La excentricidad marcó la gala del MET en Nueva York
La gala del Museo Metropolitano de Nueva York, más conocida como la gala MET, estuvo marcada este lunes por la excentricidad. Este año, el evento llevaba por tema el concepto de «camp» propuesto en 1964 por la escritora Susan Sontag, de libre interpretación y que decenas de celebridades definieron con sus ganas de divertirse con la moda.
Entre los nombres más sonados del acontecimiento benéfico, que financia el Instituto de Moda del museo y su exposición «Camp: Notes on Fashion», no faltaron las cantantes Lady Gaga, Katy Perry, Cardi B y Jénnifer López; las modelos Giselle Bundchen y Naomi Campbell, ni varias hermanas del televisivo clan Kardashian.
El MET desplegó una alfombra rosa con plumas en un alarde de esa extravagancia característica de su gran fiesta, la más esperada y exclusiva de la industria de la moda: la editora de Vogue y gurú Anna Wintour elige a unos 550 afortunados para que asistan, la entrada ronda los 30.000 dólares y hay lista de espera.
Lady Gaga, abanderada de la estética «camp»
Aunque Wintour inauguró la cita de más de cuatro horas con una túnica de Chanel y una capa de plumas, todo en color rosa, el color estrella, pero su entrada fue discreta en comparación con la de Lady Gaga, anfitriona y artista abanderada de la estética «camp».
La llegada de Gaga fue un espectáculo: acompañada de bailarines, cambió su conjunto cuatro veces gracias al ingenio del diseñador Brandon Maxwell, que la engalanó con un enorme vestido abullonado en rosa fucsia bajo el que escondía uno negro en escote palabra de honor, otro en fucsia ajustado y, finalmente, sexi lencería negra.
La acompañaron como anfitriones la tenista Serena Williams, que combinó vestido amarillo neón de Versace con zapatillas de Nike, y el cantante Harry Styles, con «look» monocromático negro consistente en pantalón de traje de tiro muy alto y camisa transparente con lazada al cuello y chorreras en las mangas.
«Cump»: Vivir siendo como se quiere ser
Alessandro Michele, director creativo de Gucci, la marca patrocinadora de la gala, explicó en la presentación de la muestra en el MET que al proponer «camp» estaban «lanzando un mensaje social y político sobre la libertad de vivir siendo como se quiere ser».
Y así se reflejó en la sucesión de personales elecciones de los invitados, comenzando por el actor Billy Porter, que emuló ser un dios egipcio recubierto de oro, tono metalizado que también lucieron unas Emily Blunt y Salma Hayek descendidas del Olimpo y que abundó en ornamentos y accesorios en el desfile.
De las más deslumbrantes fue Céline Dion, de 51 años, con un «body» plateado de flecos, que admitió a medios locales su confusión inicial con el tema de la fiesta y finalmente se vistió con «plumas y todo lo que ven», en referencia a su llamativo gorro.
La misma Wintour dijo a la revista Vogue que intenta que «todo el mundo pueda entender inmediatamente el título de la exhibición» que da tema al evento, pero reconoció la «confusión» de este año y explicó que «camp» trata sobre «autoexpresión e individualidad», por lo que anticipó «gran cantidad de plumas».
Precisamente uno de los significados de «camp» al traducirlo del inglés es «pluma», y los invitados no dudaron en hacer mostrarla sin tapujos en la fiesta previa, que se celebró la noche anterior en The Stonewall Inn, el histórico «pub» neoyorquino que prendió la mecha del movimiento LGBTQ hace medio siglo.
Las plumas, además, fueron una de las tendencias de la tarde: las llevaron Naomi Campbell, con vestido rosa; Kendall Jenner, como un ave del paraíso en color naranja; Gigi Hadid, con un mono que le cubría también la cabeza en blanco y dorado, o Rosie Huntington-Whiteley, en un rosa empolvado.
Despuntó también la rapera Cardi B, disfrazada de «alfombra roja» con un voluminoso «look» de este color con plumas a los hombros, y que llegó seguida de su rival Nicki Minaj, con la que protagonizó un altercado en estas fechas el año pasado, aunque esta vez el encuentro fue civilizado.
Ante la ausencia de la actriz y «fashionista» Sarah Jessica Parker, tomaron el relevo de lo «extremo» Katy Perry disfrazada de candelabro; Zendaya, de Cenicienta; Jared Leto, con una réplica de su cabeza bajo el brazo o Kim Kardashian, que iba literalmente de «look mojado», gotas de cristal incluidas en su ajustado vestido.
Si por algo despierta también morbo la «MET Gala» es por las parejas estrella, y además de los prometidos Jénnifer López y Alex Rodríguez, debutaron varios recién casados: Miley Cyrus y Liam Hemsworth; Nick Jonas y Priyanka Chopra, o Joe Jonas y Sophie Turner.
En cuanto a la presencia latina, la actriz española Penélope Cruz volvió tras ocho años a la gala con un vestido clásico de Chanel y la empresaria argentina Sofía Sánchez de Betak lució un vestido de Mango, mientras que lejos de los focos asistieron a la cita las hijas gemelas de Julio Iglesias, Victoria y Cristina Iglesias.