Arístides Calvani, el Canciller
Con motivo de cumplirse el centenario del natalicio del Dr. Arístides Calvani, rendimos homenaje a su esclarecida personalidad. No pretendemos formular un perfil de su figura indiscutible, siguiendo el método empleado por Plutarco, en su obra de resonancia universal: Vidas paralelas. Pero si es posible comparar rasgos sobresalientes de personajes que cumplieron labores parecidas o similares en el transcurso de nuestra historia, con las que él descollaba en su actuación ciudadana.
Se nos antoja perfilar el quehacer en el ámbito nacional e internacional cumplido por Arístides Calvani, con el que se señala en nuestra ya lejana independencia al Dr. Pedro Gual, llamado por antonomasia el canciller de la Gran Colombia.
El Dr. Jose Gil-Fortuol, cuya Historia Constitucional de Venezuela no puede dejarse de consultar cuando se desea ahondar en nuestra historia político-institucional (aunque emplea muchas veces la severidad al juzgar hombres y acontecimientos), nos define al Dr. Pedro Gual como un ser de “privilegiado entendimiento, sus artes de negociador discreto y perspicaz, su lenguaje jugoso y persuasivo, su buena fe, su probidad.” Agrega Gil-Fortoul que Gual evidencia “una austeridad de filósofo estoico; severo y adusto, sabe mas de exponer principios y examinar sistemas, en conferenciar con cerebros que se le parezcan, que no de manejar hombres enloquecidos…”
Muchas de esas cualidades se observan en Arístides Calvani, para quien la función pública constituyó un proceder ajustado en los principios que la forman, durante los años que sirvió al país al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Su actuación como tal está comprendida en la obra intitulada Selección de Discursos, modesta publicación salida de los talleres de la Cancillería, que relieva aún más su austeridad de hombre público que no tiene muchos pares en nuestra vida republicana.
Seria corto el espacio para comentar, siquiera brevemente, su pensamiento como canciller de Venezuela en el ámbito de los foros internacionales. El bien común universal, la justicia social internacional, el pluralismo ideológico interno y externo, la solidaridad pluralista, fueron ideas por demás trascendentales. Y es que Calvani, como profesor que fue de Filosofía del Derecho y de Introducción al Derecho, desarrolló estos temas con su profunda dialéctica de jurista.
Sí cabe en estos momentos en que las fibras estriadas del corazón de la humanidad están doblegándose, hacer una somera alusión a la concepción del estadista venezolano sobre el rol que compete a los Estados en el seno de las Naciones Unidas: “Nos preocupa la pérdida de autoridad y prestigio de la ONU, que sigue siendo, a nuestro juicio, el mejor instrumento de la comunidad internacional para lograr la paz y la justicia en el mundo. Este debilitamiento obedece a complejas razones: incumplimiento de sus resoluciones por algunos Estados miembros; falta de sentido realista…”
@lxgrisanti
