El cosmos de Tadashi Shoji y el flúor de Jeremy Scott brillan en Nueva York
La nueva colección de Tadashi Shoji inspirada en el cosmos, repleta de lunas, estrellas y lentejuelas, y los vibrantes colores flúor de las propuestas del diseñador Jeremy Scott brillaron en la primera jornada de la Semana de la Moda de Nueva York.
Scott deslumbró, literalmente, a sus seguidores en la pasarela del Spring Studio, en Manhattan, con originales y desenfadados diseños en los que alternó prendas de estilo «motero» y militar, dominados por el color amarillo flúor, naranja intenso y verde lima.
El modisto estadounidense, que además de capitanear su propia marca desde 1997 es el director creativo de la firma Moschino, no decepcionó con su arriesgada línea urbana, entre las que destacaban grandes botas hasta la rodilla inspiradas en el mundo del ciclomotor, y jerséis y chaquetas en las que se leían palabras como «riot», «power», «sex», «revolt» o «resist».
Sus diseños, populares entre grandes estrellas del mundo de la música como Madonna, Nicki Minaj, Beyoncé, Lady Gaga, Ariana Grande, Selena Gómez o Justin Bieber, son conocidos por representar una fusión entre la alta costura y la moda callejera.
El diseñador de Kansas presentó también unos llamativos petos que incluían en su estructura unas botas de tacón en punta, y que dejaban al descubierto a través de una cremallera todo el torso y la espalda.
Muy presentes estuvieron también los pantalones y cazadoras de cuero con rodilleras y coderas en distintos colores, así como jerséis con capucha que apenas tapaban el pecho de la mujer, y varias prendas estampadas con collage confeccionados con retratos.
No faltaron al evento la famosa bloguera Chiara Ferragni, la cantante del momento, Cardi B, la supermodelo Gigi Hadid y Paris Jackson, la hija de Michael Jackson.
En contraposición al carácter informal del modisto de Kansas, presentó hoy también sus propuestas un risueño Tadashi Shoji, que se inspiró en el cosmos y el universo para presentar una línea de elegantes y sensuales trajes de gala plagados de estrellas, lunas, y lentejuelas.
En este desfile, en el que se presentaron unas 40 propuestas, destacaron los femeninos escotes en pico, «off the shoulder», o cuellos halter en ceñidos vestidos azules, rosas y verdes metalizados, así como los blancos y negros clásicos y algunos rosas pastel.
Destacaron especialmente los vestidos con intensos degradados de colores, de rosa fucsia a morado oscuro, o de azul oscuro a tonos cielo que luego pasaban a verde turquesa.
Noon by Noor, por su parte, presentó una colección primavera/verano cómoda y femenina, dominada por amplios vestido de algodón de largo midi o hasta el tobillo, combinados con sandalias planas y zapatos estilo babucha acabados en punta.
El blanco, el beige, el azul cielo, el rosa asalmonado fueron los colores protagonistas para las prendas de día, dando un aire fresco y relajado a la colección, mientras que el negro clásico dominó la noche en vestidos de faldas acampanadas con franjas transparentes y plumas.
El sabor hispanoamericano de la jornada lo aportaron las pinturas del artista español Domingo Zapata, la alta joyería de Isabel Guarch, el reguetón de Nicky Jam y el flamenco de Isaac de los Reyes, que convirtieron su desfile en una ecléctica instalación artística.
Zapata presentó en la Gran Manzana una colección colaborativa con la joyera Guarch llamada «Happy Heart», con piezas que replican los corazones característicos de su obra y cuya asimetría, explicó, representa la «perfección imperfecta».
Una sinagoga neogótica del siglo XIX, la más antigua de Manhattan, acogió la pasarela, que comenzó con una sentida actuación del bailaor Isaac de los Reyes y con la voz del actorCarlos Mollà narrando en inglés un poema de Federico García Lorca.
La velada contenía las sorpresas que anticipó Zapata, entre ellas una actuación del cantante estadounidense de origen puertorriqueño y dominicano Nicky Jam, que hizo de la pasarela su escenario y puso banda sonora a una «performance» artística.
Al ritmo de los éxitos «X», «Hasta el amanecer» y «El amante», Zapata pintó corazones de colores sobre unas modelos que vestían monos en tonos neutros y portaban colgantes en oro o plata con ramilletes de corales, o brazaletes en forma de estrellas de mar.