Contaminación de la escena del crimen
En el programa de Jorge Lanata, en la televisión argentina TN, acabo de ver un video filmado por la policía científica argentina en el apartamento de Alberto Nisman en el que apareció muerto en enero de este año. El video es una prueba fehaciente de cómo se contaminó la escena del crimen, con el irrespeto más flagrante de las normas de criminalística para no contaminar las pruebas, recoger todas las evidencias que contribuyan a averiguar lo que realmente ocurrió y para asegurar la cadena de custodia de las pruebas.
Con la irresponsable y quien sabe si intencional acción de la policía s muy difícil determinar si Nisman se suicidó o fue asesinado.
Releyendo una de los libros más importantes de ciencia forense: Criminalistics – An Introduction to Forensic Science [Criminalística – Una Introducción a la Ciencia Forense] de Richard Saferstein[1], revisé lo que se expone en al capítulo 2 acerca de la escena del crimen:
… los laboratorios operan sobre evidencia física. La evidencia física cubre todos y cada uno de los objetos que puedan establecer que se cometió un delito o que puedan suministrar un vínculo entre un crimen y su víctima o un crimen y su perpetrador. Pero para que una evidencia física pueda utilizarse efectivamente en ayudar al investigador, su presencia, en primer lugar debe reconocerse en la escena del crimen… La evidencia física sólo puede lograr su valor óptimo en las investigaciones criminales cuando su colecta se realiza con una selectividad regida por el profundo conocimiento de quien la recoge acerca de las técnicas del laboratorio del crimen, sus capacidades y limitaciones.[2]
Más adelante añade:
ASEGURAR Y AISLAR LA ESCENA DEL CRMEN
Es responsabilidad del primer funcionario que llegue a la escena de un crimen tomar medidas para preservar y proteger el área en la mayor extensión posible. Por supuesto, la primera prioridad debería ser la de obtener asistencia médica para individuos que la requieran y de arrestar al perpetrador. Sin embargo, tan pronto como fuera posible, hay que realizar esfuerzos extensos para excluir de la escena a todo personal no autorizado. En la medida en que lleguen funcionarios adicionales, se inician de inmediato medidas para aislar el área. Cuerdas o barricadas junto con posicionamiento estratégico de guardias impedirán el acceso no autorizado al área…Cada individuo que penetre a la escena s un potencial destructor de evidencia física, incluso si es por descuido no intencional…Experimentados investigadores del delito siempre estarán dispuestos a relatar historias de horror acera de escenas dl crimen totalmente sin valor debido a hordas de personas que, por una razón u otra, las pisotearon. El aseguramiento y el aislamiento de la escena del crimen son pasos críticos en una investigación, cuya realización sea la marca de un equipo investigador entrenado y profesional.[3]
En cuanto a la cadena de custodia, se dice lo siguiente:
MANTENER LA CADENA DE CUSTODIA
La continuidad de la posesión, o la cadena de custodia, debe establecerse cada vez que la evidencia se presente al tribunal como prueba. Hay que atenerse a procedimientos estándar al registrarla ubicación de la evidencia, marcándola para su identificación, y llenando apropiadamente que los formularios de presentación de pruebas soporten las investigaciones de lo que ocurrió en el momento de hallarlas hasta presentarlas al tribunal. Esto quiere decir que cada persona que manejó o examinó la prueba debe responder por ello. La falta en sustanciar la cadena de pruebas puede llevar a serios cuestionamientos en cuanto a la autenticidad e integridad de la prueba y los exámenes que de ella se hagan.[4]
Es evidente cuando se examina el video de la policía argentina (hyperlink supra) que en la escena del crimen en el apartamento de Nisman no se respetaron las normas elementales de investigación que imponen la criminalística y la ciencia forense para que las pruebas recogidas y bien custodiadas puedan hacerse valer en un tribunal penal.
[1] Richard Saferstein, Criminalistics – An Introduction to Forensic Science , Prentice Hall, 5ta, edición, 1995.
[2] Ibid,, p, 31 (Traducción de Carlos Armando Figueredo)
[3] Ibid,, p, 32-33 (Traducción de Carlos Armando Figueredo)
[4] Ibid,, p, 43 (Traducción de Carlos Armando Figueredo)
La duda sobre la posible INTENCIONALIDAD EN LA NEGLIGENTE CONDUCTA QUE CONTAMINÓ LA ESCENA, es pertinente y aceptable cuando se trata de terceros, familiares, amigos, vecinos, que actúan llevados por la comprensible impetuosidad de la natural sorpresa inicial, pero cuando se trata de personas vinculadas a la Policía y al Poder Judicial, funcionarios que están obligados a no cometer esas pifias, por su preparación y experiencia previas, y porque NO están vinculados emocionalmente a la víctima, es inadmisible la excusa de que hubo «descuido sin intencionalidad»: El descuido es inadmisible en profesionales de estos casos, y la Intencionalidad se sobreentiende, ni siquiera se la presume. A Nisman lo asesinaron, y la Cretina Kirchner está entre los responsables como autores intelectuales de ese horroroso crimen, de connotaciones políticas internacionales, que a su vez quieren ocultar el terrible Atentado a la AMIA (80 muertos, cientos de heridos) que Nisman investigaba, ocurrido 20 años antes.