Al retrete oficialnoico
Lidis Méndez
Una nación entera está hundida en el fango debido a la incapacidad política y gubernamental para salir de la crisis demagógica que Hugo Chávez inició en 1998. Por estos días todo duele y aunque echar alcohol sobre una herida abierta no la cura ni la cierra, si la desinfecta evitando la gangrena.
Quien no es afecto al oficialismo y piensa con lineamiento propio dentro del bando contrario puede comenzar una cruzada heroica para tirar algunas impurezas politiqueras dentro del retrete oficialnoico instalado en Miraflores, ya que muchas de estas son difundidas como noticia por los medios de comunicación sin el debido análisis crítico.
Recientemente un constituyentista señaló que el gobierno venezolano es capaz de “dividir a Colombia en dos” con los aviones Sukhoi si Estados Unidos incursiona en Venezuela, lo cual es bastante risible por la incapacidad de respuesta militar que tenemos frente a la OTAN y de la cual Colombia forma parte. Tanta irresponsabilidad solo denota el acostumbramiento a mentir públicamente para ofrecerle circo al pueblo cuando no hay pan. Sinceramente, el retrete oficialnoico usa más fuerza para atascarse que para gobernar ¿Puede el lector preguntarse por qué? Cuestionando cada declaración absurda que emiten, la respuesta la dan ellos mismos. La impureza N° 1, en la cual se gastó un cuarto de rollo de la intelectualidad venezolana fue la inclinación ideológica de Chávez.
En 1998 el candidato declaró públicamente en una entrevista vía satélite con Jaime Bayly que: “habría que bajar unos impuestos y subir otros…estoy de acuerdo con mantener una tasa de flotación cambiaria…Estamos de acuerdo en que muchas empresas…sean privatizadas o entregadas al capital privado nacional o internacional…Petróleos de Venezuela debe estar en manos del Estado, lo cual no quita…que haya inversiones internacionales de capitales norteamericanos, ingleses en áreas aguas debajo de refinerías y petroquímicas…Estamos de acuerdo en que la banca esté en manos privadas…hay que entenderse con todo el mundo…Yo no soy socialista…La América Latina que viene requiere un salto adelante…Yo creo en un proyecto humanista…Yo me reúno permanentemente con Fedeagro y Fedeindustria…Yo me llevo muy bien con los empresarios venezolanos, están muy interesados en el proyecto…Desde el poder, desde el gobierno vamos a fomentar la industria nacional, la empresa privada, la pequeña empresa…la incorporación al mundo globalizado de hoy…Estoy comprometido a no ser autoritario, no queremos más autoritarismo…Lo primero que aquí hay que hacer…es llamar a un proceso constituyente, es llamar a una consulta popular, a un referéndum popular para que este pueblo recupere su dignidad y trace su propio destino; esa es la primera medida para moralizar el país, sobre este nuevo piso edificaremos la Venezuela del próximo siglo”[1]
Hoy día los venezolanos somos víctimas del capitalismo más salvaje de América Latina y estamos excluidos del cualquier beneficio de la globalización. En momentos de crisis la revisión histórica es importante, hace 20 años la situación del país no era tan grave como la de ahora porque existía estado de derecho. Otras impurezas son: la guerra económica, las FANB, la potencia petrolera, el poder del pueblo y el humanismo. En este artículo no caben todas, pero los invito a gastar un poco de papel higiénico mental y lanzarlo al retrete ofialnoico para ver si revienta la cloaca de una vez por todas.