Sevilla, una de las más bellas ciudades de España
“Sevilla tiene un sabor especial”, dice la canción y no le falta razón. Es una ciudad que se le mete a uno en la piel desde el momento en que uno recorre sus calles y avenidas.
Es la cuarta ciudad más grande de España, después de Madrid, Barcelona y Valencia. Su historia está intrínsecamente vinculada a nuestra América hispana, porque en ella estaba el Consejo de Indias y la Casa de contratación.
En esta urbe hay dos actividades imperdibles: la primera, pasar una Semana Santa viendo el paso de las múltiples procesiones; la otra es la famosa feria en la que se ven a las sevillanas bailando en las diferentes casetas y se contempla a los caballos de paso tomando un buen vino de jerez.
Sevilla posee muchos sitios interesantes para visitar, pero si se quiere hacer un buen recorrido, hay que ver, sin falta, el Real Alcázar de Sevilla, un conjunto de palacios rodeados por una muralla cuya construcción inicial data de la Alta Edad Media. En ella confluyen los diversos estilos arquitectónicos presentes en la historia de España: islámico, mudéjar, gótico, barroco y renacentista.
La Giralda, que es el nombre que se le da a la torre de la Catedral de Sevilla, es una imagen emblemática de la ciudad.
Por supuesto, hay que ver también la Plaza de España, encuadrada en el Parque de María Luisa.
El barrio de Santa Cruz, que es uno de los más populares de la metrópoli, se correspondía a lo que fue, en una época, parte de la judería medieval de Sevilla, junto al barrio de San Bartolomé.
Le gusten o no las corridas de toros, La Maestranza es, por decirlo de alguna manera, la catedral del toreo.
Para los hispanoamericanos, es de interés visitar el Archivo General de Indias, en el que desde 1785 se centralizó en un solo lugar la documentación referente a la administración de las colonias españolas.
Pero lo mejor de Sevilla es caminarla y sentir en cada esquina el paso de la historia reflejada en sus casas floreadas.
Para los católicos puede resultar especial ver el paso de las diversas cofradías durante la Semana Santa.
Y, por supuesto, la Feria de Abril o Feria de Sevilla.
Si bien Sevilla tiene una buena oferta hotelera, ir y no quedarse al menos una noche en el Alfonso XIII es perderse una experiencia inolvidable.
Y en cuanto a dónde comer, las opciones son múltiples, pero definitivamente lo más agradable es ir de tapas, y en esto merece la pena La Brunilda Tapas.