Transgresor y recodificado: nuevos límites de la moda masculina en Venezuela
Cristhopher Borrero – Carabobo
@CristhopherB
Los límites del código de vestimenta masculina fueron retados, incluso trastocado en el Fashion Men Venezuela Expo Collezione 2017. El evento realizado desde el 28 al 30 de septiembre en la región carabobeña contrastó propuestas para el guardarropa del hombre de hoy.
Masculinidad desdoblada. Todas las versiones del hombre actual se midieron en la misma pasarela. Desde un hombre que brilla bajo las luces estroboscópicas, otro que se arriesga con aplicaciones reflectoras, el sujeto sencillo en comunión con lo divino o el exhibicionista con dejos fetichistas comulgaron dentro de las tendencias presentadas. En el evento se logró visualizar el répertoire de más de 8 diseñadores y marcas.
El trabajo creativo de Carlos Ferrara, Carlos Boniforte, Daniel Fábregas, Carlos Manuel, Ronaldo Castillo, Kenny Lovera y Guillermo León lograron protagonismo. Mientras que las firmas Club Mas 058, Ocean S y Koneko Desing sumaron a la oferta estilística. Los accesorios fueron provistos por Emporio F y Anna Karina Estopiñan.
El macho moderno toma riesgos. La mixtura de piezas lucidas transitó de lo casual a lo informal, muchas veces a destiempo. Con un tono desenfadado, los talentos criollos exhibieron diseños ávidos de cortes profundos y reveladores, místicos estampados, accesorios, degradados de color y superposiciones de texturas.
El varón actual compite con la coquetería femenina. El mercado de ropa masculina ha ampliado sus fronteras para dar cabida a un sujeto más cuidado; quien invierte en su imagen por gusto y no solo por norma. Tal premisa fue el leitmotiv que encausó la producción.
La moda no es un asunto solo de piezas sino también de espacios. Las locaciones comunican tanto como la puesta en escena de un desfile; lo que armoniza la díada prenda y lugar.
Ante la necesidad de brindar recursos variados se destinaron la terraza del diario El Carabobeño, así como los gimnasios Express Fitness y Fitness Center para desplegar sus pasarelas, lo que brindó la posibilidad al espectador de visualizar las colecciones en sitios un tanto cotidianos.
Hablan las butacas
Pese al sacrificio, los silentes y bemoles fueron insorteables. Un lento inicio marcó la pauta. Con la tradicional demora el evento obligó a la audiencia a permanecer una hora extra en el banquillo.
El timing no fue la única objeción. Algunas colecciones se centraron en lo esencial. Pies descalzos y propuestas que rayaban en lo editorial sobre lo comercial fueron frecuentes. Algunas propuestas eran simplemente inviables.
El sin sabor fue atenuado por causalidades. Un anticlimático temporal colaboró con la baja audiencia, lo que obligó a la producción a sotear los avatares de la lluvia. Afortunadamente, un despliege logístico loable les permitió salir a flote.
Honor al mérito. La realización de encuentros de ésta categoría brindan esperanza tanto a los talentos emergentes como a aquellos que siguen apostando por el país. A pesar de la tragedia económica presente, propiciar estas oportunidades es, sin duda, algo audaz.