Gastronomía peruana conquista a Portugal
La cocina andina avanza posiciones para conquistar una nueva capital europea, Lisboa, impulsada por la reciente apertura «A Cevichería», un restaurante peruano de la mano de Kiko Martins.
El chef luso-brasileño popular en Portugal por sus apariciones en televisión, afirmó que escogió la fusión con sabores peruanos para su proyecto más reciente.
La gastronomía del país andino «tiene un enorme potencial de exportación de su concepto a todo el mundo», explicó a Martins, quien consideró que Lima es actualmente la capital gastronómica de América del Sur.
«Escogí Perú por la simplicidad, elegancia y vida de un ceviche, la variedad de papas, la enorme riqueza de los cereales, en especial de la quinoa… Por la vasta diversidad de su cultura gastronómica», añade Martins.
Después de que el año pasado los peruanos Virgilio Martínez y Gastón Acurio alcanzaran el primer y el segundo lugar de la lista de 50 mejores restaurantes de Latinoamérica elaborada por la revista británica «Restaurant», Lisboa es un ejemplo de cómo la comida de este país no es tendencia solo en las ciudades más grandes del globo o aquellas en las que hay una importante colonia peruana.
Según el embajador de Perú en Portugal, Enrique Román-Morey, su país «recién está entrando al mercado en Portugal», pero su equipo confía en que en los próximos meses el interés por Perú y su cocina, inexistente hace poco, se consolide, entre otras cosas por el paladar abierto a nuevos sabores de los portugueses.
«Estamos de moda, pero no hay nada nuevo en el horizonte. Siempre hemos comido muy bien, desde el incanato hasta ahora, lo que nos faltaba era darnos a conocer», explicó a Efe Román-Morey, quien cree que lo importante para el éxito de la cocina peruana es que, aunque se exporta, mantiene su esencia.
Esa es quizás la mayor preocupación de Gabriela Ruiz, la verdadera pionera de los sabores andinos en un país donde hasta 2011 nadie había oído hablar de ceviche, pisco o causa.
Fue ese año cuando Ruiz, peruana casada con un portugués, empezó a cocinar en varios restaurantes lisboetas animada por las alabanzas a sus platos de sus amigos portugueses, hasta abrir finalmente el suyo propio en 2012, Qosqo.
«Mi principal meta al comienzo era difundir. Pensaba, ¿cómo no van a conocer los portugueses nuestra cocina?», explica Ruiz, quien cuenta que «para no engañar al cliente» nunca modifica los ingredientes de sus platos aunque, como es imposible encontrar muchos de ellos en Portugal, tiene que importarlos de la vecina España.