Calvani y el nuevo rol de la OPEP
El petróleo no es un arma de guerra
El papel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue considerado por el canciller Arístides Calvani (1969-1974) como parte integral de la búsqueda de los países en vías de desarrollo por obtener precios justos para sus materias primas y así reversar el deterioro de los términos de intercambio frente a los países consumidores industrializados. Para el catedrático de la UCV y la UCAB, la OPEP fue un instrumento idóneo para lograr un Nuevo Orden Económico Internacional:
“…Era necesario dar una expresión ético-política a la OPEP. Esta no es un cartel con ambiciones monopolísticas. El petróleo no es un arma de guerra. Es un instrumento de negociación en manos de los países en vías de desarrollo para la construcción de un nuevo orden internacional con base en la justicia social internacional” (subrayado del propio Calvani) … La Organización … fue tomando conciencia de su propia identidad y … fue ampliando el horizonte de su misión … Mecanismos para la estabilización de los precios; unificación de las políticas petroleras; salvaguarda de los intereses de los países miembros; racionalización coordinada en la explotación del producto…”
Venezuela, democracia y fijación unilateral de precios
Calvani destaca el liderazgo de Venezuela en la fundación y consolidación de la OPEP y subraya respecto de la política petrolera: “me atrevería a decir que se gesta, progresivamente, una verdadera política nacional,” compartida por amplios sectores del liderazgo político, económico y social del país. Esa “política nacional” tomó cuerpo, principalmente, a partir del 23 de enero de 1958.
El mas tarde senador por el Estado Sucre resalta los hitos históricos que gradualmente posibilitaron el control de la Nación venezolana sobre la explotación de los hidrocarburos (gracias a que los cuadros directivos, gerenciales, técnicos y de obreros calificados fueron mantenidos en PDVSA al producirse la nacionalización en 1975):
- La reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta del presidente Sanabria (1958).
- El acuerdo preliminar alcanzado por el ministro de Minas e Hidrocarburos, Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo, en el Congreso Petrolero Árabe (El Cairo, abril de 1959).
- La fundación de la OPEP, en Bagdad, Irak, el 14 de setiembre de 1960.
- La negociación de los primeros contratos de servicio entre la República y las empresas petroleras internacionales durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera (1969-1974).
- La fijación unilateral de precios de referencia por el Estado venezolano (diciembre, 1970) y la reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta que elevó la tasa impositiva al 60% de las utilidades netas de las empresas petroleras.
- La histórica XXI Conferencia Ministerial de la OPEP en Caracas (diciembre, 1970);
- La reunión de la OPEP con las empresas petroleras internacionales y la sucesiva Conferencia Ministerial en Teherán (1971, donde se siguió el ejemplo de Venezuela en la fijación unilateral de precios).
- La Ley que Reserva al Estado la Industria y el Comercio del Gas Natural (1971).
- La Ley de Bienes Afectos a Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos (1971).
- La III Asamblea de la UNCTAD, celebrada en Santiago de Chile (1972).
- La Ley que crea la Dirección de Bienes Afectos a Reversión en el Ministerio de Minas e Hidrocarburos (1972).
- La Ley que establece el Fondo Destinado a la Investigación en Materia de Hidrocarburos y Formación de Personal Técnico para la Industria de dichas Sustancias (1972).
- La puesta en servicio del primer buque-tanque (Independencia I) para el transporte de petróleo (1973).
- La Ley que Reserva al Estado el Mercado Interno de Hidrocarburos (1973).
- La Ley que Reserva al Estado la Industria del Hierro (1975).
- La Ley que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos (1975).
- La propuesta del presidente de Francia y la sucesiva constitución del Diálogo Norte Sur, copresidido por el Ministro de Estado venezolano, Manuel Pérez Guerrero.
Para Calvani, la fijación unilateral de precios revistió especial trascendencia histórica:
“En febrero de 1971, se reúnen en Teherán los países del Golfo Pérsico con las Compañías Petroleras. El ejemplo venezolano ha conmovido a los otros países productores … La OPEP, en ulterior reunión, consagra el paso trascendental de Teherán. El sentido y misión histórica de la OPEP ha cobrado nueva vida… Establecían, además, las medidas que consideraban convenientes para la más racional explotación…. Por primera vez en la historia contemporánea, los países en desarrollo fijaban los precios de sus materias primas.”
Queda un largo trecho por recorrer
En medio de la euforia de aquella década de los años 70, el pensador Calvani advierte: “…con todo, no podemos hacernos ilusiones. Queda un largo trecho por recorrer.”
Si bien el estadista venezolano no podía anticipar los grandes cambios que ocurrirían a raíz de la Revolución Tecnológica de las últimas cuatro décadas (1980-2020), lo cierto es que la OPEP ya ha superado aquella etapa de fijación unilateral de precios. La OPEP ya no fija precios del petróleo. Establece niveles máximos de producción y permite que el mercado determine el precio de equilibrio. Calvani fue claro al señalar: “la OPEP no es un cartel con ambiciones monopolísticas.”
La OPEP del siglo XXI propicia el diálogo y la cooperación con los países consumidores en el seno del Foro Energético Internacional, así como la asociación de sus compañías estatales con las empresas petroleras internacionales. El petróleo ha perdido espacio en la matriz energética mundial y así continuará ocurriendo en las próximas décadas.
Las nuevas tecnologías de explotación han permitido una masiva expansión de las reservas de petróleo y gas natural convencionales y no convencionales (lutitas). Infraestructuras, plantas y equipos inteligentes reducen el consumo de energías fósiles. La OPEP comprende que le toca un papel estabilizador del mercado y los precios dentro de una matriz energética diversificada, consciente de sus obligaciones en el marco del Acuerdo de Paris sobre cambio climático (2015).
El “largo trecho por recorrer” al cual se refería Calvani, tiene su fundamento en la premisa, hoy universalmente aceptada, de que el desarrollo socioeconómico de las sociedades extractivistas no puede alcanzarse sólo por medio de la explotación de sus recursos naturales (debido a la Maldición de los Recursos y la Enfermedad Holandesa), sino por medio de la educación, la ciencia, la cultura, la libertad, el emprendimiento individual y el empoderamiento del ciudadano en el marco de economías sociales de mercado e instituciones democráticas sólidas y trasparentes, respetuosas del Estado de Derecho.
@lxgrisanti