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William Somerset Maugham (1874-1965)

El dinero es como un sexto sentido; sin él

no podríamos usar completamente los otros cinco.”

William Somerset Maugham.

 

LA VOZ DE UN MAGNIFICO CUENTISTA

 

Junto con el idealismo con que se reflejan sus personajes femeninos hay en Maugham un fuerte capacidad de observación social, influjo quizá de los naturalistas franceses, así como un tratamiento poco “heroico” de sus protagonistas. Fue un magnífico constructor de relatos breves que aparecieron en la prensa. El cuentista supera al novelista y al comediógrafo, algunos críticos le han considerado como el mejor cuentista inglés del pasado siglo. Maugham se obstina en permanecer fiel a una literatura que, aunque realista, se identifica con los grandes maestros del género romántico.

 

William Somerset Maugham nació en París el 25 de enero de 1874 y falleció en Saint-Jean-Cap-Ferrat, Niza, el 16 de diciembre de 1965. Los años de nacimiento y fallecimiento coinciden con los de Winston Churchill. Hijo de un diplomático británico, Maughan nació en la embajada británica en París. Con diez años de edad había perdido a sus padres, por lo que fue enviado a Inglaterra para vivir con su tío, que era sacerdote. Estudió interno en The King’s School, en Canterbury. Posteriormente marchó a Heidelberg, para estudiar medicina, estudios que finaliza en St. Thoma’s Hospital de Londres, ejerciendo como cirujano en la capital británica, hasta que el éxito de sus primeras novelas, Liza de Lambeth (1897) y La señora Craddock (1902), le hizo abandonar la medicina para dedicarse a la literatura. Estuvo en España en varias ocasiones como nos cuenta en sus memorias, “Recapitulación”, publicadas en 1938:”… abandoné la Medicina para dedicarme definitivamente a la literatura y me fui a España”.

Donde volvería con bastante frecuencia: “Volví a España –nos dice- año tras año”. Fascinado por Andalucía, residió durante varios años en Sevilla: “Mis recuerdos me llevan a una taberna de Sevilla, cerca de la calle Sierpes, donde la Manzanilla era buena y el posadero conseguía sus jamones de Extremadura”. Visitó detenidamente las provincias de Granada, Córdoba, Málaga y Cádiz, sintiendo una predilección especial por Jerez y sus vinos: “Jerez la Blanca es, desde luego, el hogar del Sherry”.

Su experiencia como médico en los barrios bajos y como oficial de inteligencia en la primera guerra mundial, así como sus frecuentes viajes por el Extremo Oriente y el Pacífico, se reflejaron en buena parte de su obra.

Entre sus novelas destacan Servidumbre humana (1915), la más conocida y ambiciosa de todas las suyas, Soberbia (1919), en la que recrea la vida del pintor Paul Gauguin, La luna y seis peniques (1919), El velo pintado (1925), El agente secreto (1928), El filo de la navaja (1944) y Catalina (1948), algunas de ellas han sido llevadas a la pantalla cinematográfica. Obtuvo también gran éxito con sus comedias costumbristas, situadas en la tradición inglesa de este tipo de obras, como La tierra prometida (1913), El círculo (1921), Al este de Suez (1922) y Nuestros superiores (1923). Maugham publicó multitud de relatos que fueron reunidos en 1951 en el volumen Cuentos completos. Y como dijo el escritor británico: “Si la gente sólo hablara cuando tuviera algo que decir, el ser humano perdería muy pronto el uso del lenguaje”.

 

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