Fresh Fish
Inició actividades en 1999 en Alta Florida, vendiendo seleccionados habitantes del mar y empaquetados al vacío, con servicio a domicilio. En los posteriores locales agregaron la opción de mesas para consumir “in situ”. Hoy cuentan con cuatro locales esparcidos en el este de Caracas. En la bien diseñada y realizada presentación de su oferta “japo”, llaman centro de conveniencia el uno en dos, ubicado en el centro Xpress, en Macaracuay, en tanto que el situado en Galerías Sebucán, está dedicado solo a sushi.
Frecuento el Fresh Fish de Altamira. Me agrada la aparente informalidad de mesas entre productos para llevar a casa tanto listos para calentar –si es el caso– y saborear de una vez, como ingredientes para fogonear las carnes del océano y de la tierra de primera calidad que allí tienen. También arroces basmati y especiales para rissotto, aceites de oliva extra virgen, vinagres balsámicos, algo de quesos, arepitas especiales, salsas variadas, carpaccios diversos, postres, entre otros hallazgos de exquisiteces, cada día menos frecuentes en la ciudad. En algunos renglones no han escapado a la restricción de la variedad pero aún se pueden matar, satisfactoriamente, dos pájaros de un tiro: comer, al tiempo que facilitar y enriquecer la mesa casera.
La oferta en el resto de Altamira consiste en elaboraciones del sushi bar, conducido por el diestro y amable Leo, renglón que por cierto, mereció en 2011 un diploma por parte de All Japan Sushi Association (Asociación Nacional de Sushi de Japón), por sus productos de alta calidad. En simultáneo, a mediodía tienen un menú de lunes a viernes, a escoger entre dos entradas y dos platos fuertes, que incluye un postre en dimensión como para no engordar y un buen café.
No he probado el desayuno que tienen de lunes a sábado, ni el brunch ofrecido el domingo. También preparan apetitosas bandejas por encargo, en particular –pero no exclusivamente– del sushi bar. Abren y cierran a las ocho, excepto el domingo que abrevian la tarea hasta las seis. Mantienen el cómodo servicio a domicilio.
El chef no es cualquiera, porque sus creaciones suelen ser de convincente factura, por encima de otros establecimientos más restoranes, digamos. Aunque una vez me tocó devolver el plato principal, es que voy mucho y cualquiera tiene un tropezón en estos tiempos del “no hay” que en ocasiones forza la inventiva con lo que se halla a niveles de aventura. Además, el remiendo fue ágil, cortés y agradable al paladar, lo que estimuló mi comprensión.
La mesa de Fresh Fish me sigue pareciendo la mejor relación calidad/precio de lo que en Caracas conozco. No me sorprende que en horas pico del mediodía sea con frecuencia preciso esperar en cola, pero avanza rápido. En Fresh Fish estoy limitada a beber solo agua, porque no tomo refrescos y los demás envasados tienen azúcar, pecado que reservo para el postre.
Hace poco creí reencontrar el esmero en el servicio de los primeros tiempos pero dos visitas posteriores me tienen persuadida que depende de quién te atiende. Si está Susy Manrique haciendo los honores, el inicio es señorial y de entrada cuento con que entre su ir y venir estará pendiente de que mi mesa reciba una atención impecable así como del agrado de quienes la compartimos.
Mi satisfacción: Cuatro en cuatro visitas
Dirección: Av. San Juan Bosco. CC Yamín Gourmet. Altamira, Caracas