la verdad de lo que pasa en nuestro país en asuntos de alimentación y violencia.
En este sentido, es de suma importancia que la Señora Alena Douhan, Relatora Especial de la ONU, se reúna con las ONG y se informe, de primera mano, de lo que ocurre en Venezuela. Obtendrá no solo datos confiables, sino también testimonios de testigos y víctimas de las distintas violaciones a sus derechos, así como de la cruel calidad de vida con la que lidian las comunidades venezolanas.
Director de Alimenta La Solidaridad y Caracas Mi Convive
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