¡Al venezolano no logran derrotarlo!
El ataque más bestial que recibe el venezolano, que le da sentido e insufla de maldad al enemigo, es el efecto caos y tragedia que generan los actos y mensajes oficiales.
Desanimo, pesimismo, desesperación, negativismo, tristeza, ansiedad, rabia tiene confundido al poblador, pero no por esto han logrado aplastarlo; subsiste en los escombros de lo que era un país, de lo que fue una nación que sigue buscando horizontes mejores.
Triunfo 9La fuerza invencible del venezolano está latente, los cientos de misiles mediáticos que recibe todos los días lo sacuden y lanza a buscar protección en refugios psicológicos que no encuentra ni se han construido para tal fin; sin embargo cerca del 80% de la población que sale todos los días a bregar no acepta la imposición e injerencia de la bota extrajera, la mentira, maldad, sadismo, torpeza, cinismo, salvajada.
Hay enemigos de la normalidad social, por todas partes: el oficialismo asume el rol de cabeza visible, pero abundan los embadurnados con mieles del poder y dinero, los acomodaticios, los vendidos y los que sus ideas no les alcanza sino para desprestigiar y descalificar al pueblo venezolano.
Muchos integran el gran coro maleficio, plantean que todo se acabó, estimulan a que se desmembré al máximo el espíritu de trabajo y superación del poblador, aúllan para forzar que se animalice las mentes de millones de niños y adultos. Además que el gobierno hace sentir mendigo al poblador profundizando las técnicas para convertir en estúpidos y rebaños a seres pensantes. Y a pesar de todo esto, no han podido derrotar al venezolano…
Cada día hay más ciudadanos en pie de lucha y a cada hora hay menos vencidos. Sin duda que sufren, se confunden, desesperan, pasan por tiempos de miedo y desanimo ya que es la cuota existencial indispensable que se tiene que pagar en una guerra tan malvada como la que se desarrolla en el país.
La resistencia crece cuando se agigantan las atrocidades económicas y reciben bombas atómicas morales y biológicas como no tener papel higiénico, mendigar medicinas, comida y culpar a “Raimundo y todo el mundo” de la fatalidad social.
La bipolaridad política se vino abajo. Crece otro tipo de bipolaridad, y muy buena, la bipolaridad moral. Un inconsciente colectivo mucho más real y menos especulativo. Empieza a ser mayoría los que no aceptan ni creen en patrañas políticas, bandidaje partidista, peroratas de columnistas disipados ni cuentos de oportunistas.
En una acera está el ciudadano que no se entrega a los designios de los que están en la otra acera: políticos, líderes y pensadores de pacotilla mimetizados con las prácticas del régimen para no perder poder, posición, dinero, “prestigio”, figuración. Los mismos a quienes muy pronto les va a desinflar sus egos el alfiler de la verdad, la realidad y la justicia. ¡El venezolano está en pie de lucha, y no logran derrotarlo…!
Psiquiatra y antropólogo
[email protected]
@LuisJUzcategui
