AMLO: Yo no me meto en asuntos de otros países
Patética, esquiva, macabra y hasta ridícula, respuesta del presidente de México Andrés López Obrador, de tendencia política izquierdista extrema, conocido coloquialmente como AMLO. Esa es precisamente una de las fallas de los políticos latinoamericanos, populistas, ambiguos, mezquinos y esquivos, que dañan a la democracia en América, y contribuyen con la anarquía.
Lo triste y lamentable para la región de éstas declaraciones, es el hecho de que México es una Nación clave en la defensa de la democracia y sus principios de libertad y de justicia social legal, con el cual durante el periodo presidencial de este señor ambiguo y misterioso que piensa que, defender la democracia en el hemisferio, es meterse con otros países, deja un punto de atención y una preocupación y dudas en la democracia latinoamericana.
Si los EE.UU., le hubiesen respondido lo mismo, a Winston Churchill y demás líderes democráticos de Europa, quizás en el mundo hoy todos los habitantes del mundo, hablaríamos alemán hitleriano, y el mundo tendrá otro destino muy diferente al actual. Si los EE.UU., le hubiesen respondido a Corea del Sur, con la misma frase de AMLO, esa región hoy día, sería un infierno comunista donde las libertades y justicia no valdrían nada. Si los EE.UU., no hubiesen participado en la salida del comunista Salvador Allende en Chile, quizás en América Latina todas las naciones serían marxista leninistas y hablaríamos el ruso y el chino en lugar del español. Y no solo eso, la hambruna seria apoteósica.
Esta respuesta de AMLO a una periodista colombiana, tendrá consecuencias políticas innecesarias en la región, para bien y/o para mal de la democracia. Para bien, porque se detecta un punto de real de preocupación para ésta, mientras AMLO, este en la presidencia de México, puesto que ha demostrado con esta actitud y respuesta, que solo le importa su país. Por otra parte, da a entender que no le importa la democracia, a la cual subestima, y hasta asoma la posibilidad de que intente sabotearla en su propio país.
Una de las grandes virtudes de las democracias, es la de que los países que la practican en todo el mundo, pareciera que, tácitamente se convierten en aliados y defensores de ésta, en todas partes del mundo donde se viole e intente pervertirse. Precisamente, debido a ese sentimiento universal que existe en defensa de las democracias del mundo; es la razón, por la que hoy día, la Union Europea, gran parte de la ONU y parte de la OEA, repudian al régimen totalitario de Nicolás Maduro y del chavismo en general.
Me atrevería a afirmar que, que los países que practican la democracia en sus respectivos continentes y regiones del mundo, practican el conocido y popular lema de los famosos mosqueteros “Todos para uno y uno para todos”.
Cuando se trata de defender y apoyar a la democracia, las naciones y pueblos que la defienden, se olvidan hasta de los intereses personales, grupales de: amistad, económicos, deportivos, sociales y culturales; puesto que se trata de que se están metiendo con su forma de vida, con sus sueños, con sus familias, con sus intereses económicos, con sus estilos de vida; con sus futuros como personas miembros de una nación libre. Ese en mi opinión, es el sentimiento que percibo y que existe a nivel mundial, del porque defendemos la democracia nuestra y la de las naciones a las que consideramos aliadas y amigas.
Con esa despectiva respuesta, AMLO, demuestra que no ha debido llegar a la presidencia de su país, puesto que no tiene esa convicción de demócrata cabal y convencido de que es lo deseable y conveniente. Esa no es la respuesta de un estadista ni la de un presidente que juró resolver los problemas democráticamente, con libertades plenas y apegadas a la ley de México.
Por el contrario, con algunas acciones previas como gobernante, que ya han sido cuestionas por sectores democráticos de sus país, México, como fuera de contexto, está demostrando que es un presidente autócrata, de la época de los cavernícolas, que odia a la modernidad y el progreso, con tendencia demostrada hacia el populismo y totalitarismo; combinación está muy peligrosa para un país como México, que desea y necesita crecer económicamente y vivir en democracia, armonía y paz.
Al afirmar que no se mete en asuntos de otros países, está demostrando egoístamente, que no le gusta jugar en equipos. Que no le importa que poblaciones enteras sufran los embates perversos y criminales de las dictaduras totalitarias como la que existe en Venezuela. Finalmente, ofende, desprecia e ignora y asusta a los venezolanos que se fueron a México, en búsqueda de un futuro y oportunidad de vida digna en otra nación amiga.
Asusta y preocupa también, que México no haya avalado y refrendado la decisión del grupo de Lima, de rechazo a la dictadura de Nicolás Maduro. Asusta y preocupa que AMLO haya respondido a la pregunta que le hiciera la periodista colombiana de que NO SE METE EN ASUNTOS DE OTROS PAÍSES.
Tal actitud y respuesta, asusta y preocupa al mundo democrático de américa y universal; puesto que vivimos en un mundo globalizado, donde hasta la política se ha globalizado y actúa en forma de bloques de interés, ante situaciones diversas, entre las que la política, lo social y lo comercial están presentes.
De ser sincero en estas declaraciones, me temo que AMLO, no podría ser el mediador que se ofreció voluntariamente a ayudar junto a los EE.UU. a los países de Centroamérica a organizarse y desarrollarse económicamente, con una especie de cooperativa regional de naciones, mediante el cual, se mitigue en alto grado, la migración masiva de las poblaciones de estos países, en especial, los de Hondura, El Salvador Guatemala y Nicaragua, hacia los EE.UU. Digo esto, puesto que tendría que meterse en asuntos en lo político, social, cultural y comercial de otras naciones, lo cual sería contradictorio, con sus recientes declaraciones sobre Venezuela y la dictadura abominable que tiene mi país.
Esta postura acomodaticia de AMLO, aunada a otras entrevistas realizadas por diferentes medios y periodistas; da pie, a que toda la américa democrática, le mire con recelo y desconfianza, puesto que se necesita ser un fanático o cretino, y/o simpatizante de las dictaduras, al no atreverte a desenmascáralas y combatirlas, a sabiendas que le hacen daño a sus respectivas poblaciones.
No me cabe la menor duda, que el pueblo demócrata mejicano, mayoritariamente, rechazara y repudiara tal postura cobarde y ambigua de AMLO, la cual contribuirá – sin duda alguna – con ganarse las simpatías y sonrisas de los jerarcas de las dictaduras de Cuba, Moscú, Pekín; Cuba, y Corea del Norte, y Venezuela; enemigos acérrimos e incuestionables de las democracias, e indudablemente sus amigos y aliados.
