Florencia una autentica joya universal
Florencia es una ciudad que transpira historia, caminar por sus calles es entender al Dante, a Maquiavelo, imaginar lo que fue Savonarola y por todos lados ver la mano creativa de los Medici.
Esta joya de ciudad requiere al menos 5 días para empezar a conocerla y ciertamente será un lugar al que siempre querremos volver.
Es difícil decidirse por donde empezar la visita, aunque yo comenzaría atravesando el Ponte Vecchio, el puente medieval sobre el río Arno, aunque muchos piensan que fue inicialmente construido por los romanos, poco después de la fundación de la ciudad en el 150 A.C.
El puente une dos puntos esenciales en la visita de esta ensoñadora ciudad, por un lado el Palazzo Pitti que es una de las grandes galerías de Arte de Florencia y entre tantas obras maravillosas que allí se encuentran podrán admirar la Sagrada Familia de Botticelli.
Del otro lado del puente esta el emblemático Palazzo Vecchio ubicado en la Piazza della signoria, fue la residencia de Cosme de Medici entre 1540 y n1565 y se convirtió en sede del gobierno en el periodo del 1865-1871, cuando Florencia se convierte en capital del Reino de Italia.
Las estatuas de la Plaza de la Señoría no sólo son en sí mismas un elemento decorativo de altísimo nivel, sino que representan también un verdadero y propio ciclo alegórico laico, único en su género en el mundo, que inspiró a los gobernantes de las ciudades que llegaban hasta el Palacio Viejo. Allí estuvo originalmente ubicado el David de Miguel Ángel, que hoy está en la Academia.
Muy cerca de la plaza esta uno des lugares mas espectacular de la ciudad, me refiero a la catedral de Santa María dei fiore. Es una de las obras maestras del arte gótico y del primer Renacimiento italiano. Símbolo de la riqueza y del poder de la capital toscana durante los siglos XIIIY XIV la catedral florentina es uno de los edificios más grandes de la cristiandad.
Destaca, de forma singular, la grandiosa cúpula, obra de Filippo Brunelleschi. A la cúpula hay que añadir el campanario de Giotto, de 84,70 metros de altura, y el Baptisterio de San Juan con las famosas puertas del paraíso de Ghiberti, el arquitecto y pintor Vasari dijo de ella que era «la obra de arte mas fina jamás creada». Después de la inundación en 1966, de la cual logré escapar, saliendo en la madrugada para Roma, fueron sustituidas por una réplica y los paneles originarios se pueden contemplar en el Museo dell’opera del Duomo.
Muy cerca está el Convento de San Marco que tiene los frescos de Fra Angélico y la iglesia dalla Santa Croce que tiene los maravillosos frescos del Giotto
Pero algo que nadie que vaya a Florencia puede dejar de visitar es la Galería Uffizi, uno de los museos más importantes del mundo con algunas de las principales obras de arte de la humanidad, entre, solo para mencionar algunas de ellas, está La Maestá di ogni Santi del Giotto; La Madonna de Pontasievve de Fraa Angelico; La Anunciación de Leonardo da Vinci; lL Madona del jiguero de Rafael; la batalla de San Romano de Paolo Uccello; el Tondo Doni de Miguel Ángel; la primavera y el nacimiento de Venus de Botticelli; el autoretrato de Velasquez, así como obras importantes de El Greco, Tintoretto, Rembrandt, Brueghel, Tiziano, Rubens, Van Dyck, Caravagio y tantos otros grandes maestros de la pintura.
La oferta hotelera de Florencia es muy amplia variada, desde el bellísimo hotel Four Seasons con su espectacular jardín, el famoso Excelsior y el encantador Mona Lisa hasta el Villa Cora desde el que se puede observar esa increíble ciudad.
Comer en Florencia es una autentica experiencia gastronómica en la que pueden deleitarse con el plato típico, pasta e fagioli o la cotoletta alla fiorentina, escanceada con un buen Chianti. Un restaurante clásico es Sabatini típica comida toscana.
Al despedirse de la ciudad es bueno verla desde el otro lado del río en el piazzale Michelangelo, la vista es algo que nunca olvidarán.