Antecedentes del 11 de abril 2002
Recientemente mencionaba que el presente 2022 era propicio para mirar al retrovisor de lo sucedido veinte años atrás, partiendo de la necesidad de hurgar sin anestesia en los sucesos que, marcando la historia política nacional en el siglo XXI, han impactado el curso de los eventos posteriores al 11 de abril hasta el presente.
A todas luces es una tarea incómoda cuando el desenlace no es una victoria, ya que se pisan callos por doquier al ser historia reciente, en tal sentido sortear el lance para evadir el entuerto, nos tiene acá dos décadas más tarde, cometiendo los mismos errores y trastadas, que han derivado en el recorrido de un calvario de innumerables estaciones sufridas por el abnegado pueblo venezolano.
Otro desenlace fue el 23 de enero de 1958, de esta fecha todo mundo escribe bonito, ¡claro ¡fue una epopeya popular que permitía soñar con certeza por primera vez, con la conquista perdurable de la democracia y sus valores, luego de más de un siglo de historia republicana.
Cuantas cosas han pasado estos 20 años que merecen detenerse a mirarlas, con la inspiración y ritmo del tango Volver de Gardel “sentir que es un soplo la vida y que veinte años no es nada”, y al mismo tiempo todo, ya que millones de venezolanos se la jugaron a rabiar para no perder su patria, aun cuando a millares les costara la vida.
Con la valentía manifestada el 11 de abril multitudes apostaron a la tierra amada, no en un lance, sino en innumerables ocasiones, en 2004 con el Referéndum Revocatorio, luego el 2 de diciembre 2007 derrotando la funesta reforma constitucional, más tarde en diciembre de 2015 otorgando una mayoría aplastante opositora en la Asamblea Nacional, y finalmente en 2019 con el apoyo al gobierno interino.
Todos hechos capitales que permitían avizorar otro país, diferente al que tenemos hoy, apoyados por inmensas movilizaciones como las desarrolladas en 2014 y 2017. Todas tuvieron un punto de partida y un hilo conductor la pasión expresada aquel jueves 11 de abril en las calles de Caracas y de varias ciudades del país.
En realidad, todo pintaba bien antes del 11 de abril de 2002, el movimiento sindical se había fortalecido en torno a la CTV, luego del fraudulento referéndum sindical de diciembre 2000 que había disuelto las directivas de las centrales sindicales nacionales, federaciones regionales y sectoriales, se realizaron las elecciones para la relegitimación del sindicalismo, sufriendo la plancha oficialista una fulminante derrota el 25 de octubre de 2001, con la victoria de Carlos Ortega como presidente de la CTV.
Posteriormente en diciembre de ese año el paro exitoso de 12 horas convocado por Fedecámaras contra las leyes habilitantes que conculcaban la propiedad privada en diferentes áreas de la economía, tuvo el respaldo rotundo de la sociedad civil que confrontaba al proyecto educativo oficialista bajo el lema “con mis hijos no te metas”.
En un contexto de creciente oposición a las incipientes actitudes tiránicas del régimen, se realiza la imponente manifestación del 23 de enero de 2002, convocada desde la plaza Morelos subiendo por la avenida Lecuna hasta el centro de Caracas reunió a más de 150.000 manifestantes y a representantes de todos los sectores políticos y sociales.
Todo suponía que el pueblo despertaba frente a un régimen que asumió el poder en 1999 con el apoyo mayoritario de la población, en nombre de la democracia y de la mejor constitución del continente, a la que el poder ejecutivo comenzaba a desconocer y desaplicar, ocasionando la decepción a inmensas capas de la población que lo habían apoyado inicialmente en 1998.
¿Qué sucedió en ese entonces en un contexto favorable a la defensa de la democracia? Nos conlleva a las jornadas del 11 de abril a ser analizadas en la próxima semana, cuyo resultado como ya conocemos terminó en una emboscada para las legítimas aspiraciones del pueblo venezolano de vivir en democracia.