¡Anda, vale!, ¿qué te cuesta?
Es contigo, Nikolai. No te hagas el loco. Ya tus actitudes televisivas de perdonavidas no convencen a nadie. Todo el mundo sabe que de busca-bullas de poca monta no pasas. Que actúas prevalido de una cúpula militar tan fantoche y tan inepta como todo en tu régimen. Que esa y tú lo que hacen es seguir el guion que les escribió el think-tank cubano que Fidel le había regalado al inmortal fallecido y que tú heredaste. Claro, no hay que descartar que también recibes el apoyo de jueces y fiscales en eso de aplicar una justicia sesgada en contra de los opositores. ¿O es casualidad que apenas tú abriste la boca en la cadena, salió un fiscal a mandar a detener a uno de los representantes de la alternativa democrática? ¿Es por acaso que casi la mitad de los alcaldes surgidos de las filas de la oposición tiene procesos judiciales abiertos? ¿Cuántos de los alcaldes rojos han sido enjuiciados? Y no me digas que estos son unos dechados de rectitud, porque bien malandros son algunos.
¡Anda!, ¿qué te cuesta? Ponte la mano en el pecho cuando estés solo y reconoce que el encargo te quedó grande. Grandísimo. Y ya que estás en eso, admite también que estás secuestrado por unos chupasangres que, por enriquecerse como Cresos, le están haciendo un inmenso mal a la nación. Piensa también si es moralmente (o políticamente) válido poner a inocentes en mazmorras para que un grupete pueda seguir monopolizando el poder.
Con todo y lo alargado de tu físico, mental y gerencialmente eres un enano. Y lo sabe, además de los treinta millones de venezolanos, el mundo entero. Cómo será que hasta los amigotes internacionales empiezan a sacarte el cuerpo. Claro que eran amigos interesados —chulos, mejor— que le pelaban el diente al difunto porque los tenía comprados para que votaran a su favor en la ONU, la OEA y cuanto foro internacional aparecía por ahí. Ya la Dilma dijo que siente «gran preocupación por Venezuela”. La Bachelet, tan socialista como la primera ya sacó un comunicado explicando que la nación chilena siente aflicción por lo que sucede por aquí. Con decir que Juanma, el “nuevo mejor amigo” de tu legatario, exigió que se le respete el debido proceso a Ledezma. Las primeras planas de diarios de todo el planeta abrían con la detención —arbitraria, violenta— de este. Su único delito: haber sacado junto a María Corina y Leopoldo un escrito pidiendo una transición. Un documento que podemos firmar, sin cambiarle ni una coma, tres cuartas partes de la población. Solo los medios nacionales, secuestrados por el régimen, titulaban distinto. Por donde vivo, uno informaba a cinco columnas que tú habías anunciado que “Ledezma será procesado por la justicia”. Repito, la noticia era que habían detenido a ese alcalde, sin orden de captura y que solo después del hecho apareció un sigüí firmando un papel. Lo que dijiste valía solo como un subtítulo de esa noticia. Pero eso será en otros países; aquí los medios están como el perrito de la RCA…
No has llegado a los dos años de mandato —cuya legitimidad y legalidad muchos ponemos en duda— y lo que has logrado es acelerar la destrucción del país. No solo en lo que se refiere al aparato productivo y las fuentes de la economía sino en lo relativo al tejido social: todos somos más pobres que antes y sentimos más animosidad en contra de quien debiera ser nuestro prójimo. Ya hasta alguien que ha recibido tanto real del régimen, como Oscar Schemel, reconoce que “siete de cada diez venezolanos piensan que el país va por mal camino”. Solo José Temiente sigue con su chorro de babas: “Dentro de la oposición se ha impuesto el sector más violento y anticonstitucional”. Pero es entendible: él es uno de los que más ha ordeñado la res pública en estos largos 16 años. Y no cejará hasta que no la vea exangüe. Ahí será cuando arranque para el Chile de sus amores. Pero los billetes no los llevará a ese país: seguirán en los paraísos fiscales donde reposan actualmente. Usemos la lógica: ¿va a arriesgar la oposición la probabilidad de obtener una victoria abrumadora promoviendo un golpe de Estado que complicaría ese probable éxito político? Yo sé que en tu pueblo natal lo que se juega es tejo (que por allá le dicen “turmequé”), pero por aquí, el dominó tiene un aforismo: “mano segura no se tranca”.
Creo que es hora de que le pares a los consejos que te da alguien que sabe de economía, que hasta ministro del intergaláctico fue y quien hace poco te mandó una carta abierta: Felipe Pérez Martí, uno de los pocos socialistas sensatos en este país: ve pensando en renunciar para darle paso a un gobierno de transición que paulatinamente enmiende todos los errores que por la tozudez dogmática y por la rapacidad de algunos copartidarios tuyos mantienen postrada a Venezuela. Si sigues empeñado en quedarte va a ser peor: no solo vas a perder las elecciones sino que nunca más podrá el PUS volver a mandar. Pérez Martí lo explica por la “teoría de los juegos”; yo apelo a otra más antigua: la del “mal menor”…