«Chó» en Panamá
Esta semana el mundo entero y en especial los venezolanos, asistiremos a una emocionante refriega de esas que podría rememorar – a quienes no tenemos inconveniente en que se nos caiga la cédula – las «Peleas del Siglo» entre Muhammad Alí y Joe Frazier o Ray ‘Sugar’ Leonard y ‘Mano´e Piedra’ Durán.
Se trata del gran combate telenovelérico Obama-Maduro cuyo cuadrilátero estará ubicado en la ciudad de Panamá. Ambos contendores se verán las caras en la Cumbre de las Américas.
Precisamente una de esas cumbres a las que despectivamente se refería Chávez, cuando decía que «mientras los mandatarios andamos de cumbre en cumbre, nuestros pueblos andan de abismo en abismo».
Acertó: nos dejó en el abismo.
De los mismos realizadores del dramático «¿Por qué no te callas…?!?» nos llega ahora la simpática comedia «Invádeme si te atreves», basada en un guión repetido mil veces por el socialismo internacional pero que siempre logra cautivar a grandes masas de incautos.
Mucha gente está desde ya pregúntándose cómo será ese encuentro en esta nueva producción. Por ejemplo…
…¿se mirarán de lejitos arrugándose mutuamente las caras como novios peleados?…
…¿se estrecharán las manos, cuidando que la gestualidad que revelen posteriormente las fotos indiquen que fue el otro el que estaba pidiendo cacao?…
…¿repetirá Maduro el libretico al que nos tienen acostumbrados los dirigentes chavistas, que consiste en que a los funcionarios gringos de lejitos les ladran duro pero de cerquita les regalan una amplia y complaciente sonrisa?…
Una posibilidad es que se desarrolle entre ellos un diálogo más o menos como este:
- Maduro: «Venezuela is not a trit, güi ar jop!», lo cual según el guguel tranleitor supuestamente quiere decir: «En Venezuela no somos tristes, bailamos joropo».
- Obama le podría responder: «Nico, nosotros no necesitar invadir Venezuela, por razón muy sencilla que tú no haber dado cuenta todavía: cubanos ya tener invadida Venezuela, y Cuba ser ahora nuestros queridos partners… ¿verdad Rrrraulito? So my dear friend, ya mandado hecho and ¡pick up your dead rooster!», que literalmente quiere decir: «Así que hermano querido… ¡recoge tu gallo muerto!», expresión idiomática típica en la Hawaii nativa de Obama, donde, al igual que en nuestra querida Isla de Margarita, les encanta una pelea de gallos…
Una imperdible en este show mundial será la presencia de la primera combatiente, que no se pela una, porque al final del día, ella es la que corta el bacalao en MiraFlores.
Quién sabe, de pronto le da por habilitar dos aviones adicionales: uno para llenarlo de flores y otro para llenarlo de Flores.
El primero para disimular un poco el desagradable olor que ha tenido el espectáculo distraccionista montado por Maduro.
El otro avioncito, para trasladar a ese numeroso y simpático clan que en cada viaje presidencial anima con sus particulares ocurrencias, selfies, fotos grupales, alegrías y compras nerviosas en los mejores malls del mundo, además de ser una barra estruendosa y de alta confiabilidad.
La aparición estelar de Maduro en Panamá incluye, en el mismo estilo de «Las Mil y Una Noches», la presentación de la obra de fantasía titulada «Las 10 Millones y Una Firmas Planas Chucutas». Ya los organizadores del encuentro central le dijeron que nanainanai de andar montando ese templete en la sede de la Cumbre.
Así que han decidido que para presentar las firmas – forjadas o recogidas bajo presión u obligatoriamente en más de un 90% – organizarán una especie de acto literario en paralelo (hay que recordar que, para la exquisita cultura de la dirigencia chavista, un legajo de firmas ya constituye un libro…).
Una información de VTV indica que pedirán al CNE que»certifique» los 10 millones de firmas. Es decir, en 72 horas certificar 10 millones de nombres, apellidos, números de cédula, firmas y huelas dactilares… Caramba, ¡qué eficiencia! Una eficiencia que hubiéramos deseado cuando Capriles pidió la revisión de los cuadernos electorales en Abril de 2013. Exigencia que, por supuesto, nunca se llegó a satisfacer.
Hugo Chávez, en una demostración de absoluta insensibilidad humana y cinismo extremo con ocasión de la tragedia de Amuay de Agosto de 2012, donde muchos venezolanos inocentes perdieron la vida de forma espantosa, expresó: «La función debe continuar».
Eso hace Maduro. No le importa la tragedia humana que vivimos los venezolanos azotados por la escasez, la inseguridad, una inflación galopante, una históricamente incomparable desbocada corrupción y decenas de problemas más. Para él, «la función debe continuar». El «show» es lo importante.
O, como lo llamaría el Diputado Pedro Carreño, en su siempre cuidada y perfecta dicción: El «chó«.