Ser feliz en el hogar gracias a una decoración agradable y con armonía
El ser humano tiende a cuidar de manera especial los espacios en los que transcurre su devenir, atenderlos con dedicación, tratar de mantenerlos de la mejor forma posible. Brindar al hogar o al entorno laboral toques de belleza, armonía, proporcionan motivos de satisfacción a la persona, siempre dispuesta a encontrar en la decoración la felicidad necesaria.
La decoración alude al trabajo de adornar con dedicación y esmero un determinado lugar, bien sea la casa u oficina, buscando desarrollar un ambiente agradable y funcional para quienes allí confluyen. De esta manera, la decoración es una disciplina que se ocupa de ejecutar de manera ordenada y con equilibrio los distintos elementos y componentes del ambiente para trabajarlos en función de la dimensión, volumen y estética.
El arte de decorar ofrece una gama de posibilidades al profesional en la materia, quien aplica sus conocimientos en el campo del diseño, técnicas espaciales, normas de ambiente e incluso psicosociales y sensoriales, adecuar y saca provecho al espacio que se tiene. El objetivo es alcanzar ese sello de identidad deseado por parte del cliente, de acuerdo con sus necesidades y gustos, que se sientan cómodos y felices en un entorno apacible. Una labor de la mano del decorador, artífice con su labor creadora.
Cuidar cada detalle
Al momento de decorar el hogar y lograr que sea un espacio papa compartir gratos momentos en unión de la familia, seres queridos e invitados, es indispensable definir el estilo que tendrá el espacio, ya sea moderno, minimalista, clásico, tradicional, ecléctico. Esto ayudará a precisar con cuáles elementos se va a trabajar, decidir los colores que se van a utilizar, equilibrar las dimensiones con una correcta armonía. Más aún, dependiendo del gusto de la persona, se podrían combinar estilos, en un ejercicio de imaginación y apuesta por lo distinto.
Jugar con los elementos que ofrece la naturaleza también es fundamental. Por ejemplo, las plantas son uno de los mejores aliados para la decoración, porque aportan vida y alegría al espacio, que será más acogedor y cálido. Asimismo, funcionan como ambientadores naturales, ofreciendo aromas y oxigenación que coadyuvan en lo emocional y perceptivo. Por otra parte, a través de la luz natural se obtiene un efecto estimulador formidable para el estado de ánimo de quienes ahí permanecen y tiene la capacidad de realzar colores y formas de los muebles, además de otros objetos que se utilizan para la decoración.
Algo tan sencillo como sentarse a ver la televisión plácidamente en la sala o conversar con familia y amigos, gracias a un cómodo sofá. Este elemento se constituye en esencial al momento de realizar la decoración. Es el foco en el que se centrarán buena parte de las miradas, por lo que es importante posea absoluta funcionalidad, más allá del concepto estético. Que sea práctico, adaptable, cómodo, guarde equilibrio en tamaño con respecto a las proporciones del espacio. También que brinde ergonomía, una postura adecuada para garantizar mayor bienestar.
El toque personal
Luego de contar con estos elementos básicos, inicia el punto más particular, en donde se pueden elegir elementos decorativos para colocar en mesas o paredes que sean del agrado personal. Flores, velas aromáticas, libros, pinturas, lámparas, alfombras, cortinas, esculturas, jarrones, entre otros más accesorios que conceden a ese espacio una pincelada propia, diferente, personalizada.
La decoración es un arte en el que se aprenden cosas nuevas día a día. Cuando se piensa que no se puede innovar más, surge la creatividad, la imaginación, la inspiración, como fuentes enriquecedoras para lograr ambientes hermosos, sencillos y agradables para todos.