Cayito Aponte o el humor en democracia
Si bien es conocido por su inigualable caracterización del expresidente Carlos Andrés Pérez, el caudaloso talento artístico de Cayito Aponte (1938-2018) le permitió descollar como cantante lírico, actor y humorista en la televisión y el cine. Pero Cayito fue mucho más de todo lo que fue, al convertirse en un ícono cultural de la Venezuela decente, alegre y respetuosa, pues nunca actuó por venganza, ni de su boca salió jamás una ofensa o un dicterio contra nadie. El suyo fue un humor sano y relajante, que sumaba y nunca restaba, que unía y no dividía, sazonado por la inteligente ironía de sus libretos, a ratos condimentados con su simpática espontaneidad.
Rafael José Aponte Álvarez sintetizó en su vida lo mejor de la venezolanidad, habiendo desarrollado su luminosa carrera artística desde los albores de la democracia. Nacido en La Victoria el 22 de abril de 1938, Cayito inició sus imitaciones siendo un niño en su ciudad natal. En el Liceo Aplicación comenzó a lucirse como cantante lírico, actor y comediante, perteneciendo al Orfeón del liceo y más tarde al de la Universidad Central de Venezuela, la casa que vence la sombra, donde estudió cuatro años de arquitectura.
Sus inmejorables imitaciones de Renny Ottolina y Arturo Uslar Pietri se hicieron virales, como diríamos ahora, en el programa emblemático de la televisión venezolana, Radio Rochela, de RCTV, del cual fue artista cofundador con Tito Martínez del Box. Más tarde fue el animador del programa Cuéntame ese chiste, el cual parodió el proverbial buen humor de los venezolanos, sin chabacanería ni desplantes escatológicos.
Como cantante lírico, se le recuerda en óperas clásicas como Caballería Rusticana, Don Giovanni, La Bohéme, Rigoletto y el Barbero de Sevilla, entre otras, sin olvidar sus magistrales interpretaciones del Requiem de Verdi y de Mozart y su trabajo en musicales como El violinista en el tejado y El hombre de la Mancha. Como actor demostró sus aptitudes en telenovelas como Piel Salvaje y en películas como Cien años de perdón. Incursionó como empresario en dos pasiones de su vida, la arquitectura y la buena mesa, fundando restoranes (La Guacharaca, entre otros).
El distinguido victoriano falleció en Caracas el 17 de agosto de 2018, a los 80 años. Le venció un cáncer; pero su trayectoria cultural y ciudadana perdurará por siempre en el recuerdo de los venezolanos. Y es que el buen humor es democracia, civilidad, tolerancia y decoro, y Cayito Aponte lo practicó torrencialmente.
@lxgrisanti