Japón premia la arquitectura «responsable» del español Rafael Moneo
Una trayectoria responsable y la búsqueda de la armonía con el entorno le han valido al arquitecto español Rafael Moneo el máximo galardón de las Artes niponas, un premio que recogerá este miércoles en Tokio y que reconoció que no estaba ni siquiera entre sus fantasías.
«Sabía de la importancia que un premio como éste tiene, pero nunca contaba con que podría aspirar a él y no estaba ni tan siquiera dentro de mis fantasías. De ahí que sea todavía más grato recibir» este reconocimiento, dijo Moneo en declaraciones a Efe.
Con el Praemium Imperiale, Moneo pasa a engrosar una lista en la que se encuentran grandes nombres de la arquitectura, como el británico David Chipperfield (2013), el mexicano Ricardo Legorreta (2011), el nipón Toyo Ito (2010) y el brasileño Oscar Niemeyer (2004).
La Asociación nipona de las Artes ha reconocido a Moneo (Tudela, 1937) por una trayectoria dedicada a la «búsqueda de la armonía entre los diseños de los edificios y su entorno» que refleja «la responsabilidad de la arquitectura», destacó la organización.
En una rueda de prensa previa a la ceremonia de este miércoles, el arquitecto navarro, de 80 años, aseguró que mientras esté «con ganas y entretenido», y vea a sus proyectos «no como una carga, sino como una satisfacción», seguirá al frente de su estudio.
Pese a una prolífica carrera en la que se cuentan obras como el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1986) -que consolidó su reputación-, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles (EEUU) o las ampliaciones del Museo del Prado y de la Estación de Atocha de Madrid, Moneo dijo que le gustaría abordar «una de las cuestiones pendientes de la arquitectura»: la vivienda.
«Me gustaría trabajar en algún proyecto de vivienda con la escala suficiente como para poder explorar soluciones a problemas como la escasez del suelo», un ámbito que dijo que «se ha dejado en manos de un mercado que no está utilizando todos los elementos a su disposición para transformarla».
Moneo, que lamentó que se premie a arquitectos solo por grandes edificios emblemáticos, recordó que «la sustancia casi anónima de una ciudad es la vivienda», un aspecto que el mundo de la cultura tiende a olvidar.
En este sentido, destacó la labor de ciudades asiáticas como Hong Kong y Singapur, «que han dejado atrás el contenido simbólico de las torres» y se han centrado en su uso como viviendas, a diferencia de otras muchas metrópolis donde solo se busca notoriedad y competir con otras construcciones.
El veterano arquitecto explicó que ahora su máxima preocupación es sacar adelante los proyectos en marcha.
La finalización del hotel Grand Hyatt en Berlín, dos bloques de viviendas para desarrolladores en Miami (EEUU) y una nueva ampliación de la Estación de Atocha, además de la evolución de un concurso recientemente ganado en Santo Domingo, enumeró el arquitecto.
Moneo estuvo acompañado durante la rueda de prensa por los ganadores de este premio en otras disciplinas: la pintora iraní Shirin Neshat, el escultor ghanés El Anatsui, el músico senegalés Youssou N’Dour y el actor y bailarín ruso Mikhail Baryshnikov.
El Premio Imperiale, que se entrega anualmente desde 1989, fue creado dos años antes para conmemorar el centenario de la Asociación de las Artes de Japón, y como reconocimiento a artistas de todo el mundo que se hayan destacado por su contribución al desarrollo y promoción de la cultura.