A 5 años del Bolívar Soberano
En Venezuela el pasado 1° de septiembre se cumplió un lustro de aquel ajuste del salario mínimo que supuso un incremento cercano al 6.000%. La administración de Nicolás Maduro lo presentó como el ajuste salarial más elevado de nuestra historia, como parte de su “ingenioso Programa de recuperación y prosperidad económica para enfrentar la hiperinflación”. Las bondades de dicho plan según el primogénito del mandatario le debieron hacer merecedor de hasta un premio Nobel de la economía.
En realidad, el aparato estatal de propaganda vendió un espejismo, al indicar que el nuevo salario mínimo de 1800 bs. Soberanos equivalentes a 30 $ llegaría para quedarse, al estar anclado al Petro cuyo valor relacionado con la canasta petrolera sería el soporte de la remuneración ante los embates de la inflación.
Según los mentores del Socialismo del Siglo XXI todo sería coser y cantar para los trabajadores, cuyos salarios venían, como el tango, cuesta abajo desde la última conversión de 2008 denominada bolívar fuerte, de esta manera la demagogia gubernamental sembraría ilusiones en un mercado volátil recargado de tormentas por la incapacidad gubernamental de estabilizar la economía.
El nuevo signo monetario vino aderezado con medidas coercitivas sobre la contratación colectiva en el sector público, al ser “tan generoso” el nuevo salario le concedió al gobierno nacional el abuso de poder de establecer el congelamiento indefinido de los convenios colectivos mediante la Resolución del Ministerio del Trabajo Nro. 2792 reservándolos a una gaveta de dicho organismo.
Efectivamente el nuevo Plan de remuneraciones en el sector público desató un tsunami sobre las escalas salariales, ejercido por una aplanadora de las remuneraciones a todos los niveles y desconociendo las clasificaciones de cargos convenidas en tabuladores y convenciones colectivas.
El rotundo fracaso de la política económica de la Administración Maduro no tardó en conocerse, con el registro inflacionario más devastador observado en el continente, solo en 2018 la Inflación cerró con 130.000 %, en 2019 con 10.000%, en 2020 con 3.000%, en fin, fue tal el desastre que a inicios de 2022 debió anularse el signo monetario bolívar soberano, sustituido desde marzo de ese año por un proverbial bolívar digital hoy también en ruinas.
Este nuevo signo monetario inició con una relación de 130 bs. equivalentes a 30 $, para significar en septiembre 2023 producto de la inflación desbocada en un salario de 4 $, amenazado en su integridad por el Instructivo Onapre que ha disminuido y desmantelado sustancialmente las primas y beneficios de cada cargo.
Traemos a colación este aniversario fatídico para resaltar en la memoria nacional que luego de un lustro, en septiembre 2023, el salario mínimo en Venezuela continúa siendo de los más bajos del planeta y apenas equivale a sólo 4 dólares, incluso superados por economías de menor desarrollo que la nuestra como la de Haití y la mayoría de los países de América Central.
En la actualidad ya entramos en la autopista hacia fin de año 2023 y sabemos que el Estado venezolano tiene un compromiso con la OIT, acordada en el Foro Social realizado a lo largo de 2022 y a inicios de este año en procura de fijar salarios mínimos mediante la consulta tripartita, reconocer los sindicatos y gremios, convenir contratos colectivos.
Nada de lo anterior se ha concretado reflejando la existencia de dos sectores laborales, en el sector donde medianamente existe la contratación colectiva como lo es el privado, donde los salarios y el ingreso de los trabajadores es sustancialmente superior, y la precariedad laboral absoluta que se conoce en el sector público, donde ninguna rama de trabajadores conoce mejora de su condición de vida.
No por casualidad en estos cinco años se ha conocido la mas alta conflictividad laboral registrada por la protesta permanente de los sindicatos públicos de ministerios, empresas del estado, institutos autónomos, alcaldías y gobernaciones, en ese lapso mas de 10.000 conflictos laborales se han desplegado en todo el territorio nacional.
Así también el sector empresarial Fedecámaras ha informado que en la reunión del Consejo de Administración de la OIT a realizarse en Ginebra el próximo mes de noviembre, el tema de Venezuela será abordado en la agenda como tema clave a analizarse.
En resumidas cuentas a cinco años del paquete del bolívar soberano y a año y medio del bolívar digital, ambos han sucumbido a políticas económicas fracasadas por sumir en la miseria a todos los sectores laborales del país, a los trabajadores activos, a los jubilados y pensionados, marcando un futuro de incertidumbre a todo un país.