Madrid, la ciudad del disfrute continuo
Madrid es una ciudad que siempre ha sido considerada por los venezolanos como una segunda casa. Y eso responde mucho a la manera de ser desenfadada y abierta de sus habitantes.
Estar de visita en Madrid es una fiesta continua en la que se intercalan distintos sitios y actividades, como:
Las Tapas
Los excelentes restaurantes, los teatros.
El imperdible juego de fútbol, bien sea en el Bernabéu o en la Colchonera.
Alguna corrida de toros en las ventas, una noche en el teatro de la ópera o ir de tablao. En fin, parodiando a la novela de Hemingway Madrid, es una fiesta.
Entre las muchas actividades diurnas que son imprescindibles están las visitas a los museos del Prado.
Reina Sofía, para ver entre otros el Guernica de Picasso.
El Thyssen y tantos otros, todos de gran interés.
Pero uno de los mayores placeres de Madrid está en caminar. Las opciones son muchas, y van desde el paseo de La Castellana.
Hasta ir de tiendas por Serrano, o ver cines y teatros y librerías en la Gran vía, pasear por la ciudad antigua e ir a tomar un café en la Plaza Mayor.
O ir al bello parque El Retiro.
En materia de hoteles, Madrid los tiene para todos los gustos. Sin embargo, si lo que se busca es elegancia y prestigio, el Ritz, al lado del museo del Prado, sigue siendo una referencia especial. Una anécdota curiosa de ese hotel es que, en la época franquista, no se permitía el acceso a los artistas del cine y, para poder pernoctar, el famoso actor norteamericano James Stewart tuvo que apelar a su condición de General para que lo admitieran.
Recomendar un solo restaurante de Madrid sería una osadía inadmisible, sin embargo, y solo por ser el lugar donde van los jugadores del Real Madrid, por lo menos una vez hay que ir a comer el chuletón en el Asador Donostiarra.