La atmósfera era tensa y depresiva a la vez, no se vislumbraba una salida, las cárceles llenas de presos políticos civiles y militares con juicios amañados o simplemente sin juicio, los principales líderes de la resistencia muertos, presos o en el exilio, otros clandestinos porque la persecución de la policía política de la dictadura era implacable, las torturas y desapariciones de líderes políticos opositores eran cosas de todos los días.
Era Noviembre y una mañana fría, jóvenes universitarios de la casa que vence las sombras, de nuestra gloriosa UCV iniciaron una huelga general contra la dictadura, contra el fraude electoral y por la democracia, se desplazaron por las aulas, pasillos y jardines de la Universidad voceando consignas, repartiendo volantes y proclamas estimulando a estudiantes, profesores y convocándolos para luchar contra la dictadura, el movimiento rápidamente se expandió y la Universidad Católica Andrés Bello se sumó inmediatamente a la huelga y a la protesta estudiantil, en su seno se quemaron El Heraldo que era el diario oficial de la dictadura, una fotografía del dictador Pérez Jiménez y la ley electoral de entonces.
Fueron días turbulentos el Frente Estudiantil se desplazaba por los barrios y parroquias caraqueñas dando mítines relámpagos e incorporando a más ciudadanos a la protesta, muy pronto todas las Universidades se sumaron a la huelga protestando con coraje y valentía el fraude electoral y exigiendo democracia.
Ese 21 de Noviembre de 1957 fue la chispa que incendió la pradera, a partir de ese momento el clima comenzó a cambiar, se fue despertando la conciencia popular y el espíritu de lucha fue ganando espacio y la depresión y la desesperanza se fueron transformando progresivamente en ganas de luchar para salir de la oprobiosa dictadura.
La respuesta del régimen fue feroz, fueron encarcelados centenares de estudiantes, allanada y cerrada la UCV, pero la descomposición y fractura de la dictadura era cada vez mayor, se produjo el alzamiento de la aviación el primero de Enero de 1958 hasta que finalmente el 23 de Enero de 1958 cae la dictadura y se da inicio al proceso democrático en Venezuela.
En reconocimiento a la importancia y a la significación de aquel 21 de Noviembre de 1957, fue decretado como día del estudiante.
Hoy, más de medio siglo después, Venezuela vive una situación agobiante, caótica, también con las cárceles llenas de presos políticos civiles y militares, con los hechos de corrupción más grandes, con censura a la prensa, con violación sistemática de los DDHH, con millones de Venezolanos que se han ido en busca de un mejor futuro , con caos en el sistema de salud, con un manejo de la pandemia irresponsable, con la mayor inflación del mundo y con un salario para millones de ciudadanos que no pasa de 5 $ mensuales y que ha conducido a millones de compatriotas a una situación de pobreza extrema.
En ese clima están convocadas unas “elecciones” regionales y municipales precisamente para el 21 N, para el día del estudiante, un evento conducido por un CNE plegado al régimen, con un ventajismo oficial obsceno, con partidos secuestrados y alacranizados y con una “oposición” a la medida participando sumisa y cómplice de un acto aberrante; será una copia a la Venezolana del fraude cometido haces pocos días en Nicaragua .
Más allá de los resultados de ese día, que a todas luces culminará con una “victoria” del oficialismo, con unos cuantos concejales, alcaldes y gobernadores de la “oposición”, se iniciará una nueva historia, los que fracasaron y traicionaron, deben abandonar la escena y se conformarán nuevas agrupaciones con un nuevo liderazgo, también confiamos en que sea otra chispa que incendie la pradera.