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2020 año del ave Fénix

El vertiginoso avance tecnológico y, muy especialmente, el del área cibernética, le permite a la humanidad el acceso en tiempo real a cualquier tipo de información o noticias, particularmente a la científica. Pero, además, lo hace  facilitando el estudio y la  investigación, la colaboración e intercambio de conceptos y avances.

Esto ha provocado un aceleramiento en todos los campos del desarrollo humano, haciendo posible  que la humanidad experimente, día a día, cambios drásticos, además de  una mutación acelerada que ha conducido a un peligroso agotamiento, como  a una contaminación del planeta. Además, ha  provocado situaciones conflictivas y apetitos salvajes de usurpación entre distintas regiones y pueblos del mundo.

Igualmente, en nuestra Tierra los acelerados avances tecnológicos han hecho posible la prolongación  del promedio de longevidad humana. Y es así como, a título ilustrativo, partimos del período comprendido entre el 1800 y el  1900, período durante el cual  la población mundial llego a 1.645 millones de habitantes.  Para el 1.960, dicha publicación casi se duplicó, llegando a 3.000 millones. Luego en tan sólo 52 años, en octubre del 2.012, la población mundial supero los 7.000 millones de habitantes, pero, además, para el  2.019, según las Naciones Unidas, llegó a 7.500 millones. Es decir, en apenas 119 años, la población mundial casi se cuadruplicó, proporcionalmente a la que tenía el planeta para el 1.900.

Este acelerado y peligroso crecimiento, principalmente, se debe  al incremento del promedio de vida del género humano, que, para 1.960,  era de 45 años y hoy, en 2.019, es de 75 años. Obviamente, estos promedios varían según el grado de desarrollo de cada país. En los llamados países del Primer Mundo, el promedio de longevidad ya supera los 80 años, todo lo cual  conduce a una sobre población, como a una progresiva expansión del hambre, especialmente en los denominados países del Tercer Mundo.

Analizando la magnitud de la población por continentes, Asia tiene 60% del volumen poblacional; África un 15%; América 15% y Europa 10%. La mayor cantidad de países que denominan del Primer Mundo o más desarrollados, está en Europa y América. De esta última parte, en el  Centro y Sur América están los países menos desarrollados del  continente Americano, pero, a su vez, son grandes poseedores de recursos naturales. Esta es la razón por la que China (1.386 millones de habitantes), India ( 1.353 millones) y Rusia (147 millones), durante los años recientes han demostrado un gran interés por la consecución de  recursos naturales de esos países de esta parte del continente, tratando de introducir cambios sociales e ideológicos, y creando grandes convulsiones  y conflictos.

El continente Americano está integrado por 35 países, de los cuales, con excepción de Cuba, 34 se denominan democráticos, e, históricamente, han mantenido una estrecha y casi total  ínterrelación, con Norte América y Europa. No obstante, durante los últimos 20 años, los países antes mencionados, principalmente China y Rusia, usando como  cabeza de lanza a Cuba, han emprendido una acción importante y colonizadora dentro de estos 34 países con serios propósitos hegemónicos .

Este crecimiento poblacional, además de la consabida contaminación del mundo, ha traído como consecuencia una desestabilización política y social, causando retrocesos y disminución en  el desarrollo. Asimismo, provocando grandes  protestas sociales, cambios drásticos de gobiernos, hambre y corrupción.

Se trata de una situación que ha sido aprovechada por esos tres países (China, Rusia y Cuba) para fortalecer la organización  conocida como «Foro de Sao Pablo», y hacer posible el alcance de  la destrucción de los gobiernos democráticos de la América Latina, a partir de la oferta de falsas promesas a los pueblos más desposeídos, y con base en la creación de odio y divisiones entre ellos, como de la promoción de  la corrupción y la desmoralizando la gente.

Desde luego, para tal movimiento carecería de sentido  si semejante esfuerzo no se acomete  desarticulando las instituciones administrativas, jurídicas y morales para, a partir de su destrucción, no es posible apoderarse de los enormes y valiosos recursos naturales de cada país.  Y, si además, no se logra la consolidación de la  introducción del «Comunismo Dictatorial”, bajo la denominación de el  «Socialismo del Siglo XXI», y que Fidel Castro Ruz definió como comunismo  disfrazado.

Los Estados Unidos y Europa prácticamente descuidaron esta parte del Continente durante muchos años. Y ahora apenas se dan cuenta del peligro y del descuido cometido, aprestándose a corregir dicho error geopolítico, al abandonado lo que se podría denominar territorio  «Joya del Futuro». Afortunadamente, Centro y Sur América han despertado. Y lo han hecho  logrando revertir el proceso político e ideológico que naciera en Brasil, haciendo posible la expulsión  del comunismo de casi todos los países, y echando las bases del  progresivo regreso a la libertad y la democracia,  y para lo cual  han contado con el apoyo de múltiples países democráticos del mundo.

El ataque a estos países se inició hace 21 años desde Venezuela, por ser poseedora de los yacimientos de petróleo más grandes del mundo, lo que permitió convertirla en una  gran financista de este macabro plan. Sólo que los artífices del mismo se equivocaron al dar como un hecho que el crudo jamás descendería de precios, que los Estados Unidos continuaría siendo un país dependiente de la Opep y de los No-0pep, y que la corrupción en Venezuela era un imposible. Pero sucedió todo lo contrario.

De hecho,  en lo que respecta a Venezuela, por ejemplo,  la corrupción y los  malos manejos acabaron con el botín nacional . Y ahora, como la gran Ave Fénix de la mitología griega, esa misma  Venezuela, esperanzadora,  intuye que ha llegado el momento de  alzar el vuelo. ¿Cómo lo hará?:  liberándose  de  penurias y de calamidades, para luego convertirse en el país paladín del Continente, junto a más de 50 naciones democráticas del mundo, todas los cuales  están prestas a la reconquista de la libertad regional, como a la  restauración de la Paz y del Progreso en esta importante parte del Continente, a partir del 2020, año de la esperanza, y desde la «Joya del Futuro» .

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