El Covid19 trajo cambios en la forma como nos relacionamos y nos comunicamos, de eso no hay dudas. El mundo y la humanidad estarán marcados por el 2020 y veremos las cosas antes y después de esta crisis sanitaria que nos ha obligado a modificar radicalmente nuestras vidas en todos los aspectos.
La industria de la moda lo ha dicho desde que comenzó el confinamiento en Italia, Francia y España han obligado a diseñadores y sus directores creativos a dar un vuelco en la forma como se presentan las colecciones.
La primavera-verano 2020 la vimos por internet, las semanas de la moda en Madrid, Milán, Paris y Nueva York lo mismo y ni siquiera duraron semanas completas, las grandes casas de moda han recurrido a Instagram, zoom y transmisiones abiertas de streming para mostrarlos lo que está por venir
Y aunque el escenario de volver a quedarnos en casa, no podemos abrazarnos, besarnos y mirarnos a las caras sin mascarilla no es el ideal, esta crisis ha dejado cosas buenas y una de ellas es que la creatividad ha explotado en todos los sentidos para la puesta en escena.
Hemos visto cuentos de hadas, desfiles sin público, hemos paseado en góndolas, caminado por praderas y recorrido pasarelas llenas de color y entusiasmo como la recientemente presentada por Dolce&Gabana en su primavera-verano 2021 ¡Y es que hay que repetirlo! Hemos visto cosas que jamás imaginamos podían ocurrir en el mundo de la moda.
Estilo Moschino
Pero sin duda quien nos dejó con la boca abierta fue Jeremy Scott. El director creativo de Moschino sustituyó a modelos de carne y hueso por marionetas, diseño los vestidos a sus medidas, añadió accesorios y presentó un pasarela en la que se encontraba él mismo presentando la colección.
La pasarela estuvo marcada por corsés dorados, pinzas y ribetes, cremalleras, bolsillos con solapa y las enaguas de tul que se extienden más allá de los bajos de los vestidos. Prendas exageradas como un bustier superpuesto al vestido tubo, mientras que otros vestidos se abren como para mostrar los engranajes, luego se esconden detrás de volantes de tul.
El desfile duró 7 minutos y fue presenciado por personalidades del mundo de la moda entre las que podemos mencionar a Anna Wintour, editora jefa de la edición estadounidense de Vogue con un vestido de animal print, zapatos rojos, su emblemático corte de pelo y gafas de sol.
Una apuesta osada, sin ninguna duda, pero que respetó todas las medidas de seguridad impuestas en tiempos de coronavirus y una demostración de que esta industria ya se ha reinventado. Aunque todavía faltas pasos para lograr el cambio definitivo y pasar a la sostenibilidad que implica cambios de hábitos de consumo y de presentación de las piezas que marcaran las tendencias por venir.