Rey David
La cadena o, mejor dicho, la red iniciada hace bastantes años en San Bernardino, ha sido desde su apertura un lugar donde se pueden encontrar exquisiteces y especialidades de panadería y pastelería, incluidos productos kosher. Además del pionero, que yo sepa tiene presencia en el Centro Comercial Valle Arriba, en La Boyera, y ha venido ampliando su establecimiento en Los Palos Grandes.
El resultado allí es una madeja de escaleras y salones yuxtapuestos, unos para comprar y otros para comer que acusa un “como vaya viniendo vamos viendo”, en lugar de planificación, sin que ello le reste. A mí me transmite un estilo muy propio en el que me parece hallar algo de alpino y más precisamente, tirolés, mezclado con varios quién sabe qué.
En la propuesta de productos, preserva su tradición de calidad y alto costo, en tanto que las múltiples salas para comer se nutren de un mismo menú, variado y extenso, el cual, sin obsequiar fiesta al paladar, tampoco le suscita el más remoto lamento, a un costo razonable a pesar o, quizá, cónsono con las frecuentes e insoslayables revisiones.
A pesar de la consabida y nada voluntaria disminución de opciones, con el título “Para Picar”, aparecen Carpaccios y “Boulangerie” (Bakery), con amplia selección de elaboraciones saladas y dulces. En el renglón desayuno, entre otras opciones, se encuentra un abanico de croissants, cuatro “Tradicionales”, cinco “Diversos” y cinco más “Rey David”. Hay un capítulo dedicado a Crepes, igualmente saladas y dulces. En especialidad Kosher tienen perros calientes y hamburguesas. Los sándwiches están listados por estilos italiano y francés.
Otros capítulos son las pizzas así como las fondues del mar, de la tierra y mezcladas.
Entrando en el segmento más restorán del menú, como entradas están “Vuelve a la Vida Caribeño”, descrito como mixtura de mariscos con cebolla morada y cilantro, marinados en salsa tradicional, “Tartar de Salmón” y “Reina Pepeada”, anunciada como finas hierbas de pollo en emulsión casera con puré de aguacate sobre tostada crujiente de maíz. Luego sopas, pastas, risottos, algo de pescado e igualmente de carnes. En ensaladas la variedad llega a 13.
En planta baja, la terraza hacia la calle y sin aire acondicionado es un lugar de mi agrado, dónde he podido almorzar sin mucha demora. En mi penúltima visita, escogí su versión de Reina Pepeada, con reemplazo de casabe por el ausente maíz.
En esa ocasión tenía prisa y, como suele ocurrir, demoré injustificadamente mucho más de lo habitual. Ordené un atún con salsa de ají dulce y pasado el tiempo de haberlo consumido fue cuando el mesonero me notificó que no había. Luego de gruñir por la inoportunidad de la información, acepté el salmón sustituto propuesto que palió mi molestia pero, en lugar de los vegetales acompañantes solicitados, vino con puré de papas. Cuando trajeron los vegetales pedí empaquetarlos para llevar a casa porque ya había terminado.
Regresé a vencer mi prejuicio (bueno no tan pre). Luego de una espera de unos 15 minutos sin ser atendida, decidí limitarme a agua mineral que fui adentro a buscar.
Una vez dentro, sucumbí a la atractiva oferta de postres multicolor desplegada tras el vidrio de un laaargo mostrador. La lucida variedad causa la sensación de estar en otro tiempo o en lugar distinto cuando y donde es factible seleccionar una de muchas opciones. La persona a cargo pretendió atenderme desde el otro extremo, tal vez para no interrumpir la animada cotorra que tenía con una colega, mostrador de por medio.
De haber un poquiiiiito de mejor atención sería uno de mis lugares favoritos para almuerzos informales y agradables, sin mayores pretensiones.
Abierto siete días a la semana de 7:00 am hasta las 12:00 am
Dirección: Calle Alfredo Jahn con 4ta. Transversal – Los Palos Grandes – Caracas
