Competitividad y alternabilidad ostensibles
Toda elección democrática se caracteriza por unos dos atributos básicos: competencia (abierta, justa y libre) y competitividad, la cual se mide en puntos porcentuales de distancia que separan al primer partido del segundo: en el caso nuestro: distancia porcentual entre Psuv y la alianza antichavista como una de las características propias de toda competencia electoral, que se refiere al estado del juego democrático durante un momento determinado, tal es el caso actual de Venezuela, con elecciones presidenciales convenidas y programadas para el 28/7 venidero. En teoría democrática liberal o representativas, unas elecciones competitivas constituyen la base de una democracia moderna, a lo que debe añadirse la alternabilidad. Los estudios sobre sistemas electorales y de partidos hacen una referencia constante a la competencia y la potencial como rasgos esenciales de los comicios en las democracias occidentales. Asimismo, los estudios sobre los procesos de transición y consolidación democrática señalan enfáticamente, lo importante de realizar unas elecciones competitivas, que reconozcan su condición necesaria, más no suficiente, para la culminación de dichos procesos. La alusión continua y cotidiana a las elecciones competitivas y la competencia abierta entre partidos; la literatura sobre los procesos de transición democrática durante las últimas décadas ha generado un debate muy amplio, distinguiendo a las elecciones competitivas de lo que no lo son y primando el acento en la relevancia de los criterios de rectitud y equidad. Aun así, sus características y condiciones que las hacen posibles, perdurables y potencialmente benéficas para consumar un cambio y enfrentar algunos de los problemas que aquejan a las democracias recientes, algo escasas.