Como ovejas de Panurgo

François Rabelais fue, además de médico, un famoso escritor francés, novelista del siglo XVI. Son novelas suyas muy conocidas, Pantagruel y Gargantúa, cuyos personajes principales son dos gigantes. En Gargantúa narra el episodio de un personaje, Panurgo, quien a bordo de una nave cargada de ovejas, tiene una desavenencia con el patrón, le compra una oveja y la lanza al mar; las demás ovejas siguiendo a ésta, se lanzan al mar y todas se ahogan.
A raíz de ese episodio en Gargantúa los franceses empezaron a decir que actuar como una oveja de Panurgo era seguir estúpidamente el comportamiento de los demás sin cuestionarlo.
Este martes de carnaval se han repetido escenas que recuerdan a las ovejas de Panurgo. Las hemos visto en la redes sociales: en Tucacas con miles de personas bañándose en el mar, apretujadas y sin máscaras; también en el bulevar de Sabana Grande, celebrando el carnaval.
El diario El País, de Madrid, acaba de publicar un largo artículo titulado “Covid en Venezuela: el terremoto que está por llegar”. Ovejas de Panurgo venezolanas las hemos visto en el martes de carnaval y en las últimas reuniones masivas de ciudadanos, las fiestas de los irresponsables, y son aquellas que no respetan el protocolo que, a pesar de ser obligatorio, se lo pasan por encima porque reina la anomia. Ese terremoto de contagios y muertes pronto va a llegar
Son demasiados los venezolanos en quienes predomina la estulticia, palabra proveniente del latín “stultitia”, que es la manera de actuar de quienes cuando hablan y en sus acciones demuestran que son sumamente escasos sus conocimientos y se comportan como necios “estultos” y sin respeto a normas que buscan asegurar la vida y la salud.