Bolsonaro empieza (II)
Jorge V. Ordenes-Lavadenz
Admirador de Trump y de las dictaduras de Brasil, 1964-1985, Bolsonaro busca estrechar relaciones con EEUU e Israel, y piensa mudar la embajada de Brasil a Jerusalén.Cuando tomó el poder dijo que la gente se había liberado: del “socialismo,” de “los valores invertidos,” del “gigantismo del estado” y de lo “políticamente correcto.” Pero se sabe que de lo que no se ha liberado es de la realidad socio-económica y política de Brasil que registra generaciones y décadas de intentos de solución que de una u otra forma han gestado una actitud vital de sobrevivencia y salvación a como dé lugar de una población diversa que desconfía hondamente en los políticos. Por eso urge plantear los problemas técnicamente de modo que las soluciones de corto y mediano plazo hablen de por sí a todo Brasil y fuera de él. El politiqueo continuará siendo palabras al viento no solamente en Brasil… aunque éste es el país pauta de América Latina.
Según el FMI, en 2017 la deuda externa de Brasil llegaba al 153% (45% privada) de un PIB de US$2.055 billones (2.055.000.000.000), lo que es oneroso para cualquier gobierno. En comparación, también en 2017, la deuda de: Argentina: 78% (26,6 privada) de un PIB de $638 mil millones; de Chile: 162% (85,4 privada) de un PIB de $277 mil millones; de Paraguay 58% (72.4 privada) de un PIB de $39 mil millones; de Bolivia 49% (0% privada) de un PIB de $38 mil millones. Paulo Guedes, el “poderoso” ministro de finanzas, fiel a la escuela de Chicago, de entrada habló de una reforma total del estado y del comercio para abrir el potencial corporativo. Destacó que se reformará y reducirá el gasto de jubilaciones en el equivalente a $260 millones, se privatizarán activos del Estado y se simplificará el sistema impositivo. Nos ocuparemos de los “piratas del sector privado, los burócratas corruptos y las criaturas del pantano político que han conspirado contra la gente brasileña. El gasto excesivo ha corrompido a Brasil.”
Sergio Moro, ex juez que contribuyó al juicio que declaró culpable al ex presidente L.I. Lula da Silva, y ahora ministro de justicia, dijo que “ la misión más importante otorgada al presidente Bolsonaro es clara: terminar con la corrupción impune, luchar contra el crimen organizado y reducir los crímenes violentos respetando la ley.” Ernesto Araujo, el nuevo ministro de RREE, en un discurso con citas de índole religiosa, literaria, incluso recurriendo al latín y al griego, mostró admiración por los gobiernos nacionalistas de EEUU, Hungría, Israel y Polonia. Bloomberg Newsdestaca que dijo: “no estamos aquí para bregar por el orden global. Esto es Brasil y no temo ser brasileño.” El nuevo ministro de asuntos de mujeres, la familia y derechos humanos, Damares Alves, afirmó que aleccionar políticamente a niños y adolescentes pasa a la historia. De ahora en adelante “las niñas serán princesas y los niños serán príncipes.” “Se abre una nueva era en Brasil donde los niños vestirán de azul y las niñas de rosado.”