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Carta a J.M. Santos

                                                           In memoriam del Tuerto López y de Aquiles Nazoa

Señor Presidente
Juan Manuel Santos
Colombia

Señor Presidente, le ruego perdone mi ignorancia en el uso de los términos adecuados para dirigirme a Usted, dado el ejercicio de su cargo. Aquí me es muy sencillo, Excelentísimo Señor Presidente Humilde Obrero, jefe del estado y de gobierno, Presidente del PSUV, Comandante de las FANB…etc. pero a usted… bien, debo correr el riesgo del error y de su molestia de incurrir en yerros. Debo confesarle, eso sí, que le escribo con alguna prevención. En el país en donde nací y del cual yo era pero que ya no existe, siempre tuvimos gran respeto a y por los nombres. La palabra dios era ya en sí misma el Alfa y el Omega. Dios era Dios y era todo. Pero con el devenir de los tiempos, allá se fueron descomponiendo los nombres y nunca nos quedó duda de que los echaban a Perder o mejoraban los usuarios. Unos sencillos ejemplos demuestran mi afirmación. Aquí no hay un Blanco que no sea negro. Conocí a muchos Bueno, que no lo eran tanto, más bien malos. El señor Candela es un poema de paz. Y los Paz, casi todos ellos son guerreros. Y había un señor Morales que tenía un prostíbulo. Conocí a una dama de apellido Feo y qué bella!. Y, entonces, tiemblo en que usted nada tenga que ver con san Juan El Bautista o el Apóstol. Tampoco de San Manuel bueno mártir, de quien me enteré por mi maestra, amante de Unamuno y santos, no si usted tendrá lugar allí en ese sacro espacio o, si por el contrario, está lejos de él. Yo entiendo poco de eso, pero Pedro esta allí y negó a Cristo.

Por enseñanza de mi maestro de escuela aprendí que en las cosas de los seres humanos es bueno ver para creer y, decía, en las cosas de la ciencia es bueno conocer, verificar, probar, demostrar para poder creer y si alguien prueba lo contrario, dudar para empezar de nuevo. Así, pues, de usted he oído decir que bajo sus órdenes penetró y violó territorio ecuatoriano y allí se dio muerte a un célebre guerrillero y a otros inocentes. Siempre los inocentes son ingenuos o los ingenuos, inocentes. Y escucho decir que a usted se le incorpora Santander y que por eso usted quiere exterminar todo lo que huela a Bolívar y a sus herederos que viven en esta parte de la esta tierra, empeñados por herencia en reconstruir la Gran Colombia y hacer de América la Patria de todos, menos claro, los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia… etc. Pero, otra vez, parecen y yo creo en el himno nacional de Venezuela que afirma “la América toda existe en nación”. Y como se ve PARECEN y las apariencias engañan, si no vea de la mano a Obama y a Raúl.

Una breve nota sobre mí. Decía que yo nací en esta ribera del Arauca vibradora. Este lado se llamaba sencillamente República de Venezuela, por tanto yo era venezolano, ahora esta república se “llama” república bolivariana de Venezuela. Ese cambio no es sencillo. Me condenan, por un lado, a ser apátrida y, lo mas grave, me condenan a ser bolivariano, y nadie sabe qué es eso, pues el propio Bolívar fue muy escrupuloso con eso del uso del ano y lo empleó  estrictamente con fines políticos, culturales, espaciales de la identidad y no de ideologías, por eso siempre dijo, colombianos…. En esta nueva patria ese adjetivo forma parte de una “troica”, bolivariana, chavista y antiimperialista, si de creer vamos a los discursos y proclamas del alto gobierno cívico militar, unión detestable para Bolívar que, mil veces es de repetirse, prefería el título de Ciudadano al de Libertador y dispuso el espacio especifico de los militares, siempre subordinados al poder civil. La noción cívico militar no estuvo jamás en su agenda, presumo que sospechó que devenía en cínico militar…

Vea usted, pues, Don Santos, soy apátrida por definición pero soy acontista por amor. De acontista sabe usted más que yo, pues ese título lo ejerzo sin permiso alguno de su autor, un Señor de allá, León de Greiff. Esto dicho, paso, pues, a pedirle un favor. Yo le he escrito mucho al presidente obrero., humilde, etc.… jamás me ha respondido. Y motivos tendrá y hasta razones; pero usted se verá cara a cara con él, como él bien dice, face to face, y podrá ofrecerle y pedirle algunos favores, por una parte, y recibir con sus brazos abiertos los torniquetes de amor para la fronteras de paz que él bien aplica de aquí para allá, por la otra.

Primer favor, que usted le ofrezca sus buenos oficios para lograr que la RCG no se apropie de la zona en reclamación, mejor dicho, no termine de expropiarla, El Esequibo, lo cual viene haciendo con sibilina habilidad con la no menos astuta ayuda de su madre patria Inglaterra y su madre hermana y nodriza la Comunidad Británica de Naciones. Usted le puede decir que si Guyana no se queda con esa zona, él tendrá muchos más votos para la AN que los que granaría si derrota a Colombia en esta verborràgica guerra. Y como no podemos derrotar a Inglaterra como maravillosamente la puso de rodillas Argentina con lo de las Malvinas, tal como ya hizo Maduro con Obama en Panamá, bien se podría llegar a una acuerdo, dejar esa zona en reclamación como un parque de la humanidad, intocable y si alguna mano osara posarse en esas tierras sea para cultivar árboles, flores y pájaros.

El segundo favor, que estas cosas de la frontera, tan complejas para ambos, la pasen a manos de académicos de probada competencia y ética para definir qué se debe hacer en conjunto para buscar respuestas al problema. Usted sabe bien que en este país, el de antes y el de ahora, se le dio apoyo a las FARC al ELN, M19 etc.… que el máximo líder, comodante eterno, supremos, etc.… compungido, triste, pero arrogante a la par, rindió honores a los caídos en el Ecuador y en reiteradas veces pidió se reconociese beligerancia política etc. a las FARC… y como ve siempre el presidente obrero, etc.… ha cobrado en “metáforas” la ayuda que este régimen brinda a la paz de Colombia si se deja en paz a las FARC…que bueno fuera si entre ustedes ordenaran el armisticio, por así llamarlo entre paracos, faracos, narcotráfico, etc.…

El tercer favor, que usted acepte para siempre que los límites marinos, submarinos, territoriales etc. de Venezuela se quedarán por siempre como están. Que ustedes reconocerán ad infinitum y para siempre el nombre, el espacio, las aguas y la belleza del Golfo de Venezuela. Y que otras cositas de estas no sean nunca mas objeto de refriegas.

Puede usted ofrecer que las bases de Estados Unidos, que dicen son muchas y con poderes supra constitucionales… se irán de Colombia y que, a trueque, los miles de cubanos, con los mismos poderes supra constitucionales, se irán de Venezuela. Obama y Raúl podrían servir de anfitriones en un banquete que por la libertad cantemos todos, incluso los apátridas como yo y los acontistas de aquí y de allá.

De no ser esto posible, desde la RBV se mantendrá el torniquete y la comisión de amor y paz para la nueva frontera, la frontera del amor y de la paz, integrada por José Vicente Rangel, Padrino López y Diosdado Cabello.

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